Un titular del diario El Correo reflejaba esta semana un aspecto de la relidad educativa en el País Vasco sobre la que apenas se habla y que apenas se cuestiona. "El nivel de castellano y ciencias del alumnado de 2º de ESO se desploma al mínimo en 15 años". Y añadía: "Más de la mitad de los alumnos están en un nivel «inicial» en euskera, lo que revela sus dificultades para comprender y elaborar textos complejos". La imposición del euskera deja fuera de juego a una parte cada vez más importante del alumnado. Esta es la cuestión que aquí hemos tratado en numerosas ocasiones. Por eso hoy vamos a abordar la lengua de los vascos desde otra perspectiva. Una 'mirada sentimental' y necesaria.
Una lengua misteriosa y amable emerge y navega hoy entre dos neolatinas, el francés y el español, en unos siglos en los que, según las normas de la evolución de las lenguas, debería haber desaparecido como lo hicieron otras de su generación. Pero se mantuvo. Y nadie se explica por qué. ¿Tenacidad del pueblo vasco? ¿Escasa o nula romanización? ¿Aislamiento sistemático de sus hablantes? El vasco podría ser, si tuviéramos más pruebas, la lengua viva más antigua de Europa. Cuando las encontremos, tal vez podríamos nombrarla heredera de las primitivas hablas de la cueva de Altamira.
Todo empezó con un sacerdote francés
La luz se encendió cuando a un sacerdote francés se le ocurrió escribir un libro en vasco. Corría el año 1545. Hasta entonces, nadie había tenido esa idea, ni siquiera había dejado una tablilla, o un trozo de bronce que confirme que la lengua existía. Para llenar más de misterio su historia, resulta que alguna de las glosas emilianenses y silenses pueden ser palabras vascas… ¿Seguro que lo son y no voces castellanas tomadas del vasco? Estamos en el siglo X y parece ser que ya sabemos que existía, pero sorprende que desde entonces y hasta el XVI no aparezca signo alguno de su existencia.
El hecho es que gracias al libro del cura protestante Bernat Dechepare y al título que le asignó en latín para que no cayera en el olvido, Linguae vascorum primitiae, Primicia de la lengua de los vascos, podemos asegurarnos de que por entonces la lengua estaba viva. Dos hechos impulsaron al padre Dechepare. Por una parte, la escisión de la iglesia de Roma liderada por Lutero que promovió que se utilizaran las lenguas vernáculas, y no el latín, y por otra la invención de la imprenta. Ambos acontecimientos facilitaron la publicación y difusión de los libros, mucho más manejables que los pergaminos.
Desconocemos cuándo nació y donde, cómo fue su infancia, cómo dio sus primeros pasos, cuándo se hizo mayor, cuándo y cómo se fragmentó en dialectos y desde cuando sus hablantes son mayoritariamente ambilingües
El hecho es que el afecto e interés que despertó sirvió para conectar a gentes de diferentes orígenes y culturas. No son pocos los interesados que han expresado su admiración por un idioma con tanto empaque, tan curioso y genuino. El vasco o eusquera o euskara, como algunos prefieren llamarlo, ha llamado la atención y el afecto de los investigadores desde que la lingüística empezó a ser disciplina científica. La primera gramática la escribió el padre Larramendi (1729) para hacer frente a las creencias que se difundían sobre la imposibilidad de crearla. Se titula El imposible vencido. Arte de la Lengua Bascongada (sic). Examina la declinación, el verbo, la sintaxis y la prosodia. El varón Karl Wilhelm von Humboldt, que llegó a ser ministro de educación de Alemania, notable políglota, aprendió vasco y defendió su antigüedad. El lexicólogo euskalduna nacido en Askoitia escribió el Diccionario basco-español (sic) con más de 120 000 voces. El científico vascófilo Antoine Abbadia, de padre vasco francés y madre irlandesa, escribió una amplia obra en su lengua nativa, Lettres sur l’orthographe basque (1854), Sur la carte de la langue basque (1868), Le basque et le berbère (1873), pero también un librito en euskera, Zuberoatikaco gutun bat (Una carta de Zuberoatika 1864). Luis Bonaparte, sobrino de Napoleón, redactó en francés una amplísima obra sobre el vasco. Definió ocho dialectos, que quedaron bien marcados todos ellos en un famoso mapa. El alemán Hugo Schuchardt estudió el verbo vasco e investigó su origen en las lenguas caucásicas, semíticas y bereberes. El padre Azkue, reputado lingüista, redactó una importante obra, entre ellas el Diccionario Vasco-Español-Francés (1905), con léxico del habla popular, y un método de aprendizaje en 120 lecciones (1897). Y ya en el siglo XX los investigadores y los estudios se multiplican.
Después de tanta investigación lo que resulta curioso es que ignoramos la mayor parte de lo que tendríamos que saber. Desconocemos cuándo nació y donde, cómo fue su infancia, cómo dio sus primeros pasos, cuándo se hizo mayor, cuándo y cómo se fragmentó en dialectos y desde cuando sus hablantes son mayoritariamente ambilingües. No puede haber más misterio. ¿Nació en el País Vasco? ¿La trajo algún pueblo? ¿De donde vino? ¿Quiénes lo instalaron allí? ¿Para qué sirvió? ¿Durante cuánto tiempo fueron monolingües sus hablantes? Que la tachemos de huérfana, pues así lo muestran sus características únicas, no quiere decir que lo fuera, pues toda lengua es hija de otra. El hecho de que sea europea e ignoremos tanto sobre ella, y conozcamos tanto sobre las otras, la envuelve en misterio. ¿Surgió de la nada? ¡Fascinante!
Elegir hoy un nombre en euskera es visto como un acto de orgullo cultural y una forma de preservar una identidad que ha resistido siglos de cambios y desafíos
El vasco llama la atención. Resulta sugestivo. Contiene peculiaridades que lo tiñen de poético. En un vídeo que ha circulado en las redes sociales, una joven cuenta la creatividad de la lengua y el vocabulario emocional. Destaca que no existe término literal para parir, y se usa una perífrasis, erditu, dividirse por la mitad. Las abuelas son amonak, buenas madres, en traducción literal. Muxutruk, gratis, literalmente es a cambio de un beso, y suhiltzaile, bombero, algo así como asesino del fuego. No existe enamorado, existe maitemindua, que es como herido por amor. También hizo referencia al mes de febrero, segundo del año en el calendario, llamado otsaila, mes de los lobos. Y Para el término horizonte cuentan con ortzimuga, límite del cielo.
Es, además, una lengua aglutinante como el turco, japonés o guaraní, es decir, une en una sola palabra los elementos de un sintagma que informan sobre la función que desempeña. Por eso el acento no recae en una sílaba fija, sino que se desplaza de lugar dependiendo de la estructura. Sus palabras se declinan en unos once casos. El latín tenía seis. El finés tiene quince. Son también hoy lenguas con declinación el alemán, el griego, el ruso y el bretón. Su sistema de cinco vocales debió influir en el castellano, única lengua románica que las redujo tanto. La misma coincidencia encontramos en las consonantes (no en cómo se escriben). Todo ello nos permite pensar que los primeros hablantes de castellano lo fueron también de vasco. El sistema verbal es muy complejo y solo tiene una voz, la pasiva, porque el sujeto es paciente. Los números se completan con base veinte, es el sistema vigesimal, propio de las lenguas celtas como el bretón (del que también tiene restos el francés) o las lenguas mesoamericanas como el zapoteco o el huasteco.
Mitología e historia
El euskera está profundamente entrelazado con la naturaleza, la mitología y la historia vasca. Un aspecto que la cautiva es la riqueza y profundidad de los antropónimos, inspirados en elementos naturales, mitológicos y geográficos, una manifestación de la identidad y el patrimonio cultural del pueblo vasco. Elegir hoy un nombre en euskera es visto como un acto de orgullo cultural y una forma de preservar una identidad que ha resistido siglos de cambios y desafíos.
Un tesoro cultural, un vínculo con el pasado, una expresión viva de la identidad de un pueblo. Más allá de su complejidad, la lengua evoca emociones. Son para muchos sus sonidos como el murmullo de los bosques, el fluir de los ríos o el viento que roza los valles. Una lengua poética y musical que esconde una sensibilidad especial, una manera única de nombrar el mundo y expresar los sentimientos más íntimos.
El euskera es un ejemplo de resistencia y esperanza. Mirarlo con los sentimientos es reconocer su belleza, su historia y su capacidad para emocionar
Sabino Arana, fundador del PNV, redactó una Gramática elemental del euskera bizkaino (1888) porque no confiaba en la cohesión de los dialectos. Hoy, sin embargo, se fomenta la unidad mediante el euskera batúa o lengua unificada vasca, considerado por algunos algo artificial, letal y alejado de lo que ellos denominan el euskera auténtico. Piensan que su difusión eliminará los dialectos, que son la evolución natural. Muchos ven el batúa un código farragoso, alejado de la lengua de la calle. Es verdad que las inconveniencias son considerables, pero también las ventajas. Hoy convive con las hablas regionales para garantizar la vitalidad. Bien mirado, la artificialidad del euskera no es ni mayor ni menor que la del francés o español estándar comparado con las variedades orales de ambos idiomas.
En un mundo cada vez más globalizado, donde las lenguas minoritarias luchan por sobrevivir, el euskera es un ejemplo de resistencia y esperanza. Mirarlo con los sentimientos es reconocer su belleza, su historia y su capacidad para emocionar. Es, en definitiva, rendir homenaje a una lengua que, contra todo pronóstico, sigue viva y latente en el corazón de Euskadi.
ogara1958
19/02/2025 10:20
¿Etxepare era protestante? ¿Seguro? ¿No se habrá usted confundido con Joanes Leizarraga, este sí, cura convertido al protestantismo, que tradujo el Nuevo Testamento al euskera?
Endika
19/02/2025 15:50
Claudio Sánchez Albornoz lo documento en su libro “Vascos y navarros en su primera historia”. Todos los historiadores griegos y romanos (Estrabón, Polibio o César entre otros) describen a los pobladores del actual País Vasco como celtas, desde Galicia hasta Guipúzcoa. Si la lengua no hubiese sido del grupo de los pueblos celtas ¿no hubiesen dejado constancia, como lo hicieron con los vascones? Efectivamente los vascones en el siglo V, empujados por los francos, ocuparon lo que hoy es el País Vasco y zonas colindantes del norte de Burgos, donde después surgirá Castilla (Carranza y Valle de Mena).
rdelmoralaguilera
19/02/2025 15:51
Fue protestante y luego regresó al cristianismo.
joseantonioruizarago
19/02/2025 19:48
El vasco es basura. Y si no fuera por su obligatoriedad de aprenderlo en la escuela habría desaparecido. Cuando murió Franco apenas se hablaba en Vascongadas.
S.Johnson
No sea iluso, disfrutarán de su oasis... CON EL DINERO DE VD Gobierno de España