Hace 43 años se enviaba en España el primer correo electrónico. Francisco González, el presidente del BBVA, o Juan Roig, el fundador de Mercadona, son parte de la historia viva de Jose Francisco Olascoaga, uno de los intrépidos pioneros que plantaron la primera semilla de Internet en suelo español

Los fraudes y estafas por internet están a la orden del día y los ciberdelincuentes aprovechan cualquier excusa que sea un poco convincente para intentar estafar a los usuarios más confiados. Controlan tus cuentas bancarias, piden rescates por recuperar información sobre tus datos personales e incluso se hacen pasar por importantes entidades. 

Durante al registro a la sede del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Valencia, la Guardia Civil no sólo se llevó documentación en papel y los discos duros de varios ordenadores. Los agentes también volcaron de los servidores informáticos los correos electrónicos que se intercambiaron desde las cuentas del portavoz del partido, Alfonso Novo; de Carmen García-Fuster, 'mano derecha' de la exalcaldesa, y de una trabajadora de la formación.

Mi primer acercamiento periodístico al mundo de la tecnología data del año 1998, cuando una editorial me encargó realizar un catálogo de las cámaras fotográficas de entonces. Aunque se empezaba a hablar de modelos digitales, el mercado estaba copado por las cámaras basadas en película, las instantáneas de Polaroid y, como avance espectacular, las llamadas APS. Por cierto, prueba a contarle a un niño de unos diez años que, no hace tampoco tanto, para ver cómo había quedado la foto que acababas de disparar era necesario esperar, en el mejor de los casos, una hora.

El magistrado José Castro no utilizó ningún dato de los comprometedores correos electrónicos entregados por el socio del duque de Palma en el escrito en el fijó la millonaria fianza civil para ambos. Fuentes jurídicas recalcan que el valor jurídico de los mismos es "más que dudoso" y que las pruebas contra los principales acusados son tan concluyentes que el instructor no baraja de momento esgrimirlos en futuros escritos de acusación.