Veintiuno huele a llenar estadios. A banda de peso. El grupo toledano colgó el 'no hay billetes' la noche del sábado en la sala Mon, lo mismo que volverá a hacer hoy domingo para consolidarse de forma definitiva -si no lo estaba ya- como una realidad del indie en España. Porque a falta de dos conciertos para cerrar su gira 'Ya no nos hablamos', han logrado vender todo el papel en casi todos los lugares donde han tocado. Un tour de salas dará paso a un verano repleto de festivales, en el que Veintiuno exhibe músculo tras haber sido invitado a participar en prácticamente todos los grandes eventos: Granada Sound, Sonorama, Boombastic,... una temporada estival que será perfecta para recoger nuevos fans a su ya potente legión de seguidores.

Decimos que Veintiuno tiene pinta de llegar a ser una banda grande porque están dando los pasos para conseguirlo, pese a que la pandemia hizo que toda su progresión se frenase en seco. Musicalmente tienen un sonido muy personal y reconocible: es complicado confundirles con otra banda. Además, han logrado crear temas de gran calidad con un fuerte componente comercial. Si a esto le sumamos que son músicos de talento -en el directo es posible ver cómo cambian de instrumentos en varios momentos-, sale un cóctel de categoría premium.

Pese a ello, mantienen los pies en el suelo y de hecho, para la gira actual terminaron por decidir ser prudentes, tocando en salas pequeñas pero con las garantías de poder firmar llenos, algo que ha terminado sucediendo en la mayoría de bolos. Pero en este tour, algo ha cambiado: pudieron colgar muy pronto el 'no hay billetes', algo que no les había pasado nunca, tal y como contaron en una entrevista aquí en Vozpópuli. Ellos mismos no terminan de expresar su incredulidad por lo que están viviendo este último año.

Su crecimiento ha hecho que decidan dar un paso más, al menos en Madrid: tocarán en La Riviera el próximo enero, lo que les permite decir abiertamente que son una gran realidad dentro del indie español. Para los que no sean de Madrid, la ciudad tiene tres grandes escalones: salas pequeñas, La Riviera y el Wizink Center. Cierto es que para tocar en este último todavía les falta recorrido, pero con ver su progresión es suficiente como para pronosticar que acabarán tocando en el gran coliseo de la música madrileña más pronto que tarde. De momento, ya han conseguido acceder a ese segundo nivel.

Veintiuno tiene en estos momentos un disco en el horno y este será importante, ya que será el que les permita dar el salto que necesitan para comenzar a aparecer en las primeras líneas de todos esos festivales en los que ya tienen una importante presencia. Su carta de presentación, 'Corazonada', ya es lo suficientemente potente.... pero tras escuchar 'La ruina', 'La vida moderna' o 'Escalofríos', todo apunta a que su nuevo trabajo tendrá bastantes más bombazos.

Además, tienen un gran directo. Abrieron el concierto con 'La ruina', uno de sus temas más sólidos, para después pasar a tocar todo su repertorio. En ocasiones, era difícil escuchar a Diego, vocalista, cantar desde público: los asistentes, enfervorecidos, eran capaces en algunas ocasiones de sonar más fuerte que él. Rafa, el guitarra del grupo, se llevó las manos a la cabeza en varios momentos por ello. Al fin y al cabo, hace no tanto eran un conjunto de amigos que tocaban, prácticamente, frente a familiares y amigos.

Un momento muy especial fue cuando subió al escenario Maialen Gurbindo, más conocida como Chica Sobresalto. Ella es buena amiga del grupo y además, comparte con ellos uno de sus temas más populares: 'Nudes'. También tocaron su última canción, 'La orilla' o quizá la más especial que han compuesto: 'Mi monstruo y yo'. Para el final se dejaron sus dos canciones más famosas: primero fue 'Dopamina' y después, 'La vida moderna', canción que contó con la colaboración de Love of Lesbian. Fue un fin de fiesta espectacular para un grupo que, con esta gira, ha demostrado ya que estas salas se le quedan ya pequeñas

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