De todas las instituciones del Estado el Senado es –quizá junto a las diputaciones provinciales- la que se mira con más recelo. Todos los partidos políticos quieren, de un modo u otro, reformar una cámara que tiene poco peso en el debate público y no cumple con la función territorial que la Constitución le tiene reservada.
En cualquier caso, la cámara sigue funcionando y, consecuentemente, sigue teniendo los gastos operativos típicos de las instituciones. Esta semana, y gracias a la ley de Transparencia que ayuda al ciudadano a conocer un poco mejor en qué se gasta su dinero, se han conocido los datos de viajes del Senado.
En estos primeros seis meses del año sus señorías se han gastado 1,43 millones de euros en desplazamientos, la mayor parte de ellos, 1,16 en los viajes que los senadores tienen entre sus circunscripciones y Madrid, íntegramente costeadas por la cámara. Esto supone que el gasto medio en desplazamiento por senador (hay 266) es de 5.380 euros.
En el último trimestre se han gastado 73.000 euros en cambios y cancelaciones de billetes
Los diputados son, además, habituales en los cambios de billetes. Solo así se explica que la cámara haya tenido que costear 73.000 euros solo en el segundo trimestre del año en cambios y cancelaciones. Además, en estos meses el gasto total en viajes se ha visto incrementado en 86.000 euros, un 13% más de lo que costó en el primer cuarto del año.
El incremento sorprende más aun teniendo en cuenta que en la partida de “viajes para actividad política” las cifras se han visto reducidas en 14.435. También ha bajado la de “viajes oficiales”, la más exigua de las tres partidas en las que se divide el presupuesto de viajes. Pasó de 6.050 euros en enero, febrero y marzo a los 3.468 del último trimestre.
No existe registro público de los viajes que realizó cada senador, mucho menos aún el motivo por el que los hizo. Es decir, es imposible saber si alguno está haciendo, como en su día José Antonio Monago, reiterados viajes a una circunscripción que no sea la propia.
En estos viajes no se incluyen las dietas, cuya cuantía no se incluye en esa cifra. Sí se sabe que un senador cobra 150 euros en dieta por cada día de viaje en el extranjero, 120 si el viaje se hace en territorio nacional. Esto no incluye los viajes a Madrid para las reuniones de la cámara.
Las subvenciones a los grupos
El coste de los viajes es uno más de los amplísimos gastos que tiene el Senado y que se imputan a su funcionamiento. Entre los datos que publica la web de la cámara sorprende la cifra de subvenciones, que están recogidas por ley y tienen cuantía millonaria. Entre todos los grupos políticos la cámara alta desembolsó 6,8 millones de euros. La subvención se entrega en función a la representatividad, por lo que el Grupo Popular es el que mayor porción de la tarta se lleva. El partido de Génova se desembolsa 3.480.923,88 de subvención directa y 213.750,00 más en concepto de asesoramiento para el grupo parlamentario.
Los grupos políticos reciben de subvención 6,8 millones de euros anuales, repartidos por representatividad
El grupo socialista percibe 1.496.699,64 euros regulados y 128.250,00 de asesoramiento mientras CiU se va a 412.409,28 y Entesa a 330.585,60.
En todos estos gastos no están incluidos los sueldos de los representantes, que representan la más cuantiosa de todas las partidas presupuestarias del Senado. Hay, en primer lugar, un gasto fijo mensual por senador, el sueldo mínimo que se puede llegar a cobrar en la cámara, que es de 2.813,91 euros al mes brutos. Solo eso supone un desembolso de 748.500 euros mensuales. A esto habría que sumarle las retribuciones por los cargos propios de la cámara. El presidente, Pío García-Escudero, tiene una asignación de 3.064,57 y un complemento mensual de 4.473,64. Eso, sumado a la presidencia de una comisión (1.413 euros) le lleva a tener un sueldo anual de 164.968 euros. Más del doble de lo que tiene el presidente del Gobierno, que cobra 78.000 euros anuales por su labor en el Ejecutivo
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