Mémesis

El mundo está en manos de un hombre puesto de ketamina

Detrás de las ambiciones expansionistas de Trump está Elon Musk y su afición por la ketamina. El repaso a la semana en X

Donald Trump ha dado esta semana una rueda de prensa desde su mansión en Mar-a-Lago en la que ha anunciado que no descartar invadir Groenlandia y ha aconsejado a Canadá unirse a Estados Unidos para que los canadienses disfruten de las ventajas de ser estadounidense: el analfabetismo crónico y la diabetes de tipo C.

Groenlandia está llena de tierras raras, fundamentales para el desarrollo de microchips modernos y para los intereses de Elon Musk. Muchos creemos que detrás de esta versión 2.0 de Trump, más impulsiva, está Musk y su afición por la ketamina. Las microdosis de psicodélicos han ganado popularidad estos últimos años en Silicon Valley. Básicamente consisten en tomar periódicamente una pequeña cantidad de un psicodélico (LSD, psilocibina, Ketamina…) para mejorar tu estado de ánimo y de concentración. Estas sustancias están en fase de estudio para convertirse en la próxima generación de antidepresivos y uno de sus efectos es aumentar la confianza y la desinhibición. Pueden hacerte encapricharte con comprar Twitter, crear una empresa de viajes espaciales o planear invadir países soberanos.

Ahora mismo el mundo depende de un hombre adicto a un anestésico para caballos. Está desbocado. Si transicionar del Partido Demócrata al Republicano le costó meses y explicaciones, en unas semanas ha pedido el voto para Alternativa por Alemania y un golpe de Estado en Reino Unido. Musk es el ‘lengua de serpiente’ de Trump, el que le susurra al oído que desde cuándo alguien ha decidido que no se pueden invadir países, cuando se ha toda la vida.

Mark Zuckerberg también se ha pasado al lado oscuro. Con Biden creó una políticas de verificación de contenidos en Facebook y ahora con Trump en la Casa Blanca ha anunciado que va a imitar a X y volver a la libertad de expresión de sus inicios. Siempre hay un relato bonito. Facebook se gastó el año pasado miles de millones en crear una red social que compitiese con Twitter (Threads) y hoy nadie se acuerda de ella. Pues bien, para Pablo Iglesias la solución para combatir los desvaríos de Elon Musk es crear una red social pública. Que lo que no consiguió el dueño de Facebook e Instagram lo consigan los creadores de la CL@VE PIN con dinero público.

La moraleja es que con todos los millones y los doctorados que tengas, el ser humano siempre termina siendo ridículo

 

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli
Vacas y leche materna en las campanadas
David Lynch estaría orgulloso de España