Esta es una de las conclusiones de una jornada celebrada en Madrid sobre neuroliderazgo femenino, una nueva disciplina que estudia cómo se comporta el cerebro ante situaciones en las que uno debe ser líder, en este caso las mujeres, quienes aún no ocupan puestos de responsabilidad en igual número que los hombres.
Para Silvia Damiano, experta en inteligencia emocional y neurociencias aplicadas al liderazgo, está científicamente aceptado que hay diferencias anatómicas y funcionales entre géneros, aunque aún "estamos en pañales para poder afirmar con exactitud las correlaciones que existen entre las distinciones cerebrales y los comportamientos". Lo que está claro, ha continuado, es que las diferencias entre unos y otros benefician a las empresas.
Por ejemplo, se ha encontrado que dos de las secciones del cerebro responsables del lenguaje son más grandes en mujeres que en hombres, lo que da pistas sobre una de las razones por la que las mujeres suelen sobresalir en temas basados en el lenguaje y en el pensamiento asociado al lenguaje. Así, los varones necesitan utilizar menos palabras para expresar algo y les cuesta articular mucho más lo que están sintiendo (el centro del lenguaje esta ubicado solamente en el hemisferio izquierdo).
En las mujeres, por su parte, la tendencia es hablar más y hablar abiertamente de los sentimientos (el centro del lenguaje en las mujeres está en ambos lados del cerebro), explica Damiano. Las mujeres tienden a ser, por tanto, más comunicativas y buscan siempre maneras de crear soluciones que funcionen para el equipo, a juicio de esta experta.
Otro ejemplo, diversos estudios de las diferencias entre géneros señalan que las mujeres están continuamente explorando su entorno en busca de información, mientras que los hombres centran mejor sus observaciones a aquellos conjuntos de acciones específicas. Las mujeres tienden a tomar decisiones que garantizan la rentabilidad de una organización en el largo plazo, mientras que los hombres ponen el énfasis en el corto plazo, según esta experta.
Damiano ha relatado una conversación que mantuvo hace unos meses con el director general de una empresa venezolana. Según ha detallado, este directivo había logrado tener un equipo de ocho personas, 50 por ciento hombres 50 por ciento mujeres. Después de esta medida, según este directivo, las decisiones que se toman en esa empresa son de mayor calidad, hay más entendimiento y las conversaciones son menos competitivas.
Esta experta ha reconocido que aún hablar de diferencias cerebrales o de comportamiento levanta susceptibilidades cuando deberían entenderse como complemento y ha lamentado no obstante las diferencias reales, como la brecha salarial, que aún sigue existiendo entre géneros. Por su parte, Marta Romo, otra de las ponentes en las jornadas, ha opinado que a las mujeres históricamente se las ha identificado con lo emocional desde una perspectiva negativa, cuando en realidad, ha dicho, esto contribuye a tomar "mejores decisiones".