Opinión

Deshojando la Margarita (Robles)

Sánchez se burla del Congreso, regatea a la UE, tima a Zelenski, se larga de nuevo a China y prepara su 'operación Trump', el retorno

  • Margarita Robles, presenten armas -

En los ‘cuartos de banderas’, recintos muy frecuentados por los cronistas políticos de la Transición, apenas se escuchan elogios hacia Margarita Robles. Perdió su fuste de integridad y decencia cuando defenestró a su directora del CNI, Paz Esteban, por exigencias de los puigdemones. Tres días antes, la había defendido con honor en el Congreso. Lo más cruel -y ridículo- fue la justificación de la degollina: “No es una destitución sino una sustitución”. Mentir es propio de siervos. Apolonio. El crédito de la titular de Defensa se esfumó  y desde entonces goza de tanto respeto entre la oficialidad como los negreiras en la competición liguera.  

Ahora llega la guerra y no sabe dónde meterse. Mejor dicho, no saben dónde meterla. La tienen oculta, tapadita, para que el ruido de los tanques no trascienda al debate político, para que a Sánchez no se le ponga cara de brigada chusquero de rancho  y fajina. Margarita Robles tiene vedadas sus apariciones en los medios, bien por exigencias del guion de Moncloa o por ánimo de supervivencia. "Esa gente que está loca por salvarse. Esa gente que arde como fabulosos cohetes amarillos", diría Kerouac. Le ha cedido los trastos a José Manuel Albares, titular de Exteriores, que no desperdicia una sola oportunidad de brillar el ridículo.

Cuando es requerida por el protocolo parlamentario, desenfunda el guitarrón del estuche, rasguea las cuerdas desafinadas y entona, desde su oxidado escaño, diversas variantes del Imagine de Lennon con menos convicción que cuando Pilar Alegría hilvana su semanal sortilegio de trolas. No se le oirá hablar de ‘envío de tropas’, ‘gasto armamentístico”, “reforzar arsenales”, "presupuesto de Defensa"... El despotismo es medroso por naturaleza. “Una paz firme y duradera”, de ahí no la sacan. 

A hurtadillas, luego de recitar lo de la paz, esta semana se sinceró con los portavoces de su partido del área castrense. “Este es un tema peliagudo y no hay que levantar la liebre”, les susurró con sigilo, les catequizó casi con pavor. Toda Europa preparando los misiles, incluso sacándole brillo a los depósitos nucleares, como ese Starmer de UK que se ha convertido en el protagonista de estas hazañas bélicas improvisadas tras el portazo de Trump, y la ministra española de Defensa se mete debajo de la mesa y anima a los propios a hacer lo mismo. 

Sus homólogos europeos no pudieron evitar el desternillarse cuando le escucharon la cantinflesca explicación con la que asombró al mundo: “Creo que la UE es una alianza soft power (poder blando) pero estos días tenemos la obligación de hard power (poder duro)

El chascarrillo burlesco que circula con fruición por las cancillerías occidentales corre a cargo del empeño de Sánchez en rebautizar la operación “ReArme” de la UE por alguna variante menos belicista. Así, ha sugerido llamarlo “salto tecnológico”, y abarcaría dotación económica para controles fronterizos (¿miedo a su amigo Mohamed?), cambio climático, ciberseguridad y demás virtuosos eufemismos que bullen en el Ala Oeste. Sus homólogos europeos no pudieron evitar el desternillarse cuando le escucharon la cantinflesca explicación con la que asombró al mundo: “Creo que la UE es una alianza soft power (poder blando) pero estos días tenemos la obligación de hard power (poder duro), pero también tenemos que reforzar nuestra capacidad de soft power”. ¿De qué hablaba este hombre? ¿De política de defensa o de un concierto de AC/DC? El periodista orgánico del diario del régimen alababa la ocurrencia, y la definía como 'un salto discursivo' del presidente. Pues que le den el Nobel.

Sánchez se ha quedado solo. Tanto fuera como dentro. En Bruselas, tan sólo sintoniza ya con quien hasta ayer consideraba ‘ultra-ultra’ Meloni, querida Giorgia, atada penosamente al zangolotino de Washington.Y punto. Orban se alinea ya con el tiranuelo ruso. Y solo se ha quedado también en Madrid donde sus socios de Sumar, o sea, medio Gobierno, han decidido desempolvar las pancartas del ‘No a la Otan’’ de los tiempos del primer Felipe González. El reloj de la izquierda española atrasa décadas.

¡Ya basta con el españolito! Hasta Úrsula se ha mostrado irritada. Su groupie más fiel, su enamorada más rendida, hartóse, le ha puesto la proa y le ha gritado que, como en la versión castiza de lo de Norah Ephron, “se acabó el pastel”. Hasta aquí hemos llegado, guaperas.

Dado que le será difícil recomponer su pandilla Frankenstein en las elecciones venideras, hay que prepararse para la vuelta, como Trump. De ahí el furibundo proceso en el que anda enfrascado de asalto a las instituciones, a las empresas del Ibex, al estamento judicial, la compra de voluntades

Es la hora de comprar armamento, misiles, tanques, cañones, blindados, sistemas antiaéreos, como dice el documento acordado por los 27. Nada de las pavadas del edulcorado pacifismo medioambiental que pregona Sánchez, alejado cada vez más del centro de decisiones de la UE y maniatado por una coalición de antiatlantistas putinianos encelados en la berrea y el grito para justificar su existencia. Podemos se frota las manos y hasta el galleguiño del BNG, más bobo que Rego, se anima a las proclamas y el disparate.

¿Es esta soledad una estrategia? La teoría de la ‘operación Trump’ que quizás acaricia el socialista español circula estos días con creciente intensidad. Sin presupuestos, sin estabilidad parlamentaria, con un partido hecho jirones, un Gobierno hecho trizas, sometido al chantaje de un forajido, asfixiado por una ola de corrupción que desborda los juzgados, piensa, más que en seguir, en el retorno. Dado que le será difícil recomponer su pandilla Frankenstein en las elecciones venideras, hay que prepararse para la vuelta, como Trump. De ahí el furibundo proceso en el que anda enfrascado de asalto a las instituciones, a las empresas del Ibex, al estamento judicial, la compra de voluntades, el refuerzo propagandístico, la feroz guerra de Prisa, el hostigamiento a los medios incómodos... Feijóo sufrirá un calvario en la Moncloa. Su mandato será un infierno. Asfixia económica, movilizaciones callejeras, huelgas, inoperancia mediática, deuda, crisis…”Ni un año nos dura”, decían los kirchneristas sobre Milei. “Ni dos años aguanta el gallego”, apuestan los necios Oscarines del PSOE. 

Regreso a China

¿Y qué hará Margarita? ¿Por dónde andará entonces? No se olvide que fue ella impulsora clave de la batalla de Sánchez contra el aparato de Ferraz cuando lo echaron de la secretaría general por el pucherazo de la urna emboscada. Fue ella quien animó la moción de censura contra Rajoy (con inestimable soporte del juez Prada). Eran tiempos de maquiavelismo frenético en los que la titular de Defensa se desenvuelve con prístina habilidad. “La malicia de su pestilente ambición”. Montaigne. El libreto ha dado un vuelco. Toca preparar el futuro. Ahora es Zapatero quien diseña las estrategias, señala el camino, elige los socios y organiza el business. Se está forrando. Un hacha. De momento, y antes de la decisiva cumbre de la Otan de junio, Sánchez ya anunciado otro viaje a Pekín. La Cina è vicina. Ningún líder occidental se entiende tan bien con Xi Jinping, protector de Putin, abanderados ambos de la democracia, los derechos humanos y las libertades.. Entonces, ¿con la UE o con Rusia?  Algo apesta en este sanchismo postrero, en el crepúsculo de esta era tenebrosa. 

Margarita, está linda la mar. Te voy a contar un cuento. Fin.

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