Un indignado Alfonso Guerra ha lanzado sus dardos contra "el monumento a la cobardía" construido en Cataluña por "los políticos, los medios de comunicación, los sindicatos y la patronal y hasta de alguna entidad deportiva". En un artículo publicado en Tiempo, Guerra carga las tintas contra la intención de la lista Junts pel Sí de declarar la independencia de la región si gana las elecciones catalanas del 27S: "Lo más preocupante es la ausencia de respuesta de la sociedad", asegura, ante "una violación extrema de los preceptos constitucionales".
Pocos actores de la política y la sociedad española se libran de los reproches de Guerra, que atiza al Constitucional, al Barça o a medios de comunicación
El histórico líder socialista ha repartido responsabilidades, criticando a la izquierda catalana: "No se ha atrevido a parar un programa que representa el viejo proyecto de la burguesía catalana, lo que hubiera hecho aún más evidente la ilegitimidad del proyecto". Guerra responsabiliza al resto de partidos catalanes de "reconocer de alguna manera que les asiste la razón" a los independentistas. Tampoco se han librado los sindicatos a los que el diputado socialista acusa de dar "marcha atrás" varios siglos por "bailar el agua" a Artur Mas.
"¿Podemos imaginar lo mismo en Alemania?"
El resto de partidos del paisaje político de España también peca de cobardía, según Guerra, porque, "¡no vaya a deslizarse por un frentismo indeseado!", piden prudencia al Gobierno en sus reacciones en lugar de exigirle la defensa de la Constitución ante un "verdadero golpe de Estado". Ante este panorama, el socialista pide que se aplique sin temor el artículo constitucional 155, "traducción casi literal" de la Carta Magna de la República Federal alemana.
"¿Podemos imaginar que el presidente de un länd alemán anunciara que proclamará la independencia, o el presidente de una región francesa?", se ha preguntado Guerra, ridiculizando las palabras del presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, en las que afirmaba que "no le gustaría que se aplicase el artículo 155", que da capacidad al Gobierno para suspender una comunidad autónoma si pone en peligro la Constitución.
Con la desidia de todos estos personajes y "la complicidad de los medios de comunicación", Artur Mas evita dar explicaciones por "su pésima gestión como gobernante", según Guerra, y tiene vía libre para "lanzar por el precipio a todo el pueblo catalán".
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