España

El PP da por zanjada la polémica reunión, el PSOE habla de "coartada más que explicación

                          

  • Andrea Levy, vicesecretaria del PP.

El PP quiere dar por zanjada la polémica del verano, la reunión entre el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz y el expresidente de Bakia, el imputado Rodrigo Rato. "Desde el PP damos por zanjada la polémica, dada la actitud de transparencia del ministro en todo momento", manifestó Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios y Programas del partido de gobierno. Calificó la comparecencia como "exhaustiva" y aseguró que ella pudo "explicar cuáles fueron las razones que le llevaron a atender esa petición de reunión de un ex vicepresidente del Gobierno de España y que temía por sus seguridad y la de sus familiares".

Levy, que fue entrevistada en la Cope, subrayó que Fernández Díaz "actuó de buena fe" y reiteró las cuestiones de transparencia, a pesar de que la reunión se mantuvo en secreto hasta que salió en informaciones periodísticas.

La vicesecretaria popular también cargó contra la oposición, de la que dijo que solo tiene "interes en usarlo como arma electoral, incluso acudiendo a sede judicial antes de escuchar al ministro". Asegura que la actitud del PP  muestra "una profunda deslealtad a las instituciones, porque si el ministro comparece en sede parlamentaria para dar explicaciones lo mínimo que tiene que hacer la oposición es primero escuchar y luego tomar conclusiones".

El PSOE habla de "coartada"

El PSOE dista mucho de dar por zanjada la cuestión, más bien al contrario. La portavoz del Comité Electoral del PSOE, María González, ha comentado que  la comparecencia fue "fallida" y sonó "más a coartada que a realidad", en la que el titular de Interior faltó además "el respeto" a los portavoces de la oposición, que pidieron prácticamente por unanimidad su dimisión.

Pese a que el PP crea que con ella se ha solventado el asunto, para González la "reunión de la vergüenza" entre Fernández Díaz y Rato solo puede zanjarse con la marcha del primero, pues se ha tratado de "un escándalo que demuestra que el Gobierno de Rajoy está más en connivencia con los casos de corrupción y sus 'amiguitos' que con los ciudadanos y la regeneración democrática".

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