Lo primero que debemos hacer es manejar los términos con propiedad.
“Palestina” como estado pudo haber existido en cinco ocasiones bien documentadas: en 1937, en 1947, en 1967, en 2000 y en 2008. Hasta sobra decirlo: los mandatarios árabes locales nunca quisieron un Estado palestino. Ni entonces ni ahora. En 77 años, nada ha cambiado para ellos y mucho menos hoy, atrincherados en la superioridad moral que les otorga Occidente, jaleados además con gusto por el antisemitismo internacional. En nada ha variado su obcecado repudio a la mano tendida periódicamente por Israel. Muy al contrario, los habitantes de Cisjordania y de Gaza han ido deslizándose por la pendiente del yihadismo hasta sumergirse entre los movimientos más fanáticos del mundo musulmán. En esos ambientes, las manos tendidas suelen acabar amputadas.
En 1947, antes del reparto de territorios por la ONU para erigir dos estados, uno judío, otro árabe en la Palestina del mandato británico, sus líderes árabes cayeron inesperadamente sobre la oportunidad de convertirse en los dueños de unas tierras que nunca les pertenecieron. Así empezó todo.
La primera guerra con la que pretendieron “echar a los judíos al mar para alimentar a los peces” de 1948 les salió mal. Fue la Guerra de Independencia de Israel. Setenta y siete años después, aún no han digerido que Israel está allí para quedarse. Por lo tanto ellos han seguido por la misma senda, perdiendo, una a una, todas las oportunidades que les ha brindado generosamente la Historia.
Para seguir hablando con propiedad, “Palestina” como nación, no existe. Nunca existió. Los “palestinos” nunca fueron un pueblo, no tuvieron jamás una lengua propia, ni una cultura diferenciada de la de sus vecinos árabes, ni unas tradiciones particulares ni una Historia en común. Tampoco tuvieron un Estado propio en algún pasado, remoto o reciente, que pudieran reclamar. Si hubieran aceptado la partición de la ONU de 1947 y hubiesen, a la par que los judíos, proclamado su propio Estado, hoy serían una nación entre las árabes, con una identidad forjada desde arriba, desde dentro, como lo hizo su vecino, el reino hachemita de Jordania, por ejemplo, que pocos años antes de su proclamación, era en su mayoría una amalgama de tribus nómadas.
'Palestina' fue el nombre que los romanos dieron a Judea y a sus territorios adyacentes para desvincular, de una vez por todas, al pueblo judío -fiero, rebelde, reincidente e indoblegable- de su territorio
Para proseguir hablando con precisión, la denominación “Palestina”, tan manipulada para plasmar hoy los “anhelos milenarios” del “pueblo palestino”, fue el nombre que los romanos dieron a Judea y a sus territorios adyacentes para desvincular, de una vez por todas, al pueblo judío -fiero, rebelde, reincidente e indoblegable- de su territorio, a la vez que lo condenaba a la esclavitud y al destierro. Si algo reemplaza el nombre de Palestina es justamente el nombre de Judea (Judíos-Judea) en las antiguas tierras del Reino de Israel.
Llegamos así a que el relato según el cual el “pueblo palestino” era el morador de unos territorios que “invadieron” y “colonizaron” los judíos en masa, principalmente debido al Holocausto, cuando “sustituyeron” a los “pobladores autóctonos” tras dilatada violencia y extrema crueldad, proceso que coronaron con la “Nakba”, el gran desastre, la supuesta expulsión fundacional de la “identidad palestina” es un producto malévolo de la reescritura interesada de la Historia. Si los “Palestinos” se empeñan en permanecer detenidos en el lapso previo a la partición de la ONU, entonces hay que manejar los datos de hace tres cuartos de siglo con enorme prudencia.
Cuando en 1948, Israel salió vencedor de su primera guerra: 8.6% de sus tierras pertenecían a judíos; 3,3% a árabes que a partir de entonces accedieron a la ciudadanía israelí; un 16,9% de las tierras fueron abandonadas por aquellos árabes que huyeron para no volver, como suele ocurrir en la Historia con los enemigos que pierden las guerras que han empezado. El resto de las tierras, más de un 70%, eran propiedad de la administración británica y, como acordado, fueron entregadas al nuevo Estado judío como hubieran sido entregadas las suyas al Estado árabe que pudo ser y no fue.
Israel resultó victorioso con bravura que asombró al mundo entero. Era el mismo pueblo que acababa de sobrevivir a las fosas comunes y a las cámaras de gas en Europa
Para poder hablar con conocimiento, la tan frecuentemente invocada “Nakba” fue un desastre como su nombre indica, sí, pero auto-infligido. Los 700.000 árabes que partieron de sus hogares en suelo destinado a ser el Estado judío, se pusieron en marcha con el cuento de la lechera en sus mentes o empuñando sus armas pero desde luego, con la codicia en sus corazones. Israel resultó victorioso con bravura que asombró al mundo entero. Era el mismo pueblo que acababa de sobrevivir a las fosas comunes y a las cámaras de gas en Europa con la complicidad, la indiferencia o el silencio de unos y de otros.
En el calor de la contienda, Jordania se apropió de Cisjordania, el otro margen del río Jordán, y de Jerusalén del Este, y las incorporó a su reino, con la aprobación activa de los notables locales, a quienes entonces, no solo complació el ofrecimiento de ser absorbidos por Jordania y lo refrendaron gustosamente (Conferencia de Jericó, 1948), sino que ni se les ocurrió reivindicar Estado palestino alguno. A su vez Egipto, en otra de las fronteras del nuevo Estado judío, conquistó en el 48 Gaza, rebosante de refugiados árabes huidos de Israel, que lo habían perdido todo.
En cambio, los árabes que permanecieron en el Estado judío son hoy ciudadanos israelíes de pleno derecho y, desde el 7 de octubre, más del 70% se reivindica israelí sin fisuras. El régimen de “apartheid” que se le imputa alegremente a Israel hace de los árabes los iguales de los judíos israelíes hasta el punto de que no solo no desean mudarse a un “Estado palestino” que tantos prometen, reconocen o quieren imponer, sino que su silencio explica muy claramente con quién no están.
De 156.000 árabes que permanecieron en 1948 en el interior del Estado judío, tras el “genocidio” cometido por Israel, hoy suman casi 2 millones con pasaporte israelí
Para hablar, una vez más, con propiedad, ese “genocidio” que no se les cae de la boca a tantas almas envenenadas por un odio milenario sin disimulo, esa palabrota de la que no conocen ni su origen ni su contenido, y de la que solo les interesa su retintín difamador, ese “genocidio” es el primero del mundo que funciona a la inversa: de 156.000 árabes que permanecieron en 1948 en el interior del Estado judío, tras el “genocidio” cometido por Israel, hoy suman casi 2 millones con pasaporte israelí. De 700.000 árabes que huyeron en 1948, hoy, como consecuencia del “genocidio” perpetrado por Israel, suman 5.2 millones de seres. Esas son las cifras.
En cambio, que las Cartas Nacionales o Constituciones de los dos poderes palestinos, Hamas y Fatah -que se entrematan cruelmente entre sí, sin apenas tregua, desde hace casi 20 años en los territorios de “Palestina”- proclamen sin tapujos la erradicación del Estado judío y de sus habitantes no evoque para nadie el término “genocidio” no parece reseñable. Es cierto que Hamás va más lejos que su rival y aboga abiertamente por el aniquilamiento total, la solución final para el pueblo judío, esté donde esté, pero eso nunca estropea una buena causa.
Han tenido muchos años en Cisjordania y en Gaza para convertirse en ese Estado que al menos Israel quiso creer que podría rivalizar un día con Singapur o con Taiwán. Que el estado judío entregase a finales de los 90, tras los Acuerdos de Oslo, Cisjordania a la ANP y después Gaza en 2005, tomándose como es normal, las precauciones necesarias para su seguridad -a tenor de lo visto insuficientes- nunca ha modificado la ecuación ni un ápice ni para los palestinos ni para sus admiradores.
Para los palestinos, el tiempo no pasa. Siguen mentalmente congelados en un mundo anterior a la proclamación del Estado judío, petrificados en un periodo que aún pertenece a la era colonial. Incapaces de subir a su gente al tren del progreso, solo aciertan a hundirla en la oscuridad de sus atroces decisiones. Aparcaron a sus “víctimas de la Nakba” en campos de refugiados en su momento, y los mantienen ya casi 4 generaciones languideciendo de inactividad y de pereza, condenados al analfabetismo y a la autoconmiseración, sufragados y vigilados por la UNWRA, que no son más que ellos mismos, sus propios carceleros, que les obligan a heredar, de generación en generación, el mísero título de refugiado como si de un título nobiliario se tratase, y esa maldición, su única identidad, es una mochila de plomo cada vez más difícil de cargar.
Los palestinos se ven cada vez más abocados a alinearse con lo que va quedando disponible, el fanatismo radical dentro del Islam: los Hermanos Musulmanes, Hezbollah, ISIS, Al Qaeda e Irán
No hay más que ver la desolación, la pobreza, la falta de horizontes de las poblaciones de Cisjordania y de Gaza cuando sus dirigentes, en cambio, nadan en la abundancia y en el esplendor que tanta compasión y subsidio internacional facilita. Para eso, entre otras razones, los encierran allí. Y, mientras, como muy a pesar suyo, la Historia avanza, los palestinos se ven cada vez más abocados a alinearse con lo que va quedando disponible, el fanatismo radical dentro del Islam: los Hermanos Musulmanes, Hezbollah, ISIS, Al Qaeda e Irán.
Sus antiguos socios para consumar la destrucción de Israel han dado el salto, desde hace tiempo, a la modernidad. Egipto tardó 31 años en firmar la paz con Israel y Jordania, 46, pero apostaron por la prosperidad de sus pueblos, mientras los palestinos se seguían hundiendo en el enaltecimiento de la muerte y en el terror. No es por casualidad que en 2001 saliesen en masa a celebrar por las calles de Cisjordania y de Gaza la destrucción de las Torres Gemelas con sus 3.000 desoladores muertos.
Los Acuerdos de Abraham de 2020 tardaron 72 años en llegar pero tejen una telaraña de concordia y progreso entre Emiratos Árabes Unidos, Bahrain, Marruecos, Sudán e Israel, de la cual, de nuevo, los palestinos de Cisjordania y Gaza se han autoexcluido. Arabia Saudí espera ahora su turno impacientemente, para tender la mano a Israel. Si aún no lo ha hecho es para no regalarle a Biden lo que Trump diseñó durante su presidencia, ahora que tiene los visos de volver a la Casa Blanca.
Por eso felicita Hamás a Sánchez, que juega frívolamente con ese fuego e incita a los miembros de su gobierno a hacer las declaraciones explícitas sobre la destrucción del Estado judío
Sorprendentemente, el mundo occidental en particular, oasis de democracias donde los haya, quiere, a pesar de todo, imponerle a toda costa al Estado judío, un Estado palestino que los palestinos aborrecen, en el que el fanatismo islámico con el que tanto les complace coquetear, campe a sus anchas. Abogar por un satélite de Irán en Cisjordania y Gaza, con unas poblaciones radicalizadas en extremo, que desde el pogromo del 7 de Octubre apoyan las monstruosidades de Hamás en un 80%, no puede tener otro objetivo que el de asegurarse la destrucción total de Israel. Por eso felicita Hamás a Sánchez, que juega frívolamente con ese fuego e incita a los miembros de su gobierno a hacer las declaraciones explícitas sobre la destrucción del Estado judío (“Palestina será libre desde el río hasta el mar”) que él mismo aún no se atreve a pronunciar.
El reconocimiento de esa "Palestina" abstracta, imprecisa e idealizada es un gran premio a las violaciones rematadas con desmembramientos de los judíos del 7 de octubre pasado; es la recompensa por las familias quemadas vivas atadas entre sí como fardos mientras ardían con sus pequeños; es un aplauso a las granadas lanzadas por las ventanas de los dormitorios de judíos indefensos de todas las edades; es un vítor a los ametrallamientos salvajes sobre una estampida de jóvenes judíos aterrorizados en una rave al aire libre; es un gran elogio a las amputaciones a machetazos de decenas de chicos y chicas vivos; es una celebración de las brutales violaciones grupales todas rematadas con las agonías de sus presas filmadas en directo por los perpetradores; es, finalmente, el mejor de los premios por la importante contribución de Hamás a la vuelta al Medievo con el secuestro de rehenes que venden sin escrúpulos cuando, para más horror, los devuelven violados, ensangrentados, famélicos, torturados y amputados. Los 128 que aparentemente nos quedan, si aún siguen con vida, los seguirán vendiendo a más alto precio sin escándalo alguno.
Hamás conoce muy bien la enfermedad de su audiencia, que ahora le corresponde histéricamente en los campus cuando no diplomáticamente en las cancillerías, rebosantes ambos de despecho contra la osadía de un Estado judío dispuesto a defenderse. Nada de todo ello es nuevo para los judíos. Hemos pasado infinitas veces por esto.
Nada produce más rabia, más indignación que comprobar cómo los judíos no acaban de estar dispuestos a que los demás decidan lo que es mejor para ellos; nada produce más cólera que ver a los judíos no estar dispuestos a ser ofendidos, acusados, difamados, vilipendiados, insultados, maltratados y cuando necesario, también aniquilados.
Está en nuestra memoria colectiva y en nuestros libros ancestrales. Esos episodios nos los contamos todos los años, los unos a los otros, para estar seguros de transmitirnos lo que nos puede esperar en cada generación.
Hamas será derrotado, como lo será, muy a pesar de los numerosos Sánchez, de los Khan, de los Butler de nuestra cultura, porque nos va la vida en ello, las vidas de todos nosotros.
Cuando los rehenes retornen, como volvieron hace casi 80 años los supervivientes de los campos de exterminio -maltrechos, torturados, esqueléticos, traumatizados por el mal pero también por la indiferencia, el abandono y la soledad- también entonces surgirán los Justos entre los Palestinos, que los habrá, como supimos de los Justos entre las Naciones en la época más negra de la civilización europea, que fueron los que con su código moral, al margen de las masas y de su entrega a la orgía del exterminio, nos devolvieron, con su luz, la fe en la Humanidad.
Por ellos, con ellos, se construirá esa Palestina que sí tendrá continuidad, la Palestina que vivirá, frontera con frontera, en paz, con el Estado judío de Israel.
DDT
Exacto. Todos esos que cacarean "genocidio" y "Derechos humanos" con pena e interés fingido, lo único que miran es a ver si pueden pescar votos polarizando a la gente, como con todos los temas. Son un cáncer que perjudican a todo lo que tienen alrededor.
Sonroca
No se puede explicar mejor!
JaimeRuiz
¡Qué bien haría Israel si sus servicios de información pudieran mostrar pruebas del movimiento de dineros del narcotráfico y del régimen venezolano hacia políticos, periodistas y jueces españoles.
Leonidas
Lo que hay que leer. Si hubieran sido todo mujeres, ¿Se habría ido? Se nos ha ido la olla y la torta de realidad va a ser de las que hacen época. Como todos somos iguales, por ejemplo en la guerra de Ucrania, sólo dejan huir a las mujeres. Los hombres deben quedarse obligatoriamente a morir o matar. Venga ya
arturo moreno
Muchas gracias por este artículo, pero ya sabemos que los rojos lo debatirán por medio de sus Leyes de Memoria Histórica para dar gusto a los jóvenes víctimas de la doctrina comunista impartida en los "Centros educativos" que ellos mismos regentan.
RAFA PEREZ
No cabe más torpeza en el PSOE. Pensaba que Margarita Robles era la más sensata del Gobierno. Pues no. Decir lo que ha dicho y añadir que no va contra Israel, es una auténtica majadería. Eso es lo que pensará ella, pero no el destinatario del mensaje (Israel). Los "progres", menos progresistas que los demás, están pidiendo que Israel se quede con los "brazos cruzados", mientras los terroristas mantienen los rehenes y le lanzan misiles. ¿No cabe mayor sandez! Los ciudadanos de Palestina, rehenes de los terroristas de Hamás, los que deben hacer es colaborar con Israel para acabar con la organización terrorista que los utiliza como escudos humanos. Ellos son los verdaderos culpables de la muerte de ciudadanos palestinos. Estoy convencido que si los terroristas, ellos tan guerreros y valientes, se apartan de la población civil, Israel no les va a disparar ni tirar misiles a ellos. La mayoría estamos de acuerdo con los dos Estados, pero ahora no. Cuando se acaben las exportaciones a Israel y algunas empresas españolas empiecen a cerrar o reducir empleados ¿Qué harán los "progres". Mayores razones hay para protestar y adoptar medidas contra Putin. No es necesario explicarlas.
JaimeRuiz
Leí un texto de un repulsivo propagandista antisemita diciendo que Israel nunca aceptaría un Estado palestino. ¿Cuánto hay de ignorancia y cuánto de mala fe? Siempre pueden crear un Estado palestino que sería reconocido por todos los países, sólo que deben reconocer a Israel con las fronteras actuales y renunciar a volver (como los alemanes no reclaman el retorno a Prusia Oriental). Todo el problema es el reconocimiento de Israel, incluso la masacre del 7 de octubre se cometió para impedir avances en ese sentido por varios países árabes. Lo que hace el gobierno del malhechor Sánchez es sumarse a Irán, que proclama abiertamente el exterminio de los judíos. Sánchez depende de Irán, socio de Cuba. Cuando la ruina creada por Zapatero sacó al PSOE del poder llegaron los millones de Irán y Venezuela a financiar a los comunistas de Podemos, gracias a los cuales llegó Sánchez al poder. Pero ¿quién es Ábalos? Un antiguo socio de las guerrillas colombianas que recorrió con Sánchez España promoviendo su candidatura a las primarias del PSOE. No se les ocurra imaginarse los argumentos tan persuasivos que tendrían con las direcciones provinciales y locales. Un dato: el chavismo lleva 25 años oprimiendo a Venezuela, se calcula que en ese tiempo ha dilapidado unos dos millones de millones de dólares.
MonchoCRY
No se puede reconocer un estado que no existe. El estado palestino no tiene carta de naturaleza hoy ¿quién lo representa? ¿Puede Hamás representar en realidad a un estado? ¿Cisjordania y Gaza son lo mismo, tienen instituciones conjuntas, están organizadas en forma de estado? No existe un estado palestino, luego reconocer algo que no existe es un grandísimo error. Yo espero que los justos entre los Palestinos emerjan, y ese estado se pueda reconocer en un futuro, pero hoy en día, como vimos el 7 de octubre, en Gaza manda un grupo terrorista, quizás el peor que hemos conocido. No hay nada que reconocer hoy.
Max P. Palla
¿Que los palestinos no son una nación? ¿Que Palestina no existió nunca? Pues que se lo diga a los sionistas que en 1900/1930 recaudaban dinero en USA con bonitos poster y bonos para "liberar" Palestina. O a los alemanes de 1933, que hablaban de volver a Palestina en la Ha'avara, el acuerdo de cooperación con los nazs que firmaron el 25 de agosto de ese año. Los que JAMAS tuvieron nación ni son un pueblo son los judíos: Cuando Herzl empezó su demente plan, un judío alemán no se podía entender con uno ruso,. mucho menos con uno yemení, o uno marroquí: Los judíos no tenían ni lengua, ni cultura, ni folklore ni etnicidad común. Lógico: SON UNA RELIGIÓN. Hay judíos askenazis alemanes (los supremacistas blancos que gobiernan la colonia), hungaros morenos como gitanos, bereberes, palestinos mizrazi, negros de Etiopía o Nigeria, chinos, etc. El sionismo es un delirio racista nazionalista que bebiendo de las mismas fuentes que Hitlr inventó un pueblo como Adolf inventó lo de los arios. Más garve aún es esa mentira de que Israel quiere la paz: Difícil de sostener, cuando no ha respetado uno solo de los acuerdos que firmó. En Oslo se comprometió a retirarse de Cisjordania, salió del 2% y a los pocos meses volvió a robar tierras y construir asentamientos. Hamas (una creación del Shin Bet, recordemos, que llevó a Yassin a Gaza y le financió) le ofreció repetidamente la paz -en 2006, explicita y seriamente- a cambio del cese de la ocupación y el retorno a las fronteras de 1967, las reconocidas internacionalmente. Israel se negó. El plan sionista lo dejó bien claro Ben Gurion: "La eliminación de los árabes es un precio aceptable por la creación de un estado judío" (diarios años 20), "debemos expulsar a los árabes y ocupar su lugar" (carta a su hijo Amós, 1947). Israel podría contestar a Hamás, su obra a la que conoce perfectamente, sin hacer matanzas ni devastar territorios. Los proyectos urbanísticos para las playas de Gaza que conocemos ya explican por qué hace otras cosas. Afortunadamente la máscara de la "democracia asediada" ya ha desaparecido: Los jóvenes US, por ejemplo, ya saben que Israel es un proyecto colonial repugnante que impone un apartheid cruel a los colonizados y les niega sus derechos. Evidentemente, esa entidad sionista desaparecerá: Deberíamos ayudar ignorando a cómplices como la autora, incapaz de mostrar la más mínima empatía hacia las víctimas de 100 años de crímenes sionistas, imponiéndoles boicot, sanciones y desinversiones, como hicimos con su pais hermano, la Sudáfrica racista y colonial de hace 40 años: Funciona.
Tony010
Luis lo ha dejado muy claro. La UE (BCE) es tan culpable como la FED o más, son la peor de todas las peores élites globalistas. Sus "ayudas" con comunismo planificado. Pero átese los machos, como ahora la FED sube tipos agresivamente, para que no se desplome la cotización Euro/Dolar y se encabrite aún más la inflación en Europa, al BCE no le queda más remedio que subir también tipos, en medio de una guerra, una crisis energética descomunal provocada por la religión climática, y con una recesión gravísima en ciernes, una deuda europea descomunal y unos países con un déficit fiscal apabullante. Simplemente suba Vd. 0,5% los tipos que paga el Tesoro en España por endeudarse y calcule el incremento de la factura para España ..... Pero tranquilo, todos seremos veganos en breve. Charlot ya se echaba sal a las suelas de sus zapatos, que eran de origen vegetal.
Max P. Palla
Insoportable colección de mentiras, repugnante comnplicidad con ese proyecto colonialñ de unos protonazis europeos q
YoNoSoyYo
Bravo! Excelente artículo esclarecedor. Todo está dicho.
Luzmasluz
Corría el año 1969 ¡1969! y conviví unos meses, en una pensión, con un muchacho palestino, palestino, estudiante de medicina, en la Universidad de Barcelona - no lo comprobé personalmente- y ya entonces me informó de muchas cosas que aparecen en el artículo... para nada echaba la culpa a los israelitas: no nos tratan mal y no pagamos más impuestos que los propios israelitas, no impiden que vayamos a estudiar al extranjero...". La culpa de todos los problemas se la atribuía a los propios jefes locales que entonces estaban azuzados por Nasser... ¿Qué harían los ricos e influyentes jefes de Hamas si los palestinos pasasen a depender de la Administración israelí? Harán lo que sea para que eso no ocurra....
k. k.
Un artículo documentado con datos objetivos y argumentos sólidos. La primera frase apuntaba maneras: "Lo primero que debemos hacer es manejar los términos con propiedad". Gracias por este trabajo de calidad, tan necesario en estos tiempos tan mediocres. Un gusto haberlo leído. Por favor, siga escribiendo en este medio. No son muchas las columnas de opinión (y hechos) de este nivel.
Ansurez
Nadie quiere el estado palestino,lo que no saben es que hacer con la gente,a los países árabes les molestan,son un clínex de usar y tirar,los judíos si pudieran les matarían a todos,pero no quedaría bien,no por matar(que si)si no por quedarse con todas las tierras,y cuando las logren,más vale que Jordania tenga armamento nuclear
vallecas
¿Ve a lo que me refiero Sra Mazin ?? Usted se afana en explicar que hasta en 5 ocasiones Palestina ha tenido oportunidad de ser un "país independiente" y que han rechazado la oportunidad y el comentario anterior dice " los palestinos tiene derecho a un estado". Como le digo, una batalla perdida ¡¡estamos perdidos¡¡ Socorro.
Susanam
Los palestinos tienen derecho a un estado
figueroista
Si fuera como dice esta periodista de pacotilla, las empresas sólo, SÓLO contratarían mujeres porque, por el mismo trabajo, cobran menos.
Futre
Felicidades por el artículo. Esa es la pura verdad. Una nación desarrollada, inteligente y democrática contra mentes ancladas en el medievo
vallecas
No se moleste Sra. Mazin, la batalla está perdida. La Izquierda de Occidente ha enloquecido. Tratan de destruir las sociedades con viven en libertad y progreso, están destruyendo sus cimientos. En Madrid tenemos la mejor asistencia sanitaria de España y una de las mejores del Mundo, la izquierda fanatizada está dispuesta a destruirla por su ideología. Está todo orquestado por fanatizados poderes que odian Occidente. Está orquestado por Qatar, Irán, Rusia, China que gracias a una inteligente y financiada propaganda y la ayuda EXTRAORDINARIA de la izquierda Occidental están teniendo un notable éxito. Vea lo de los "campus universitarios" de USA donde los participantes no sabían poner en el mapa donde estaba Gaza. Batalla perdida, Dª Dafna. Los "justos" Occidentales no aspiran a cambiar las cosas, sólo quieren ganar las elecciones.
Nolie1
Brillante artículo. Un viaje a través de la historia desenmascarando las mentiras y los tópicos antisemitas. Desafortunadamente, no veo a ningún palestino sensato con una antorcha de paz. Si aparece, lo matarán de inmediato.
RAFA PEREZ
Es importante que la izquierda se dé cuenta de lo que debe pedir y reivindicar en este conflicto creado por la organización terrorista Hamás. -- Lo primero, liberar todos los rehenes. -- Segundo, el pueblo de Palestina debe exigir a los terroristas que no los utilicen como escudos humanos, porque ellos son los responsables de la muerte de civiles. Así está contemplado en los tratados. -- Después que se entreguen todos los terroristas a las autoridades de Israel o de un organismo internacional. Una vez concluido lo anterior, los organismos internacionales correspondientes deben exigir e imponer a Israel la creación de un Estado palestino con organización y medios para hacerlo viable.
Maltrecho
Los israelíes no son unos santos. Quizás hasta hayan permitido que se les ataque para poder mermar Gaza. Serán malos, pero son malos con los que podríamos entendernos. Nuestra civilización tiene raíces comunes. Serían algo así como nuestros malos. En cambio, a Hamas nos costará comprender. Tanto odio, tanto desprecio a la vida. Si no pasan a cuchillo y mean sobre los cadáveres de los israelíes es porque no pueden. Son malos con los que no podríamos entendernos. Mientras nos necesiten parecerá que sí, ¿y luego? No son buenos vecinos. Y el pueblo permite a sus dirigentes. Muchos serán pasivos que no quisieran líos con nadie. Ni siquiera enfrentarse a los terroristas. Hay una inquietante costumbre de prolongar los conflictos bélicos. Unos dicen, vénganse pero déjeles ahí para que puedan volver a atacar de nuevo. Invadales pero no mucho. Puede atacar sus complejos militares pero no a aquellos civiles que les guarnecen. Etc ...
Norne Gaest
Gracias a Voz pópui por ofrecernos la visión de Israel. Bastante condena tenemos con las televisiones, haciendo el juego a Hamás y el extremismo islamista. Pero Occidente no es solo la extrema izquierda. Ni es Sánchez, otra pesadilla que padecemos muchos españoles. Israel nos representa mucho más que la parte contraria a los que apreciamos la libertad y la verdad, no la propaganda buenista y falsa. (Y corto aquí el comentario, antes de que el sistema se lo trague por tercera vez)