Más de un 10% de vehículos que a día de hoy están exentos del pago del Impuesto de Matriculación por emitir menos de 120 g/km, tendrán que abonarlo a partir del próximo 1 de septiembre con la entrada en vigor del nuevo protocolo de medición de emisiones WLTP, según Ganvam.
Para la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam), con el nuevo método de medición de emisiones los vehículos que ahora están exentos del pago por emitir menos de 120 gramos saltarán al siguiente tramo, tributando un 4,75% extra, ha explicado la patronal de vendedores.
Según Ganvam, este encarecimiento del precio "retraerá hasta un 10% un mercado donde aproximadamente siete de cada diez coches matriculados se libran del pago del tributo". Para evitar esta "contracción del mercado", la patronal de la distribución ha insistido en la "necesidad de eliminar el Impuesto de Matriculación, máxime cuando de los grandes mercados europeos, España es el único con un gravamen de este tipo, lo que reduce artificialmente el tamaño de su mercado potencial".
Con la eliminación de este impuesto, se ayudaría a "consolidar la demanda interna a largo plazo al no penalizar la compra". "Además, como actualmente sólo tres de cada diez vehículos pagan este impuesto, la merma económica para Hacienda no sólo sería reducida sino que se vería compensada por la demanda adicional generada", ha añadido.
Ganvam ha propuesto como alternativa a la supresión de este tipo de gravamen la introducción de un coeficiente de corrección en el cálculo del impuesto para "evitar el sobrecoste que supondría en el precio del coche".
Asimismo, la patronal ha apuntado que "los niveles de dióxido de carbono (CO2) subirán", dado que con las nuevas pruebas de homologación los consumos y emisiones se acercarán más a los que se logran en condiciones reales de circulación.
El presidente de Ganvam, Lorenzo Vidal de la Peña, ha señalado que "lo deseable sería que, en lugar de parchear las medidas de Bruselas, se pusiera en marcha una fiscalidad vinculada realmente al medioambiente, que trasvase la presión de la compra al uso".
En este sentido, la propuesta de la patronal es "reorientar" el Impuesto Municipal de Circulación para que se base en las emisiones en lugar de en la cilindrada y la potencia.
De esta manera, al vincularlo al dióxido de carbono (CO2) y a la normativa EURO se asociará a la antigüedad del coche y por tanto, "se establece un sistema justo de discriminación del coche por su potencial contaminante", ha destacado Ganvam.