Kiko Rivera e Irene Rosales viven un momento muy dulce, aunque entre aguas turbulentas y llenas de supuestos que se deben aclarar. Acaban de bautizar a su hija hace apenas un mes y planean una boda a la que, esta vez sí, acudirán sus hermanos ya que, se espera que para entonces (mínimo en el próximo mes de octubre), la temporada taurina esté ya cerrada. Mientras llega ese momento, el hijo de Isabel Pantoja y la madre de su hija Ana se han dejado caer en un evento solidario en Madrid ante la complicada reinserción de su madre tras su salida de prisión, sus supuestas infidelidades a Irene, o el juicio por plagio al que se enfrenta. Hechos que hacen que Kiko nos desvele a GRITOS que “hay que prepararse para todo lo que venga”.