La isla portuguesa ha tenido la suerte de ver nacer al futbolista más mediático de la tierra. En Funchal las calles del humilde barrio de Santo Antonio, famoso por sus casas con el tejado de uralita y sus salones de billar Quinta Falçao donde hoy se ven las camisetas del Nacional, el Manchester y el Real Madrid, se han convertido en una nueva atracción turística. Es la Madeira humilde que ahora se visita siguiendo los pasos del bicho, como dice un comentarista deportivo cuando se prepara a lanzar una falta.