Opinión

Cuando lo normal es noticia

Pagar no es el problema, pero sí lo es cuando no se reciben los servicios y los recursos por lo que pagas

Salvador Illa ha sido noticia por asistir en Madrid a la celebración de la Fiesta Nacional, así como por haber saludado al Rey en sus diferentes visitas a Cataluña -la primera ocasión en agosto, en la Copa América de Vela en Barcelona- por inaugurar el año judicial catalán, por reunirse con sus antecesores en el cargo... Nunca un presidente catalán había saludado a sus predecesores al ocupar el cargo, al más puro estilo americano, en un mensaje de esa línea de concordia que Illa aspira a que presida su mandato, lejos de la confrontación. “No nos encontrarán (…), no caeremos en la provocación, no alimentaremos el ruido”, anunciaba la semana pasada en el debate de política general en el parlamento catalán que abre el curso político.

Illa presentó sus algunas de sus estrategias clave, que pasan por una forma de hacer política a la que no estamos acostumbrados, con la concordia como bandera. Cuando lo normal es noticia es que algo en el sistema no ha funcionado, cuando la anomalía se ha instalado en las instituciones durante demasiado tiempo, con presidentes independentistas al frente que no reconocen los organismos de los que emana su poder a la vez que crece su cuenta bancaria.

Illa se convierte en el gestor necesario en en el tiempo oportuno, se convierte en el líder adecuado para intentar dinamizar una comunidad sin dinamitar lo realizado por su predecesor simplemente, de otro color político o lo que es lo mismo hacer un buen uso de los recursos públicos tan necesarios para avanzar en esta tierra en tantos aspectos que precisan atención y firmeza. En salud mental, por ejemplo, sector en el que la saturación es desesperante y absoluta, así como en el ámbito judicial, objetivo para el que ha designado y confiado en una persona que ya ocupó el puesto de conseller con Pujol y con Artur Mas.

Servicios básicos ineficaces

Se trata de Ramón Espadaler, el responsable a partir de ahora de atajar el colapso total de la justicia que bloquea y atenaza a la sociedad catalana, que padecen miles de ciudadanos que ven cómo sus litigios quedan en un cajón prácticamente olvidados o paralizados por una gestión tan lenta como nefasta. No sabemos si Illa y su equipo serán efectivos, habrá que esperar, naturalmente. Sí sabemos que, al menos eso ha prometido, hará funcionar algunos aspectos básicos de lo público, como salud, educación, servicios sociales...

En Cataluña tenemos muchos problemas y no nos podemos permitir soportar a dirigentes que en sí mismos sean un problema o que gobiernen tan sólo para una parte de la población y que manejen las instituciones como si fueran de su propiedad. Representar una institución no significa, en nuestro país, que se tenga que militar en la condición monárquico, pongamos por caso, sino que se trata de respetar la forma del Estado que nos dimos todos los españoles en el referéndum del comienzo de la Transición. Cuando lo normal es noticia es que hemos permanecido demasiado tiempo en la anomalía. El problema no estaba en ser o no independentista, sino en hacer ostensible el desprecio permanente a quien encarna la jefatura del Estado, como hasta ahora ha venido ocurriendo, seas presidente de la Generalitat, de la Diputación o alcalde.

Ha dicho Illa que vamos a ser la comunidad autónoma que más invierta en vivienda pública, tan necesaria. Sin embargo, en su discurso de casi hora y media apenas dedicó cinco minutos a lo que más preocupa fuera y menos en Cataluña como es el sistema de financiación. Este sábado, en el encuentro de la Fiesta Nacional, ha sido un buen momento para que el president catalán compartiera con sus homólogos de partido o de la oposición, algunas ideas sobre ese 'concierto de financiación solidario' pactado con ERC del que sólo la formación independentista ha dado detalles y que ha recibido reproches por parte de casi todas las comunidades.

Es innegable que se ha de superar la actual etapa marcada por un sistema de financiación caduco, que requiere una revisión, una renovación para todas las comunidades

En este sentido, Illa ha manifestado su firmeza a cumplir lo pactado con ERC así como se ha mostrado abierto a otras propuestas viables. Dijo en su discurso, y no sin razón, que no ha escuchado a ningún responsable autonómico que no avale la necesidad de reformar el sistema de financiación las comunidades. Insistió en que el modelo de financiación pactado no va “en contra de nadie”, que va a favor de Cataluña, que es solidario. No será fácil sacar adelante este proyecto,. Aquí, en Cataluña, Junts está a la contra. En el resto de España, los barones regionales reclaman equidad, igualdad, y desconfían de un acuerdo que el PSC hasta ahora no ha hecho público. Es innegable que se ha de superar la actual etapa marcada por un sistema de financiación caduco, que requiere una revisión, una renovación para que todas las Comunidades se vean recompensadas y tratadas en plano de igualdad, sin privilegio alguno, tal y como prescribe la Constitución.

La primera muestra de solidaridad, igualdad y equidad que debe ejercerse es la de la administración local, aquella que tiene en cuenta el bienestar del ciudadano, que prima lo público. El servicio público a costa de impuestos justos. Quizás pagar no es el problema, pero sí lo es cuando no se reciben los servicios y los recursos por lo que pagas. Un debate que requiere a todos en la mesa, más allá del pim pam pum político entre comunidades. Que probablemente precise de menos titulares y más trabajo en común, desde la concordia, el respeto y el trabajo por el servicio público para que lo normal no sea noticia. Veremos lo que han dado de sí los corrillos de este sábado en el Palacio Real.  

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