De la relación entre PSOE y Podemos que sentó las bases del actual Gobierno de coalición, del sanchismo, no quedan ni las pavesas, reducido el trato entre ambas formaciones a un Vietnam cuyas trincheras se han intensificado en las últimas semanas. Buena prueba de ello fue la contestación que Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda, dio a Ione Belarra este miércoles en el Congreso durante su comparecencia.
"Con mis tres propiedades que usted ha mencionado, no tengo ni para pagar la mitad del chalet de Galapagar".
Una respuesta/diagnóstico al alejamiento político que socialistas y morados viven, puesto que nunca antes un dirigente del PSOE había sacado a relucir el chalet con el que muchos explican el hundimiento de Pablo Iglesias como referente de una izquierda partisana. La muerte del mito proletario. "Quiero pensar que esto es solo un calentón en un debate incómodo. Todos nos podemos equivocar y tenemos derecho a disculparnos. Ojalá en tu casa (que por suerte nadie ha mencionado nunca) no te hagan a ti y a tus hijos lo que nos hicieron a nosotros", contestó el fundador y todavía sursuncorda de Podemos a través de la red social X. "Más allá de la bajeza y la evidente mentira queda claro que no quieren sacar presupuestos con Podemos. Que busque al PP", apostilló el diputado morado Javier Sánchez Serna a través de la misma vía.
"La ministra está en una playa comiendo espetos, le viene un tsunami y todavía no se ha enterado de que le viene un tsunami", había dicho previamente la secretaria general de Podemos a los medios en relación al fondo de la comparecencia. "Me preocupa que no sea consciente del enorme malestar, del cabreo, que tienen todas esas personas que casa mes ven cómo se les está devorando el sueldo, su esfuerzo, su trabajo el pagar unas rentas del alquiler desorbitadas y creo que la ministra está absolutamente fuera de la realidad", había añadido en lo que sólo fue un aperitivo de lo que lanzaría desde la tribuna. Allí sacó a relucir Belarra que hay ministros con "cinco viviendas" –la ministra Rodríguez tiene tres– y que "el 20% de los diputados socialistas que declaran rentas del alquiler". La chispa que hizo saltar a la ministra, que tragó saliva antes de verbalizar el despacho de guerra.
Pero, para entonces, las escaramuzas entre ambas formaciones ya eran la principal comidilla en los pasillos del Congreso. ¿El principal punto de fricción? La amenaza de Podemos de no aprobar los Presupuestos Generales del Estado a Sánchez. Ése extremo que según el PP, como se supo a través de la grabación a puerta cerrada en el Senado de su número cuatro, Elías Bendodo, sería "muy posible" y significaría la supervivencia del Gobierno. Una capacidad de resistir de la que se desentienden en Podemos, cuyos cuatro diputados –como todos los demás que apoyaron la investidura de Sánchez– son capitales para sacar las cuentas. "Las medidas que hemos exigido como condición de apoyo a los Presupuestos son absolutamente lo mínimo imprescindible para que este Gobierno no ya para que siga adelante, sino para que sobreviva", exponía Belarra a micro abierto. ¿Su exigencia para llegar a un acuerdo? "La bajada del 40% en el precio del alquiler y la prohibición de compra a quienes no van a vivir en esa casa".
"Comparecencia urgente" de Sánchez
Para entonces, altas fuentes citadas de la formación morada reconocían que "el presidente del Gobierno comenzó el curso" desdeñando "el Poder Legislativo". "Es un Gobierno con un caso de corrupción gravísimo, con movilizaciones en las calles que deberían atender y con una grandísima crisis de legitimidad", zanjaban sobre su simpatía por el actual Ejecutivo de coalición PSOE/Sumar. "El futuro del Gobierno le preocupa al PSOE y a Sumar, a nosotros no", se desentienden por completo del porvenir del Gobierno.
Y es que Podemos ha sido, además, el único socio del Gobierno en poner en jaque a Sánchez por la corrupción que lo asedia. "Es una noticia enormemente preocupante", reacción Belarra a la petición de investigación al exministro de Transportes, José Luis Ábalos, conocida este miércoles. "Nadie puede creerse que el número dos del PSOE presuntamente estuviera metiendo la mano en la caja en el momento más delicado de la pandemia y que nadie en PSOE no supiera nada", puso en jaque el grado de conocimiento sobre la trama que pudo tener el presidente del Gobierno. "Esto exige una comparecencia urgente por parte del presidente del Gobierno", exigió.