Definitivamente, en lo que hace a su política de comunicación, este Gobierno sigue las reglas del parchís: Mete una y cuenta diez. Como muestra, en las últimas horas hemos tenido dos evidentes demostraciones.
El viernes tuvimos la fortuna de escuchar a la ministra de Hacienda -pobrecita- presentándonos los datos de la recaudación tributaria de 2021. Con toda seguridad, su comparecencia nada tenía que ver con la necesidad de desviar la atención del revolcón que el Tribunal Europeo de Justicia les ha propinado a ella y a su predecesor en el cargo. Ambos, responsables de haber estado aplicando durante ocho años la aberrante y abusiva norma del 720 que ha quedado perfectamente retratada en la sentencia europea como “extremadamente represiva” y vulneradora de la seguridad jurídica.
No obstante, al informar sobre la recaudación tributaria del año pasado y ejerciendo de tahúr del parchís, María Jesús Montero informó que los ingresos tributarios del año pasado habían crecido un 15% sobre los obtenidos en 2020. Y por supuesto, su información fue acompañada por el ruido de los platillos y timbales hechos sonar por los propagandistas del Gobierno: ¡Gran éxito! Pues menos, como le vamos a explicar a la ministra y a sus mariachis.
Repasando los Presupuestos para 2021 se puede comprobar que el Gobierno había presupuestado que la recaudación impositiva crecería un 14%. De modo que el aumento obtenido -15%- tan solo supone haber cumplido casi exactamente el compromiso asumido. Comprendo que a este Gobierno cumplir ¡por fin! un parámetro económico de sus previsiones le parezca un súper éxito. Debe tener la misma sensación que tiene el alumno recurrentemente suspendido cuando en una ocasión logra sacar un cinco en un examen. Y, sin embargo, un análisis en detalle evidencia que el aprobado raspón obtenido por el Gobierno obedece a causas que emborronan su aparente mérito. Vamos a intentar que lo entienda hasta la ministra Montero.
¿Es un éxito entonces que el aumento de los ingresos tributarios supere en un 1% el presupuestado cuando la inflación real ha sido siete veces mayor que la prevista?
En el escenario macroeconómico que figura en el Informe Económico incluido en los Presupuestos para 2021, el Gobierno preveía que durante este año la inflación fuera un 0,9%. Y fue con este porcentaje con el que presupuestó un 14% de crecimiento en la recaudación tributaria. Lejos de su previsión, la inflación se ha desbocado y alcanzó el 6,5%. ¿Es un éxito entonces que el aumento de los ingresos tributarios supere en un 1% el presupuestado cuando la inflación real ha sido siete veces mayor que la prevista? Evidentemente, no.
La inflación sufrida -6,5%- ha supuesto un generalizado aumento monetario -que no real- de las bases imponibles del IVA, pues éstas vienen determinadas por los precios cobrados en la venta de bienes y en la prestación de servicios. Automáticamente, las cuotas del IVA también han aumentado en términos monetarios -que no reales-, por lo que el aumento de la recaudación del impuesto ha sido en buena parte monetario y no real.
Ministra Montero, como usted no sabrá hacerlo, encargue a los técnicos de su Ministerio que le calculen el crecimiento real -no el monetario- de la recaudación tributaria"
Algo similar ha sucedido en el IRPF y en el resto de los impuestos por lo que puede afirmarse que, en su valoración de lo recaudado en el último año, la ministra de Hacienda ha utilizado fraudulentamente la “ilusión monetaria” que decimos los economistas, para hacer aparecer como un gran éxito, lo que realmente no lo es.
Con estos trucos y con varias subidas de impuestos es como se ha logrado que los ingresos tributarios hayan crecido monetariamente un 15%, solo un 1% más de lo presupuestado. Ministra Montero, como usted no sabrá hacerlo, encargue a los técnicos de su Ministerio que le calculen el crecimiento real -no el monetario- de la recaudación tributaria y comprobará que se ha quedado en el 95% de lo que usted incluyó en los Presupuestos. Guarde entonces sus platillos y timbales y deje de juguetear al parchís.
Pero ¿Qué decir de la ministra Calviño? Predijo en su escenario macroeconómico que en 2021 la española crecería por encima del 7% -un 9% con los Fondos Europeos-, rebajó posteriormente la predicción al 6,5% y, finalmente, la realidad ha quedado en un 5%, dejando al desnudo sus previsiones.
Pero Calviño, dispuesta a ser más tahúr que Montero, sacó sus huestes a proclamar que en 2021 la economía española había crecido como nunca, omitiendo -es lo que hacen los tahúres-: Que fuimos el país europeo con mayor descenso del PIB en 2020, que somos el país europeo con menor recuperación del PIB perdido, que somos el país europeo con mayor desviación sobre el crecimiento previsto del PIB. Enhorabuena ministra, se supera usted día a día. Sigue impidiendo que la realidad le estropee sus fracasos.