El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa ha asegurado este miércoles que ha "sufrido mucho" en su "vida personal y profesional" por el daño que el magistrado Elpidio José Silva, que le encarceló en dos ocasiones, le ha causado a él, a su familia y a su "prestigio", informa la agencia Efe.
Así lo ha expresado el exbanquero en su declaración como testigo en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en el que ha lamentado la actuación del juez, llegando incluso al "paroxismo" de acusarle de traficar con armas "junto a otros ilustres personajes", en alusión al expresidente del Gobierno José María Aznar.
En la breve testifical, que se ha prolongado durante apenas media hora y ha estado marcada por las continuas interrupciones de Silva, el presidente de la Sala, Arturo Beltrán, ha tenido que echar a un grupo de preferentistas que asistía como público y a uno de los cuales ha multado con 100 euros por alterar el orden. Al comienzo de su comparecencia, Blesa ha afirmado que no tenía ningún tipo de "sentimiento" o "aberración" hacia el juez, lo que ha desatado la reacción del acusado, que ha pedido al tribunal que deduzca testimonio por un delito de falso testimonio porque ha hecho manifestaciones públicas en su contra.
Por ello, Beltrán ha pedido una aclaración, a lo que Blesa ha respondido que cuando salió de la prisión de Soto del Real en junio pasado se limitó a comentar a los periodistas que "estaba deseando que todo se aclarase" y que "quería un juez imparcial que hasta ese momento no había tenido".
"He sufrido mucho en mi vida personal, profesional y familiar; el daño que ha hecho a mi familia, a mi prestigio, que lo tenía", ha dicho Blesa
Después, Silva manifestó a los medios de comunicación que si Blesa se "creía que esto era un restaurante y había un menú para elegir juez". "Lo único que pretendía es que no me dieran comida averiada", ha resaltado.
Nuevamente, las palabras de Blesa han provocado las críticas del acusado, pero Beltrán ha zanjado el debate asegurando: "Si la mentira se aclara, deja de ser mentira", motivo por el que ha asumido "el riesgo" de no aceptar la deducción de testimonio.
Así, ha comenzado el interrogatorio por parte del fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix, al que Blesa ha ofrecido un accidentado relato debido a las interrupciones de como transcurrió la causa en la que Silva empezó a investigarle por la concesión de un crédito de 26,6 millones de euros al Grupo Marsans de Gerardo Díaz Ferrán.
Ingreso en prisión
La primera notificación de comparecencia la recibió en noviembre de 2012 para acudir al Juzgado como imputado el 5 de diciembre de ese año, día en el que, ha explicado, el juez no accedió a la petición de la acusación ejercida por Manos Limpias de enviarle a prisión por ser "notoriamente improcedente".
No ocurrió lo mismo, sin embargo, los días 16 de mayo y 5 de junio de 2013, cuando ordenó su ingreso en prisión, la primera bajo fianza de 2,5 millones -que pagó a la mañana siguiente- y la segunda de manera incondicional sin que se le devolviera esa fianza. Esa segunda vez, ha dicho, ya sabía que iba a volver a Soto del Real.
"Tenía todas las sospechas de que no se estaba actuando de manera imparcial en este caso", asegura Blesa sobre el juez Silva
"Tenía todas las sospechas de que no se estaba actuando de manera imparcial en este caso", dado que el abogado de la acusación había anunciado en una televisión que iba a volver a la cárcel pero esta vez de forma incondicional. El fiscal le ha preguntado entonces si sus resoluciones le han causado algún tipo de perjuicio.
"He sufrido mucho en mi vida personal, profesional y familiar; el daño que ha hecho a mi familia, a mi prestigio, que lo tenía", ha recalcado para precisar a continuación que ello lo ha causado no solo su encarcelamiento, sino "porque no ha cesado de aparecer en los medios hablando mal de mí y de la justicia, ya que solo parece que existe una justicia, la que administraba él", ha concluido.
A su salida, tras haber permanecido durante cinco horas en el tribunal, al que llegó con 45 minutos de antelación con respecto al inicio del juicio, el grupo de preferentistas que le aguardaba desde primera hora le ha increpado, aunque no se han reproducido los incidentes de otras ocasiones debido a la gran presencia policial.