La maquinaria está en marcha. Madrid y los madrileños debemos prepararnos porque el Gobierno y sus socios están dispuestos a meter mano en nuestros bolsillos “insolidarios”. Con una campaña iniciada hace meses por ERC y Gabriel Rufián y amplificada ahora desde Valencia con Ximo Puig como cooperador necesario para tapar todas las vergüenzas de su gestión (pregunten a los pequeños empresarios y autónomos valencianos estos días...). Y si por el camino sirve para dar una patada en el trasero a Isabel Díaz Ayuso en la cartera de los madrileños, miel sobre hojuelas.
El presidente de los empresarios madrileños –y vicepresidente de la CEOE, no hay que olvidarlo- lo tiene muy claro. Este mismo viernes no dudaba en lanzarse contra la nueva campaña orquestada contra Madrid desde el Gobierno valenciano y secundada por Escrivá.
El impuesto “específico"que propone el cadí Ximo Puig –no ha dicho a partir de qué nivel de ingresos, claro- para que las rentas madrileñas "reequilibren y aporten un espacio de solidaridad” ha sido tildado por el presidente de la CEIM de “miserable”. Literalmente. Miguel Garrido ha defendido el modelo madrileño “que genera más empleo, crea más riqueza, recauda más impuestos, tiene menos deuda y es la que más aporta al resto de las CCAA. Además de incapaces son unos miserables”. Meridiano.
El ataque y las acusaciones de “dumping” fiscal contra Madrid no es nuevo. Gabriel Rufián ya lo verbalizó en el Congreso –esa Cámara que prometió abandonar hace años, y ahí sigue, agarrado como una lapa al cargo y al sueldo español- en noviembre pasado, cuando anunció un “acuerdo con Sánchez” para acabar con el “chiringuito fiscal” de Madrid a cambio del apoyo de ERC a los Presupuestos.
Ahora comienza la segunda fase de la ofensiva: Puig pide el impuesto especial a los madrileños y el Gobierno, con Escrivá a la cabeza, ve la propuesta “con mucho recorrido”. En noviembre, habrá un borrador de propuesta para reformar la financiación, según anuncia Montero, que niega que -pese a lo dicho por Puig y refrendado por Escrivá- esté en la agenda. ¿Alguien les cree? El globo sonda ya está lanzado. No quieren armonizar por abajo, su idea es más impuestos para Madrid. Y de paso, alentar la idea del nacionalismo neocastizo de Ayuso y su enfrentamiento, si fuera posible, con el resto de comunidades, incluidas las del PP. No importa que los datos (sus propios datos) digan lo contrario.
El nuevo mantra del dumping fiscal de Madrid se desmonta con la realidad y los números de Hacienda, pero eso les da lo mismo. Los defensores del cupo vasco y de la bilateralidad para Cataluña –con transferencias milmillonarias al Govern en mesas ad hoc- hablan de “reequilibrar” la fiscalidad de la capital. El destino del dinero recaudado sería para paliar el supuesto privilegio de Madrid por ser capital de España y aminorar el teórico perjuicio que provoca en el resto de regiones por sus impuestos bajos. Mienten otra vez.
Mienten con Madrid
Repasemos algunas cifras. Madrid es la Comunidad que más aporta al Estado y la que menos recibe de esas aportaciones. En concreto, en 2019 recibió solo el 23% de lo que ingresó en la caja común: aportó casi 90.000 millones de euros en ese ejercicio a través del IVA, IRPF e impuestos especiales –un récord de recaudación, por cierto- y se le reintegró a los madrileños poco más de 20.000 millones.
Para los que hablan de insolidaridad y dumping fiscal –Rufián, Puig, Escrivá- Madrid no ha dejado de aumentar el dinero recaudado para la Agencia Tributaria en los tres últimos años: 78.000 millones en 2017 (de los que se reintegraron a los madrileños poco más de 17.000); 84.000 en 2018 (volvieron 19.000 a los bolsillos de los madrileños); y, finalmente, los más de 87.000 en 2019, de los que se reintegraron poco más de 20.000.
¿Insolidaridad de Madrid, que es la que más aporta en el sistema de financiación autonómica? Los datos demuestran que la región es la mayor contribuyente neta a la caja común, con más de 4.000 millones y un 68% frente al 25,5% de Cataluña.
Otra de las acusaciones recurrentes por parte del Gobierno y sus socios es el dumping fiscal de Ayuso. Lo que callan es que, con los impuestos más bajos, Madrid ha aumentado su recaudación fiscal: la región es la que más recauda por el tramo autonómico del IRPF y donde más subió esa recaudación pese a tener el tramo más bajo de toda España. En 2019 se recaudaron 11.600 millones frente a los 9.900 de 2017. En la Cataluña de Rufián –con los impuestos autonómicos más altos- se pasó de 9.200 a 10.500; en la Valencia de Puig, de 3.700 a 4.300. Otra vez, con casi un 17%, Madrid es la que más aporta.
Madrid no ha dejado de aumentar el dinero recaudado para la Agencia Tributaria: 78.000 millones en 2017 ; 84.000 en 2018 y más de 87.000 en 2019, de los que se reintegraron poco más de 20.000.
Finalmente, Madrid también fue la segunda región que más recaudó por los impuestos cedidos (patrimonios, sucesiones, actos jurídicos) solo superada por Cataluña, con un millón más de habitantes y los impuestos mucho más altos. Según los datos de Hacienda, Madrid recaudó por estos impuestos 153 millones más que en 2018. La Comunidad Valenciana, apenas 600.000 euros más.
Los datos hablan, pero todo esto se lo callan. La orden es atacar la política fiscal de Madrid y de Ayuso que, para 2022, ha anunciado otra rebaja de medio punto en todos los tramos del IRPF. Demasiado para ellos y más teniendo en cuenta lo que pasó el 4-M. La consigna es clara: del 'España nos roba' de los independentistas catalanes hoy socios del Gobierno hemos pasado al 'Madrid nos roba', lanzado ahora desde la Generalitat valenciana. En otoño llega la reforma fiscal. Preparémonos. El líder de los empresarios madrileños lo tiene también claro: “Además de incapaces, son unos miserables”.