Opinión

Mayoría absoluta contra Pedro Sánchez

La derrota debería tener reflejo en Moncloa y muchos creen que Sánchez entregará alguna cabeza (Robles, Marlaska) en una remodelación de Gobierno tras la cumbre de la OTAN. Pero él intentará resistir

  • Juanma Moreno celebra su arrolladora mayoría absoluta en Andalucía. Ep

"Juanma Moreno quería marcarse un Ayuso y casi gana a lo Ceacescu". La hipérbole caricaturiza una jornada que deja muchos perdedores, uno de ellos Pedro Sánchez, y solo dos claros vencedores: el presidente de la Junta y el líder nacional de su partido, Alberto Núñez Feijóo, que da un paso decisivo hacia La Moncloa gracias al triunfo de Moreno en el granero socialista y, además, sin la muleta de Vox a quien una mala campaña y el voto útil han convertido en "intrascendente".

Moreno Nocilla -como peyorativamente le llamaban fuera y dentro del partido por ser "demasiado blando"- ha conseguido cuatro años después convertirse en Juanma Moreno a golpe de moderación, gestión y sentido común y romper el techo de los populares de Javier Arenas, con casi 150.000 votos de socialistas que ahora confían en él para que no gobierne con Vox y otro medio millón de votos de Ciudadanos. Así, entrega a Alberto Núñez Feijóo la primera mayoría absoluta del líder gallego al frente de Génova y nada menos que en el granero de votos del PSOE.

Juanma, el hombre de Soraya al que Teo García Egea le quiso hacer las listas provocando su ausencia del congreso, ya puede presumir de haber conseguido más que Isabel Díaz Ayuso, que se quedó a tres escaños de la mayoría absoluta. Y si "Isabel echó a Pablo Iglesias de la política, Juanma puede haber dado el paso definitivo para que Alberto (Núñez Feijóo) saque a Pedro Sánchez de la Moncloa", aventuran ufanos en Génova en una noche que el gallego pasó en la planta séptima junto a su núcleo duro.

Cataclismo para Sánchez

La arrolladora victoria del PP en Andalucía –los socialistas han perdido por primera vez en democracia hasta en la provincia de Sevilla, la cuna de Felipe y de Alfonso, la Sevilla roja en la que siempre había ganado el PSOE en todas las elecciones, generales, municipales y autonómicas- supone un cataclismo para Pedro Sánchez. "Debería tener consecuencias –dice un socialista hoy apartado- pero no las tendrá. El partido está anestesiado".

Es la tercera elección consecutiva que pierde el PSOE con Sánchez en Moncloa –tras Madrid y Castilla y León -. El pobre Juan Espadas ha 'logrado' lo que parecía imposible: quedar por debajo de los resultados de Susana Díaz, que ya fueron los peores de la historia del socialismo en Andalucía. El PSOE ha perdido 140.000 votos con respecto a 2018. Por primera vez, no ha llegado siquiera a cosechar el millón de apoyos. El voto útil – "la gente ha preferido a Juanma en solitario, sin Vox", dice una fuente del PSOE andaluz- y "el lastre de Moncloa" han hundido a Espadas.

"Para los socialistas andaluces, un Gobierno apoyado en Madrid por Rufián y por Bildu no son las mejores credenciales", insiste la misma fuente. La campaña de Podemos contra la caza, el abandono de lo rural, las polémicas de Garzón con el chuletón o con las granjas, la fijación contra los toros de una parte del Gobierno en Madrid más una gestión “sensata” –según el CIS andaluz- de Moreno, ha sido un cóctel demasiado letal para el candidato socialista.

La derrota debería tener reflejo en Moncloa y muchos creen que Sánchez entregará alguna cabeza (Robles, Marlaska) en una remodelación de Gobierno tras la cumbre de la OTAN. E, incluso, en el horizonte se vislumbra una ruptura con ERC y Bildu: "No podemos ir a las municipales y autonómicas con estos socios, nos vamos a hundir", insiste una fuente socialista de ‘la periferia’.

La derrota debería tener reflejo en Moncloa y muchos creen que Sánchez entregará alguna cabeza (Robles, Marlaska) en una remodelación de Gobierno tras la cumbre de la OTAN

Sánchez debería romper antes, convocar elecciones e intentar salvar mínimamente los muebles del PSOE antes de que la crisis económica que se amenaza con romper en otoño, con los nuevos tipos de interés, la crisis de deuda, la inflación que ha venido para quedarse y las tuercas que nos van a apretar desde Bruselas acaben por dar un mayor voto de castigo a todo lo que representa el sanchismo.

Pero no hay ningún signo que indique que Sánchez vaya a reaccionar en ese sentido. “Se atrincherará en Moncloa a la espera de una salida honrosa, para él, a Europa”, insisten una y otra vez dentro y fuera del PSOE. Y dejará el camino expedito a un PP que lo único que debe hacer es no equivocarse y “no darnos tiros en el pie”, como hicieron recientemente con la guerra entre Casado y Ayuso.

Yolanda Díaz, plomo en las alas

Tiene el camino tan despejado que a la izquierda de Sánchez solo hay un páramo. La guerra entre Unidas Podemos y Adelante Andalucía ha acabado por echar más plomo en las alas de Yolanda Díaz, cuyo proyecto no levanta el vuelo entre fiascos electorales e imputaciones de sus oltras y colaus.

El PP ha ganado el centro, ha aglutinado el miedo a Vox, se ha comido los 21 escaños de Ciudadanos, ese partido zombie que, como ‘Los Otros’, está muerto y no lo sabe y ya recoge todo el voto de castigo de los socialistas desencantados con el rumbo instalado en Moncloa. Muchos votantes socialistas ya no aguantan el sanchismo. Ahora solo falta que los dirigentes del PSOE escuchen estos resultados que se producen por tercera vez, sean valientes y se planten antes de que sea demasiado tarde para ellos y para el propio partido.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli