Sociedad

El 'loco del chándal' abandona la cárcel sin estar rehabilitado

Condenado en 1997 a 169 años de prisión por atacar a 16 mujeres, Manuel González González ha sido excarcelado sin constar como rehabilitado en los informes médicos elaborados por los especialistas que le han tratado.

Manuel González González, conocido como el 'loco del chándal', ha abandonado este viernes la cárcel en virtud de la derogación de la retroactividad de la 'Doctrina Parot', tras ser condenado en 1997 a 169 años de prisión por atacar a 16 mujeres, una de las cuales murió, y sin que los informes acrediten que se haya rehabilitado.

Según han informado a Efe fuentes cercanas al caso, el 'loco del chándal', que según la sentencia condenatoria sufría una parafilia sádica, ha salido hacia las 16.45 horas de este viernes, por su propio pie, del centro penitenciario de Brians-II, en Sant Esteve de Sesrovires (Barcelona), donde permanecía preso.

El recluso ahora excarcelado no consta como rehabilitado, según atestiguan los informes médicos elaborados por los especialistas que le han tratado durante su tiempo en prisión, según las mismas fuentes.

A este tipo de delincuentes peligrosos, como violadores en serie y terroristas, no se les puede aplicar la libertad vigilada una vez abandonan la cárcel, siempre que sus casos sean anteriores a 2010, por lo que cuando son excarcelados, aunque no estén rehabilitados, lo hacen en condición de libertad plena y absoluta.

El 'loco del chándal' agredió, entre noviembre de 1991 y septiembre de 1993, a 16 mujeres, algunas menores de edad, abordándolas por la espalda con flechas o navajas, que les clavaba entre los glúteos cuando caminaban por la calle o en las bocas del metro.

Tanto la Audiencia de Barcelona, que fue quien le condenó en primera instancia en 1995, como el Tribunal Supremo, que rebajó en 1997 la condena inicial de 175 años de cárcel a 169, dieron por sentado que Manuel González González actuó con ánimo de matar y para conseguir una satisfacción sexual.

Según la sentencia, el 'loco del Chándal' fue consciente del grave daño que se puede causar a una persona si se le clavan objetos punzantes en los órganos genitales ya que, por su condición de carnicero, "tenía mayores conocimientos anatómicos y mayor habilidad y fuerza para manejar cuchillos u otros instrumentos cortantes".

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