Lo peor de la crisis ha pasado para la banca española, pero la verdadera recuperación del sector aún se hará esperar. Por lo menos, otros dos años, según las estimaciones de AFI (Analistas Financieros Internacionales). Entre 2014 y 2016, el margen del sector permanecerá básicamente estancado pese a la recuperación económica, el saldo del crédito seguirá cayendo –pese al paulatino crecimiento de las nuevas operaciones en todos los segmentos-, las comisiones incluso se apuntarán ligeras bajas y la banca no logrará quitarse el doble dígito en la tasa de mora pese a reducir en 30.000 millones su saldo de crédito dudoso. Para cerrar la foto, AFI reduce las expectativas de la banca en cuanto a sus objetivos de rentabilidad. Considera que el ROE medio del sector quedará fijado en el entorno del 7%, lejos de los niveles del 10% que defienden las entidades, pese a que algunas de ellas quedan lejos del 3% a cierre del tercer trimestre.
Las previsiones de AFI, contenidas en el informe ‘Perspectivas del sistema bancario español 2014-16, confirman el fin del repunte de los préstamos dudosos a final de este ejercicio. La tasa cerrará en el 13% un curso, el de 2014, bastante irregular con crecimientos y descensos en la ratio. En agosto, último dato publicado por el Banco de España, la ratio se situó en el 13,25% (184.308 millones en créditos dudosos), tras dos meses consecutivos al alza.
La evacuación de la orgía del ladrillo seguirá siendo pesada, pese a que la gran banca ha vuelto a confirmar en este tercer trimestre los saldos negativos de entradas en mora, tendencia que viene registrándose desde principios de este ejercicio. AFI calcula que el sector financiero español reducirá su saldo de crédito dudoso en 30.000 millones hasta finales de 2016. Sin embargo, este enorme esfuerzo no servirá para que la tasa de mora finalice este ciclo por debajo del doble dígito. La ratio del 10% desaparecerá en 2017, cuatro ejercicios después de que la banca superase por primera vez en la historia esa barrera psicológica en octubre de 2012.
Las correcciones en la morosidad de empresas y consumo, que sufrirán caídas del 4,7% y 4,3%, respectivamente, frente a los niveles máximos de 2013 tirarán de este descenso. Así, en 2016, la mora de empresas cerrará en el 7,8% y los préstamos al consumo en el 8,4%. Por contra, los impagos de hipotecas por parte de las familias también apuntará un retroceso del 0,6%, hasta cerrar en 2015 con una ratio del 5,2%. Pese a que el paro ha sido la gran lacra que ha castigado a España durante la crisis su ratio de impagados siempre ha sido no sólo la más baja de todos los segmentos sino la que menos ha crecido.
El ajuste a la baja en la morosidad seguirá apoyándose en el desapalancamiento de las familias y, en menor medida, de las empresas. Las perspectivas de Analistas Financieros cifran a cierre de 2016 el punto de inflexión donde el crédito empresarial puede registrar por primera vez desde hace más de cuatro años un crecimiento neto de apenas 2.000 millones. Es decir, las nuevas contrataciones superen al stock. Los datos presentados por las entidades hasta septiembre confirman crecimientos interanuales por encima del doble dígito en la financiación a pymes y empresas. En el caso del Popular es del 10,6%; 67%, en el caso del Sabadell, fruto de la integración de Lloyd’s, Penedés y Gallego. Mientras, BBVA confirma que ha concedido más de 60.000 millones de nuevo crédito a empresas hasta septiembre. Su objetivo anual es de 100.000 millones.
La financiación destinada a las familias (hipotecas y consumo) pese a confirmar su tendencia de crecimiento interanuale no será suficiente para registrar un incremento neto del saldo
Las líneas de liquidez del Banco Central Europeo, a través de los próximos TLTRO, fomentarán este crecimiento del crédito empresarial, el segmento donde las entidades pueden encontrar mayor rentabilidad. En cuanto a la financiación destinada a familias, la favorable evolución tanto en créditos al consumo como hipotecario está lejos de compensar los enormes saldos generados hace una década. AFI apunta una leve caída en consumo entre el cierre de 2014 (crecimiento del 8,2%) y 2016 (7,1%). Mientras, la producción hipotecaria, pese a que crece ya interanualmente, seguirá con incrementos negativos en los dos próximos ejercicios.
Esta lenta recuperación seguirá manteniendo los ingresos típicos de los bancos bajo mínimos. De hecho, Analistas Financieros estima un retroceso en las comisiones del sector en 2015 y 2016. El crecimiento por la gestión de fondos de pensiones o fondos de inversión seguirán sin compensar las comisiones por el negocio típicamente bancario, las relativas a cobros y pagos. El escaso rendimiento del crédito, pese a que AFI prevé un tímido repunte del euríbor a 12 meses, el indicador que rige el precio hipotecario, para los dos próximos años, seguirá manteniendo plano el margen de intereses del sector. A finales de 2016 será de 30,2 millones, apenas un 1,3% más que su previsión para este año.
Esta mejora de los ingresos recurrentes seguirá cimentándose en la rebaja del precio del pasivo y en la continúa rebaja de los costes financieros, especialmente por el abaratamiento en la financiación mayorista de la banca fruto del descenso en la prima de riesgo. Pero AFI deja en el aire la gran pregunta: ¿todo esto será suficiente para cubrir el coste de capital?
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