Ya no somos ricos. Más vale que nos vayamos haciendo a la idea. Me refiero, naturalmente, a la nación, a España, al conjunto de la ciudadanía, no a los presidentes de las compañías energéticas ni a las presidentas de los grandes bancos; a esos les está yendo como Dios, pero son muy pocos. Nosotros, la inmensa mayoría, hemos dejado de ser ricos. Lo que pasa es que no lo sabemos. O no lo creemos. O no lo queremos creer. Y seguimos actuando como siempre, como si fuésemos ricos.
Por primera vez en la vida de todos nosotros, la generación que ahora tiene alrededor de veinte años vivirá claramente peor que la de sus padres. Seguramente vivirán más tiempo, pero las pasarán canutas. Ya a la generación anterior –la que hoy está entre los 30 y los 40 años– costó trabajo sacarlos del nido familiar y aún más trabajo conseguir que tuviesen niños, por la sencilla razón de que no era nada fácil hacer planes para el futuro ni saber de qué ibas a vivir. En 2008 nacieron en España casi 520.000 críos. El año pasado, apenas pasaron de 336.000. La tasa de natalidad, que ya era baja, ha caído del 11,28 por mil hasta el 7,10. El número de niños por unidad familiar ha pasado de casi tres que había cuando yo nací, a 1,48 hace catorce años y a 1,19 el año pasado. Eso es, en términos demográficos, algo bastante parecido a la bomba de Hiroshima. Somos un país de viejos en el cual millones de personas dependen, para sobrevivir, de los ingresos de esos viejos, que son sus padres o sus abuelos.
Ahora tenemos una guerra. Algún botarate dirá: no, eso es cosa de los ucranianos, que algo habrán hecho, o de los rusos; a nosotros no nos incumbe. Pues no es así. En un mundo extremadamente globalizado, como este en que vivimos, todo lo que pasa en cualquier sitio afecta directamente a todo lo que pasa en cualquier otro. Es el célebre “efecto mariposa”, de Leonard Smith y Edward Lorenz, que tanto juego ha dado en la literatura (Bradbury) o en el cine (Eric Bress). El pérfido Putin pretende tres cosas: ganar su guerra, aunque sea a los puntos; permanecer en el poder como sea, y subyugar a la economía europea, es decir a Europa. Para eso usa sus mejores armas, que no son los tanques ni los aviones, sino el gas, el petróleo y las estrategias (o trampas) económicas. Le ayudan los turcos, los iraníes, los húngaros y puede que pronto le ayude también Italia, si es que allí llega al poder la peligrosísima descerebrada de Giorgia Meloni, una chillona neofascista que aquí asustó incluso a los de Vox.
La inflación, que se come nuestros ahorros y nos empobrece a todos porque nuestro dinero vale mucho menos, es un mal general que afecta a todos los países
Puede que gane o puede que no, pero de lo que hay ninguna duda es de quién saldrá perdiendo: nosotros. Los europeos. Los españoles. Los demás, casi todos los demás.
El más que posible cierre del grifo del gas por Putin está provocando ya algunas consecuencias. La peor es la inflación, efecto del súbito y severo encarecimiento de la energía. La inflación, que se come nuestros ahorros y nos empobrece a todos porque nuestro dinero vale mucho menos, es un mal general que afecta a todos los países y a todos los ciudadanos. Nosotros tenemos ahora mismo un 10,8% de inflación, algo que no se veía desde hace décadas, pero es un drama no demasiado distinto del que viven los británicos (9,4%), los belgas (9,6%), los holandeses (10,3%) o los portugueses (9,1%). Nos va algo peor, tampoco tanto, que a los alemanes (7,5%), los estadounidenses (8,5%) o los italianos (7,9%), pero de momento tenemos más suerte o más cintura que los checos (17,5%), los griegos (11,6%) o los rumanos (15%). Y desde luego podemos felicitarnos si nos comparamos con otro país que, como nosotros, siempre se ha creído mucho más rico de lo que en realidad es: Argentina, que padece ahora mismo un 66% de inflación. O Turquía, que está en el 70%. Por no hablar de la Venezuela de Maduro, que ha llegado al 167%, lo cual significa que su economía es pura ficción.
Quiere decir esto una cosa bien sencilla de entender: la inflación está atacando al mundo entero simultáneamente. Que la tasa de inflación sea mayor o menor depende de muchas cosas. Y una de ellas, solo una de ellas, son las medidas que toma cada gobierno para combatirla; medidas que a veces son acertadas, a veces no tanto y en otras ocasiones son simplemente irrelevantes, porque los factores que provocan la inflación (lo que solemos llamar realidad) son tan poderosos que anulan cualquier esfuerzo. Conclusión: quien trate de convencerles de que el aumento de la inflación es culpa del gobierno, y solo del gobierno, les está mintiendo. Por más que se lo repitan. Y hay que admitir que en España eso se repite muchísimo. Pero no es verdad. Lo que sí es verdad es que hemos dejado de ser ricos.
Se nos viene encima un otoño muy negro y un invierno en el que, como no hagamos algo ahora, las vamos a pasar más p…as que en vendimias
En España, en lo que va de verano, ha ardido una inmensa cantidad de bosques. Eso es cierto. Lo mismo que en Francia, en Eslovenia, en Portugal, en Italia o en los países del Este europeo. No somos una excepción. El cambio climático, que algunos cretinos mononeuronales se siguen empeñando en negar, va mucho más rápido de lo vaticinado y está provocando temperaturas terribles en nuestro país. Lo mismo que en el Reino Unido (allí jamás habían pasado por algo así), en Francia, en Alemania, en Italia y en muchos lugares más. No depende de los gobiernos. De ninguno.
Es necesario ahorrar energía y llenar los depósitos de gas porque, gracias al grifo del señor Putin, se nos viene encima un otoño muy negro y un invierno en el que, como no hagamos algo ahora, las vamos a pasar más p…as que en vendimias, que se dice en mi tierra. O hacemos algo hoy, ahora, ya, o los españoles acabaremos recordando a “Filomena” como un balneario tropical. Y la que se avecina en Europa central es de película de terror.
Aquí sí es importante lo que hacen los gobiernos. El nuestro, el de Sánchez, ha reaccionado de un modo muy parecido a como lo hizo en los primeros embates de la pandemia: ha ordenado medidas muy contundentes. Entonces nos encerramos todos en casa y llevábamos mascarilla hasta cuando íbamos al retrete. Ahora se nos manda apagar los escaparates a cierta hora y no poner el aire acondicionado por debajo de los 27 grados. Que, por cierto, ya quisiéramos mi ventilador y yo 27 grados ahora mismo en casa. Naturalmente, hay numerosas excepciones, lo mismo que pasó durante la tremenda primavera de 2020, con el virus por ahí devastando gente.
Los gobiernos de Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y demás, aconsejan, ruegan, animan a sus ciudadanos a que apaguen las luces y no pongan muy frío el aire acondicionado. No lo ordenan. Todavía
¿Qué han hecho en otros países? Pues algo parecido. Como entonces, no tan terminante ni tan severo, pero algo parecido. Los gobiernos de Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y demás, aconsejan, ruegan, animan a sus ciudadanos a que apaguen las luces y no pongan muy frío el aire acondicionado. No lo ordenan. Todavía. Como pasó con la pandemia, lo harán cuando el desastre sea inminente. Que nadie lo dude. Y resucitan viejos métodos para obtener energía, como el carbón o las nucleares.
¿Cómo han reaccionado los ciudadanos españoles ante las medidas impuestas por el gobierno, que se supone que para eso está? Pues de un modo muy semejante al de hace dos años con la covid: con resignación y el gesto algo torcido, porque lo que se manda hacer es incómodo y algo molesto, pero con la conciencia de que es necesario. La gente cumple con lo que se le dice que haga, primero porque es la ley y segundo porque somos un país más que demostradamente solidario. Mucha gente ya se da cuenta de que no somos ricos y de que hay que acostumbrarse a dejar de vivir como hemos vivido hasta ahora. Mucha gente sabe que si ahorramos energía lo haremos para todos, no solo para nosotros, y también que eso será bueno para todos, no solo para nosotros.
Ah, pero hay excepciones. También las hubo durante lo peor de la pandemia. Las mismas y peligrosas excepciones. El diario conservador británico The Daily Telegraph ha calificado de “incendiaria” y “agitadora” a la presidenta de la Comunidad de Madrid, señora Rodríguez Ayuso (ya, ya sé que se apellida Díaz, pero miren ustedes quién la maneja y entenderán este cambio de apellido). Esta indescriptible mujer, clon de la “Tía Antonia” de La verbena de La Paloma pero con unos pocos años menos, ha decidido que Madrid no obedecerá. Que a ella no la manda nadie, ni Dios. Que eso de ahorrar energía es una maniobra del 'sanchismo' y de la izquierda comunista radical y bolivariana. Con dos nísperos.
Está azuzando algo que los madrileños no han tenido jamás: la insolidaridad, el “lo mío primero y el que venga detrás, que arree”, el desprecio y el ninguneo a los demás
Ha establecido que ahorrar energía de la única manera que se puede (como el resto de los países europeos) es de izquierdas, y que no ahorrarla es de derechas; una gilipollez (ustedes perdonen la expresión) del tamaño de la catedral de La Almudena… o de la ambición política de esta fiera, que ya acabó con Pablo Casado, ya se va cansando de Feijóo y no tardará mucho en lanzar toda su demagogia y su verdulerismo contra él: lo que quiere es su silla y luego la de la Moncloa. Está azuzando algo que los madrileños no han tenido jamás: la insolidaridad, el “lo mío primero y el que venga detrás, que arree”, el desprecio y el ninguneo a los demás. A los demás españoles y a los demás europeos. Queipo de Llano era un aprendiz al lado de esta tarasca.
Y mientras la agitadora Rodríguez Ayuso se empeña en convencernos de que lo mejor que podemos hacer es seguir viviendo como si fuésemos ricos, en el otro lado del tablero no andan mucho mejor. Lo único que parece preocupar a la dirección de Podemos es si el Rey se levantó o se quedó sentado cuando pasaba la espada de Bolívar, y si luego se levantó por respeto o por obligación o por estirar las piernas, y si eso lo sabía el Ministerio de Exteriores o solo el subsecretario. ¿Y esta gente está en el gobierno de España? ¿En serio? ¿Para qué?
Propaganda ideológica
En fin. Estas son las cosas que suceden cuando llegan a puestos de responsabilidad gentes que entienden la política como un medio para conseguir poder; poder y nada más, poder que es un fin en sí mismo, y que no tiene por qué servir para mejorar la vida de los ciudadanos, que les importan un rábano. La política usada como propaganda ideológica (de algún modo hay que llamarlo), cuanto más ruidosa mejor, y no como un servicio público. Gentes que tratan de hacernos creer que seguimos siendo ricos y que hemos de preocuparnos de cosas ridículas, absurdas o sencillamente envenenadas, como hacíamos antes, cuando éramos ricos.
En cualquier caso, algo va bien: los escaparates se apagan a las diez, diga lo que diga esa desquiciada, y la espada de Bolívar no ha emitido la menor queja; parece que, al menos de momento, no habrá guerra entre España y Colombia.
Pues menos mal, hombre. Pues menos mal.
Davidoff
Por si a Pedro Sánchez se le olvida (está tan ocupado "salvándonos de la ultraderecha" y del cataclismo climático), no deje usted de pedirle una secretaría de estado, la dirección del Museo del Prado o la de la Orquesta Sinfónica de RTVE. También le puede proponer que le ayude a conseguir una cátedra en «La Complutense»... Sin duda está usted más preparado que Begoña y hoy se lo ha ganado a pulso.
Francis
Buena observación de Rubén Manso y buen comentario XXaviLopez. Es preocupante la desidia ante lo que está pasando.
YoNoSoyYo
Me parece bien denunciar el melapelismo. Pero para combatirlo eficazmente, hay que poner nombre y apellido de los melapelistas, tal como ellos mismos ponen nombre y apellido de los jueces que los combaten.
Beeblebrox
Supongo que es normal que conforme avanza una dictadura la gente con poco valor reciba una llamada y cambie sus opiniones para convertirse en el pelota del régimen, pero siempre da cosa verlo en vivo. La utilidad es sólo ver exactamente las prioridades del régimen. La primera ya se ve que es transmitir a la gente que van a pasar hambre y que eso no es culpa de Sanchinflas, sino de Putin y, aparentemente, de Ayuso. Sobre esto una previsión, la inflación no es culpa de Putin porque empezó antes de su guerra, y demostrará que es culpa de Sanchinflas porque veremos cómo baja antes en los demás países sensatos. Al tiempo. La segunda, que el régimen sólo le tiene miedo precisamente a Ayuso, porque es la que tiene capacidad de hacer gestos que movilizan a la gente. Para eso cualquier cosa vale, maltraducir prensa extranjera, intentar meter cizaña con otros líderes opositores, o mentir descaradamente sobre lo que pasa en otros países.
José Alejandro Vara
Hay media Cataluña sojuzgada. Sin visos de cambio.
Javiroso
Este tío está un poco loca. No lo aguanto, no parece de vozpopuli, es más bien un infiltrado?
Wesly
Pues no, Sr. Algorri, no somos ricos y, con gobiernos como el de Pedro Sánchez, cada vez seremos más pobres. Para crear empleo, prosperar y salir de la crisis hay que aplicar medidas con efectos a corto y a largo plazo. Con efectos a largo plazo, hay que actuar ahora en el ámbito educativo para, desde niños, explicar a la gente que el dinero no cae del cielo, que hay que esforzarse y ser responsable para ganarse la vida, que esto de exigir que sean los demás quienes resuelvan tus problemas va contra los principios de libertad y de justicia. Tambien con efectos a largo plazo, los políticos deben renunciar ahora a sus privilegios y dar siempre ejemplo de eficacia, esfuerzo y responsabilidad. A corto plazo, existen dos posibles formas de crear empleo y riqueza. La primera consiste en que los que critican a los empresarios creen empresas, cooperativas, sociedades, etc., contraten a muchos trabajadores y compitan en el mercado en igualdad de condiciones que los empresarios a los que critican. La segunda, que se cambien las leyes para que empresario y trabajador puedan acordar libremente las condiciones de su contrato de trabajo. Existe un gran potencial para generar nosotros muchos de los productos y servicios que ahora compramos fuera, lo único que falta es el marco legal y la actitud. Pero, Sr. Algorri, Ud. sabe fehacientemente que ninguna de estas medidas tendentes a evitar ser más pobres será aplicada por el gobierno de Pedro Sánchez, quién lo único que pretende es alargar indefinidamente su estancia en La Moncloa razón por la cual se dedica a la compra compulsiva de votos, a prostituir la educación, a colonizar las principales instituciones del Estado (evidenciando su vocación totalitaria) y a la compra de periodistas y medios de comunicación (con nuestro dinero) para que le hagan la ola.
luluba
Sr. Algorri, me parece que su opinión queda muy lejos de la autentica realidad. No me voy ni a molestar en detallarle mis desacuerdos, que son muchos pero el que más ha sido ese feroz,injusto e indigno ataque a Ayuso, se ve que ahí le duele. ¿le han invitado a la Mareta?
Cozumel
La UE emite el 10% del total del CO2, el cual es un gas básico para la vida y no es contaminación NOM2030 y el siniestro lobby del IPCC quiere que lo bajemos un 60%, para dejarlo en el 4%, es decir una reducción global del 6% mundial. A cambio de eliminar industrias, comercio, turismo, hambre, crímenes (curioso que ya no la relacionan con la pobreza cuando gobierna la psoe...), miseria, paro, en definitiva aniquilar nuestro presente y futuro de nuestros hijos Nuestro lugar es ocupado por China, India, Asia De eso trata el cambio climático
Arcano1964
Solo le ha faltado poner en la firma: Servicio de comunicación de Moncloa, Gobierno de España A ver... antes de Putin la inflación estaba ya por encima del seis por ciento, por lo que solo hablar de la guerra y de los imponderables es negar que se pueda hacer política adecuada para controlar la inflación. Los incendios. Más allá de lo que se entiende por cambio climático (el clima cambia porque el planeta cambia; la foto de Algorri cambia porque Algorri cambia) hay un hecho que se está demostrando claro: la mayoría SON PROVOCADOS. Cierto que si estuviera lloviendo todo el día y no hiciera tanto calor ni tanto viento, sería fácil de dominar, pero estamos en agosto, en agosto llueve poco y nos achicharramos habitualmente. En cuanto a lo de ser pobres, ya ve como lo solventan los alemanes: bajando los impuestos. Y allí tienen un canciller del SPD...
EVB
Los artículos de este señor, van a tener la culpa de que deje de leer este periódico.
Bitrioliko
Hombre, no estaría de más que medidas, que se suponen de Estado, fueran mínimamente consensuadas con todos y no por mis Santos coxones
José Alejandro Vara
Puestos a hacer política ficción
Tony010
La columna de este señor es el fiel reflejo de por qué España vive la decadencia tan asombrosa y acelerada que vive. Es la perfecta renuncia a la soberanía del pensamiento progre delirante que nos oscurece.
pepe59
Ya sabemos que Ayuso le parece la encarnación del horror. Pero salir a vendernos las bondades de una lamentable chapuza legislativa para intentar ahorrar energía, compararla con las apresuradas medidas del Gobierno frente al COVID, tomadas a remolque de la realidad negada hasta entonces y los muertos apilándose, declaradas osteriormente anticonstitucionales, pequeño detalle democrático, y salir a decir que los que no tragan son insolidarios, atizando a Ayuso de paso, es calamitoso. Ayuso es una incendiaria, pero quien duda de las medidas y su articulación es solidario con la inteligencia. Y por favor no vuelva a dar un solo tinte positivo a la desastrosa gestión del COVID por parte del gobierno.
Pilar2687
Caramba, se ha desmelenado Vd. hoy a gusto,La poca contención que apenas consigue mantener cuando habla de Ayuso y alguna otra mujer ha desaparecido, vamos que más que loco se ha puesto Vd. loca. Debe ser que el calor le está dando sofocos. Debería pensar que mientras China sea el mayor país contaminante seguido de Estados Unidos, las medidas de nuestro buen padre Ubu Sanchez son ……irrelevantes.
Yorick
Cre.tinos mononeuronales, Algorri, son los que admiten como prueba irrefutable del cambio climático las temperaturas de la canícula. La verdad es que no andan escasos de argumentos, y tampoco se hernian buscándolos: lo mismo les sirven como sostén de su fe los calores del verano que las nieves del invierno o las lluvias del otoño y la primavera, así como los terremotos, las erupciones volcánicas o los incendios forestales. La humanidad, en continuo vaivén, ha vuelto a las explicaciones mitológicas, de fácil digestión y con carga de culpa, que es lo que mola. Y con barniz científico, que las patrañas condimentadas entran mejor.
Renglan
Estoy buscando el dato de la inflación en Rusia. vd lo sabe? Bueno, yo soy optimista y pronto volveremos a la normalidad, de momento ya está bajando el precio del aceite y de los carburantes. Lo peor es la guerra.
Cozumel
Por fin se da cuenta de que siempre que gobierna el psoe acabamos en la quiebra