Salvo que adora el fútbol y el otro no, Sergio Massa guarda enormes similitudes con Pedro Sánchez. Ambos tienen 51 años, nacieron en la provincia que aloja a la capital de la Nación, son guaperas, seductores, chantas (fullero en lunfardo), frecuentadores de las trolas y de una ambición desmedida. Uno es peronista luego de arrancar desde formaciones derechistas y el otro abandera el PPS, Partido de Pedro Sánchez, luego de fumigarse a todos los refundadores del PSOE. Ambos estaban finiquitados hace unos meses y ambos han resucitado tras una pirueta prodigiosa que los coloca en la antesala de la presidencia de la Nación.
Sánchez olía a cadaverina tras las elecciones del 28-M, en las que perdió cinco gobiernos regionales y la mayoría las grandes ciudades. Massa fue arrollado por la derecha en las primarias de agosto, en las que cosechó el peor resultado en la historia del justicialismo. Tras el batacazo paralelo, Sánchez y Massa debían afrontar unas generales con cara de loser. Inopinadamente y en contra de todos los pronósticos, ambos consiguieron unos resultados impensables, un triunfo inesperado merced a unas campañas inteligentes frente a unos rivales entre excéntricos y adormilados.
Massa quizás lo tenía más difícil. El actual ministro de Economía ha superado en seis puntos y tres millones de votos el resultado de las primarias en una Argentina depauperada y famélica, con una inflación del 12 por ciento mensual, una deuda impagable y más del 40 por ciento de la población bajo el umbral de la pobreza. Sánchez no venció en las generales del 23-J pero evitó la anunciada sangría, remontó un millón de votos respecto a las últimas generales y ahora está a punto de rearmar un nuevo Frankenstein para seguir en la Moncloa otros cuatro años.
Massa ha inflado a Javier Milei, el libertario estrambótico líder de La Libertad Avanza, recién llegado a la política armado de una motosierra para recortar gasto publico, un personaje excesivo y único
El postulante español, pendiente de su investidura, ha ido por delante en la remontada y ha servido de guía al candidato austral. Ambos han derrochado dinero público, han mimado a los sectores sensibles, nichos de clientelismo como jubilados, desempleados, funcionarios, jóvenes ni-ni...con una profusión de medidas generosas en forma de aumentos de salario mínimo, de pensiones, cheques estudiantiles, bonos culturales, interraíles, subvenciones... Lo que en Argentina se llama 'el plan platita', dinero del Presupuesto para comprar voto.
Al tiempo, han alimentado a sus propios monstruos, los rivales de la derecha que despiertan recelo en el voto más conservador. Massa ha inflado a Javier Milei, el libertario estrambótico líder de La Libertad Avanza, recién llegado a la política armado de una motosierra para recortar gasto público, un personaje excesivo que se plantificó en el 30 por ciento de los sufragios y cuyo objetivo es acabar de una vez por todas con el kirchnerismo. Sánchez había hecho lo propio con su manoseo de la imagen 'ultra' de Vox, al que se empeñó en asimilar a la imagen del PP, con efectos indeseados en las ambiciones de Núñez Feijóo.
Massa tiene entre sus asesores a Antoni Gutiérrez Rubí, conocido en el Cono Sur como 'el catalán', un gurú del marketing político que ya condujo a Gustavo Petro a la presidencia de Colombia y que cuenta con una larga trayectoria en el subcontinente. Primero se enganchó a Cristina Kirchner, en 2017, cuando el justicialismo estaba en la oposición, y luego amigó con Massa, hasta hoy.
El peronismo es una enorme máquina de generar pobreza, una descomunal mafia en la que participan los sindicatos violentos y criminales, empresarios cleptómanos, sectores sociales adictos al clientelismo
Ocho décadas lleva el peronismo succionando la sangre de los argentinos en un castigo que se antoja insalvable. El movimiento creado por Perón -personaje atrabiliario, simpatizante de Franco y de Mussolini- ha derivado en una enorme máquina de generar pobreza, una descomunal mafia en la que participan los sindicatos violentos y criminales, empresarios cleptómanos, sectores sociales adictos al clientelismo y que ha colonizado cerebros y abducido mentes hasta convertirse en una maldición eterna. El que no es peronista es facho, yanqui, capitalista y gringo. Como aquí. El que no es de izquierdas es fascista, ultra, extremo derecha y franquista.
El triunfo de Milei en las primarias anunciaba hace dos meses la posibilidad del cambio. Quizás un espejismo. La derecha conservadora y profesional perdió la ocasión de mandar al tacho de la basura a Kirchner y su panda de saqueadores. Juntos por el Cambio, defensora de las clases medias, el progreso razonable, la órbita occidental, colocó de cabeza de cartel a una candidata seria y tristona, Patricia Bullrich, la gran derrotada de la noche. Aquí no cabe pensar en que la suma de los votantes de las dos derechas sumen sus votos para derrotar al mal. Muchos simpatizantes de Bullrich se irán con Massa antes de entregarle su papeleta al loco de de la motosierra. De esta forma, 'el arquitecto de esa casa en ruinas' que es la Argentina peronista, como señala el escritor Fernández Díaz, seguirá decidiendo los destinos de un país que, antes de emerger 'el general qué grande sos', era una de las grandes potencias de la región.
Luzmasluz
Peronismo allá, acá, pesoísmo...
yomemitutite
Es evidente el paralelismo entre la situación política en Argentina y en España. Curiosamente entre los múltiples colectivos beneficiarios del peronismo no menciona usted a los medios de comunicación públicos y privados, no sé si será porqué en Argentina no es así, no lo creo, o porqué se le ha olvidado. El año 2022 la Asociación de la Prensa de Madrid publicó un informe revelador “El año pasado las subvenciones a las compañías públicas de radio y televisión ascendieron a 2.129 millones de euros, el 35% de los 6.031 millones a que ascendieron los ingresos del sector audiovisual”.”” Los crecimientos más importantes los experimentaron las subvenciones (+12,5%)” Por otra parte según el artículo publicado por Borja Negrete y Rubén Arranz en VozPopuli el 26/06/23 “El gasto en publicidad institucional toma velocidad de crucero con Pedro Sánchez. ….. Con Sánchez en la Moncloa la tendencia ha vuelto a ser ascendente, hasta alcanzar la friolera de 554 millones de gasto en publicidad institucional, casi el doble que con los populares en el Gobierno.” “Además el pasado 29 de mayo, en el día en que Sánchez anunció la convocatoria de elecciones generales anticipadas, el Consejo de Ministros aprobó la licitación de contratos por valor de 440 millones de euros para distribuir 'publicidad pública' durante el próximo bienio. Esta cantidad cuadruplicará la del período anterior”. En estas condiciones el “extremismo” de Milei o de Vox exacerbado por sus rivales políticos en Argentina o por Sánchez en España encuentra canales públicos y privados convenientemente engrasados para repicar sus mensajes hasta la saciedad. Vista la evolución de los acontecimientos, al “extremismo” de la ultraderecha ahora los grandes medios empiezan a llamarlo sistemáticamente “populismo” para calificar sus propuestas como de algo utópico e irrealizable. Y sale Isabel Díaz Ayuso a proponer “ahora” la ilegalización de Bildu, cuando en las 2 ocasiones anteriores en que lo propuso VOX el PP votó en contra. Y sale Marga Prohens en Baleares diciendo que sí que van a ejecutar lo de la libre elección de la lengua en la enseñanza que ha propuesto VOX pero a su ritmo y no de la forma populista que propone VOX. Y rechazan los traslados de inmigrantes ilegales a otras partes de la Península como si lo hubieran descubierto anteayer. En otras palabras empiezan a reconocer que lo que proponían los de la “ultraderecha” no estaba tan mal, de hecho hasta incluso lo van a acabar haciendo ellos mismos, pero siempre desde la responsabilidad y la moderación y nunca desde el populismo. Y en cuanto a la responsabilidad del desastre institucional, social, económico que se cierne sobre España no se puede decir que el principal responsable sea el PSOE, porqué incluso igual se le necesita para construir una gran coalición PP/PSOE que excluya a la ultraderecha y su “populismo nefasto”. Señor Vara, son ya varios los articulistas de VozPopuli que acometen un esforzado ejercicio de blanqueo del PSOE llamándole PPS, muy en línea con el del PP (el exministro Fernández Díaz hoy mismo). Se empieza llamando hombres de estado a los terroristas, patriotas a los golpistas, y se acaba llamando PPS (Partido de Pedro Sánchez) al PSOE (Partido Socialista Obrero Español) para blanquear su responsabilidad como partido y para dejar en el aire la idea de que una vez extirpado Sánchez, el PPS, igual que el árbol talado, retoñará en PSOE y volverá a “sangrar, luchar y pervivir” para la libertad.
juanramon2007
En "La Casa Rusia", John Le Carré dice algo como que "hay que estar borracho para afrontar los problemas de un pais como Rusia". Puede que sea necesario hacerse el loco para afrontar problemas como los de Argentina, con su historia y presente. Yo no conozco a Milei, pero los 20 segundos que le he oído me han hecho reflexionar en que ójala alguna de sus "locuras" las pudiera hacer. Se encargaba de eliminar algunos departamentos, secretarías o como se denominen en Argentina absolutamente inútiles y que solo sirven para que vivan, y muy bien, algunos aprovechados/as a costa del trabajo de los argentinos. ¿Les suena la música aquí en España? La pena es que el PP-P Sanchista OÉ, al igual que la confabulación peronismo-parte de la derecha argentina (aunque llamar izquierdistas a los peronistas debe estar haciendo que Franco y Perón se estén "partiendo la caja") hace imposible cualquier racionalización en el gasto público que conlleve eliminar parasitismo de los presupuestos públicos por decirlo eufemísticamente.
Nomerindo
Saludos al foro. Los políticos emanan de la sociedad. Son el reflejo de lo que somos. Caso verídico, una votante socialista, "roja porque mi padre lo fue", mayor, no sabe quién es Otegui. Ni por el nombre. Para qué hablarle de donde reside la soberanía, ni lo que significa perderla. Pero vota. Así nos va. Y así nos va a ir. Queda alguna esperanza? O estamos a las puertas del infierno de Dante?
mariem
Coincido con lo dicho por SonWeb y Grossman y añado un factor que considero significativo: El sistema educativo del que han gozado los menores de 30-35 años les ha dejado el cerebro capitidisminuido. Y se ha hecho exprofeso. En muchos de más edad, la tontedad ya les viene de fábrica y la tontedad es fácil de manipular y direccionar.
SonWeb
¿Y quién vota con fundamento lógico? ¿Quién lo hace basado en principios morales o éticos? ¿Quién tiene en cuenta la evidencia empírica, los datos concretos que respalden su voto? Casi nadie. La jornada de reflexión antes del día de las elecciones no tiene sentido, puesto que la reflexión exige un esfuerzo mental que pocos están dispuestos a realizar. Los prejuicios, el miedo, el odio y las filias impulsan el voto en las democracias enloquecidas por el grosero populismo. Votar se convierte generalmente en un ejercicio de irresponsabilidad que tiene consecuencias negativas para uno mismo y para los demás; un acto negligente por el que los incapacitados para planificar el futuro sufrirán las consecuencias, y por el cual jamás asumirán su responsabilidad. Así, en Argentina ganó las elecciones el «ministro de la inflación al 140%», y quedó segundo un trastornado. Así, a España la gobierna un maniquí de escaparate que está negociando su futuro con un golpista antiespañol.
DANIROCIO
totalmente de acuerdo con su comentario,sobre la parte final de su escrito es vergonzoso lo que esta pasando y lo peor esta por llegar,lamentable
Grossman
Milei no es ningún loco, es inteligente y cuando es el momento habla pausado y moderado. Utilizó el histrionismo para zarandear a la sociedad argentina, una sociedad enferma, enferma de populismo y estupidez, como la española. Y su éxito es patente han conseguido un 30% de votos, algo dificilísimo por el entramado de subvenciones, ayudas y reparto de dinero que tiene arruinada a la Argentina, uno de los países más ricos del planeta, de hecho lo fue. El problema es que un pueblo enfermo actúa como cualquier loco, autolesionándose. Nadie en Argentina niega que el peronismo es un cáncer y que está acabando con su país, nadie niega que Massa es un inútil sin principios, pero lo votan, lo votan sabiendo que será un desastre. Las encuestas le salen en contra porque nadie reconoce en público que va a votar a Hitler, pero la realidad es que el pueblo alemán votó a Hitler y su desastre. Sánchez es igual, nadie niega que nos lleva a la ruina, ni los que le han votado, pero le votan por la paguita, olvídese del miedo a la ultraderecha, si Abascal prometiera regar con dinero a todo el mundo lo votaría hasta Puigdemont. Hay un paralelismo entre la gestión de la derecha argentina y la española en las últimas elecciones, se arrearon de lo lindo mientras el monstruo se relamía, se audestruyeron ellos mismos.