Los ególatras no se miran al espejo. Les basta con el papel que hacemos nosotros escribiendo sobre ellos, aunque las cosas se aceleraron mucho y ahora han descubierto que no les basta con las dosis que les regalan los medios de comunicación. También lo pueden hacer solos exhibiéndose día tras día sin intermediarios. López Obrador en México lo practicó con gran éxito electoral y le sigue su sucesora Claudia Sheinbaum. Lo mismo que Chávez en Venezuela y la precuela de Madero. Trump ha convertido el salón de la Casa Blanca en una rueda de prensa continuada con arrogante exhibición mundial. Lo que el común desconoce es todo el aparato de asesores y periodistas participantes en el espectáculo para que el protagonista aparente estar muy cerca de la sociedad que le escucha, sin posibilidad de replicar.
En el fondo y en la forma representa la decadencia del parlamentarismo. ¿Para qué necesitan a unos diputados siempre picajosos si tienen la posibilidad de acceder sin interferencias al gran público? Ahí entramos nosotros, los periodistas. Todavía no salgo de mi asombro al enterarme que el partido en el Gobierno ha concedido un premio a la periodista Silvia Intxaurrondo, a la que no conozco de nada, en reconocimiento, aseguran, de su objetividad e independencia. Que un partido político tenga la desfachatez de conceder premios periodísticos es una ofensa a la inteligencia y al gremio. Nadie entendería que el PP, Bildu, Vox o Junts, concedieran galardones sobre lo que ellos consideran objetividad e independencia dentro de su galaxia partidaria. Aceptarlo y recibirlo no es para incluirlo en el currículo a menos que se hayan cambiado las reglas del oficio en democracia. En pura lógica, debe interpretarse como un baldón profesional.
Pues ya ven que no. Y lo más llamativo es que nadie se da por aludido. Nunca he visto un supuesto informativo de Silvia Intxaurrondo -creo que tiene uno matutino en TVE- y no puedo hacerme una opinión sobre su presunta objetividad e independencia, pero no cuesta imaginar que si el partido que te ha puesto ahí es el mismo que te premia en la sede de Ferraz y con presencia de líderes y hasta ministros, es señal que lo estás haciendo muy requetebién para sus intereses; unos intereses que por principio no son los de la independencia sino los que privilegian a quienes gobiernan y te pagan. ¿Cómo es que hemos llegado a un punto en el que debemos recordar lo evidente? Pues, muy sencillo, porque la evidencia no vale un carajo; lo que importa es el instrumento.
Entraron en colisión dos mundos que hasta ahora iban paralelos: los intereses económicos y los políticos
Desde que el profesor Aranguren dictaminó que “El País” era una especie de intelectual colectivo de la Transición, por más que luego se arrepintiera de haberlo dicho, hasta el consenso de intereses de Jesús Polanco y el presidente Gonzàlez, el grupo PRISA fue el más ferviente vocero del Gobierno, con alguna disonancia no exenta de complicidad. Por más que haya llovido, las aguas volvieron a su cauce oficial entre crisis y desbordamientos financieros. Pero el Amo decidió que no tiene suficiente con el apoyo incondicional de los medios adictos. Necesita un TV propia, no a la manera artesanal y sectaria de la Red de Iglesias Turrión, sino a lo grande y bien surtida de fondos públicos.
Entraron en colisión dos mundos que hasta ahora iban paralelos: los intereses económicos y los políticos. El financiero conocido como el del “Apellido Impronunciable” y la urgencia del Puto Amo trabajan en mundos distintos. Cuando ocurre esto lo habitual es que gane el Líder político porque tiene a su alcance el peso del Estado y sus innumerables vericuetos; la publicidad es el más socorrido pero hay otros como los créditos amañados a disposición del ahogado y la infantería mediática que puede convertirte en prohombre del progreso o en vil fachoso. Lo único incontestable está en que el Líder no tiene bastante con la servidumbre que señala “los hitos” (sic) del Presidente que “no se fía del PP” (“el mejor bailarín sin castañuelas”, dicen en Asturias para casos así); que hace falta más porque el castillo de naipes hay que reforzarlo cada día e incluso ir pensando si una quiebra del destino no exigirá de nuevo una “carta del enamorado” y un adelanto electoral y una previsible derrota, por más que el fatuo tontorrón de Tezanos le alegre los oídos. Todo buscavidas tiene que prepararse ante eventualidades insospechadas.
Que tenga que ser un financiero franco-armenio, Joseph Oughourlian, quien le recuerde al Presidente del Gobierno la significativa contradicción entre festejar los 50 años de la muerte del Dictador y la tentación de imitarle, resulta algo tan extravagante que dicho en un diario tan oficioso como “El País” tendría que hacer mirarse en el espejo a la servidumbre mediática; si no es que la adicción lacayuna los ha roto todos.
Un financiero tiene como tarea manejar sus fondos y aumentarlos. Es lo que se llama con razón “sus intereses” pero que de pronto haya de ser la voz para recordarnos la deriva en la que nos han metido es algo tan insólito que obliga a echar mano del espejo. ¿Nos reconocemos? Si observamos las trapacerías de Ábalos o Koldo, o de esa Familia Unida Jamás Será Vencida, nos la cubren los artilleros echando mano del Novio con Ático y negocios poco escrupulosos; si hay que debatir sobre la Defensa, nos la opaca el servicio doméstico de la presidenta Armengol y se cita a los partidos a tomar agua mineral en la Moncloa, con la misma botella para todos. Si llega a un acuerdo xenófobo con Junts sobre emigración, hay que hablar de “niños” y de Vox y de Mazón, cuando en realidad se trata de “adolescentes”, de la novia más fea y pestífera del baile, y por último de un impresentable con añadido de incompetente. Se podría seguir con otros variados paralelismos mediáticos.
No sé si a los televidentes les ocurre, pero a mí me repugna ver a esos periodistas metiéndole la alcachofa por la cara al adversario de turno para que confiese algo antes de entrar en el taxi. Eso es acoso y tiene mucho de género, aunque no haya sexo. Mientras tanto no parece que quieran contar por lo menudo que el servicio de trenes de Cercanías (Rodalías) en Cataluña está de huelgas intermitentes; los sindicatos no alquilados por el tándem Gobierno-Generalidad se niegan a aceptar el acuerdo con Esquerra, que les imposibilitaría solicitar cualquier traslado al resto de la península, entre otras cosas. Quizá no se hayan roto sólo los espejos sino algo tan cruel como asumir el silencio de los corderos.
acab.1958
22/03/2025 11:37
Un premio te lo conceden, en tus manos queda aceptarlo, ahí radica el detalle.
berenguer
22/03/2025 11:51
Excelente artículo y moderadamente vitriólico a diferencia de lo que es habitual ...
cnasciturus
22/03/2025 12:30
Tengo la certeza de que Mi Persona mantiene un escolta-espejo. No sé cómo lo hace, pero estoy seguro.