España

Desazón en el PSOE: “a Sánchez le han robado la cartera y todavía no se ha enterado”

En el Partido Socialista ya se atisba la pobre herencia que dejará Pedro Sánchez cuando llegue el 39º Congreso. “Le han robado la cartera y todavía no se ha enterado”, reconocen algunos de sus fieles.

  • Pedro Sánchez se confiesa al oído del secretario de Organización, César Luena.

La desazón que invadió las estructuras territoriales del PSOE después del 20D se ha disparado tras conocerse como ha empezado a administrar Pedro Sánchez el 26J. En el reparto de cargos para la Mesa del Congreso se ha enfatizado el concurso de los nacionalistas para favorecer al PP, más incluso que el dato objetivo de que Mariano Rajoy haya colocado en su presidencia a una persona tan afín a él como la exministra Ana Pastor, consiguiendo gracias también a Ciudadanos el control absoluto de los tiempos parlamentarios en la XII legislatura. Esta ventaja se ha visto acompañada del dominio absoluto del Senado. “A Sánchez le han robado la cartera y todavía no se ha enterado”, reconoce uno de sus fieles, conscientes de la torpeza con la que se está conduciendo, fotografías veraniegas mediante, en las últimas semanas.

En el PSOE se critica la torpeza con la que Sánchez perdió la batalla de la Mesa del Congreso

La intranquilidad dentro del PSOE no procede solo de la penosa administración del 26J sino también del creciente aislamiento que sufre el partido. Si después del 20D Sánchez sacó pecho para dialogar con Podemos, Ciudadanos, Convergencia, Esquerra y otros grupos minoritarios, en esta ocasión están siendo Mariano Rajoy y el PP los que han logrado romper el cordón sanitario y tender puentes con la mayoría de las fuerzas representadas en el nuevo Parlamento.

Fuentes socialistas confirman que la relación con Pablo Iglesias está rota, pues se le considera un “trilero” del que es “imposible fiarse”. El propio líder de Podemos ha desechado cualquier posibilidad de un Gobierno alternativo al del PP como el que Sánchez exploró hace cinco meses. La química con Ciudadanos también ha experimentado reacciones adversas, dado el interés de Albert Rivera en pasar página al acuerdo firmado con el PSOE en febrero y garantizar la gobernabilidad aunque ello suponga reinstalar a Rajoy en La Moncloa. A este enfriamiento personal entre Sánchez y Rivera ha contribuido también la predilección mutua por pasarse la pelota ante la contrariedad de tener que pechar con la responsabilidad de aupar al Gobierno a “un indecente” o a alguien “que quiere tapar la corrupción”. Por último, la sintonía de los socialistas con Convergencia, Esquerra y el PNV ha pasado también al refrigerador, después de la resolución, todavía viva, del comité federal que prohíbe cualquier acercamiento a estos partidos mientras no renuncien al referéndum soberanista.

Sin liderazgo ni proyecto político

“La herencia que dejará Sánchez cuando acabe su mandato no solo será pobre por los malos resultados obtenidos en las dos últimas elecciones, sino también por la inanidad de un liderazgo que nos ha dejado sin proyecto ni discurso político”, resume un exbarón regional partidario de que el PSOE le pierda el miedo a la palabra “refundación”. “No digo yo que cambiemos de nombre, eso sería lo de menos, pero sí defiendo la urgencia de elaborar un programa serio y alternativo al de la derecha que conecte, sobre todo, con los jóvenes, y nos ponga en el camino de convertirnos en una izquierda moderna”, reflexiona la misma fuente.

Hay que perder el miedo a la palabra "refundación", se defiende en las filas socialistas

Buena parte de las federaciones socialistas comparten la opinión de que asentar este nuevo proyecto no será posible con Sánchez al frente de la organización, teniendo además en cuenta cómo presiona la mejor preparación con la que ha aterrizado en el Congreso el equipo que rodea a Pablo Iglesias en Podemos y su aspiración a convertirse en el líder indiscutible de la oposición.

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