Opinión

Qué coña lo de Begoña

La imputada ha elegido la senda de la obstrucción a la Justicia. Todas sus decisiones tienen por objeto dificultar la instrucción

  • Dispositivo policial en los juzgados por la declaración de Begoña Gómez. -

Soñar es un privilegio de los vivos y como afortunadamente aún pertenezco a este conjunto, de vez en cuando tengo un sueño. Aún pecando de impúdico me propongo compartir con los lectores el contenido del último que he tenido. Soñé con un país mejor, con una España en la que el presidente del Gobierno no tenía a su mujer atrapada en la sombra de la corrupción, en la que ninguna institución pública o privada incumplía sus normas, reglas o principios para favorecerla indebidamente, en la que el Palacio de La Moncloa no se convertía en el business center de los negocios de la pareja del presidente, en la que todos los españoles estábamos orgullosos de cómo ella se comportaba decorosamente sin generar duda alguna sobre su honorabilidad.

El presidente Sánchez podría haber comunicado a los españoles su lógico y natural disgusto por la situación al tiempo de manifestar plena confianza en la inocencia de su mujer

El despertar fue más que agrio, la actualidad me mostraba de forma cruda que la realidad se encuentra en las antípodas de mi sueño. Más que atrapada por la sombra de la corrupción es la propia Begoña Gómez quien la proyecta, y de qué manera, hasta el punto de estar siendo investigada por la Justicia ante la posible comisión de varios delitos. Bien, me dije ya despierto, el dato es malo y el hecho es grave, pero recordando que no hay mal que por bien no venga pudiera ser ésta la ocasión para que diversas instituciones, empresas y personas demostraran su espíritu democrático solidificando así la fortaleza de nuestra democracia. Empezando por el cónyuge de la investigada, el presidente Sánchez podría haber comunicado a los españoles su lógico y natural disgusto por la situación al tiempo de manifestar plena confianza en la inocencia de su mujer anunciando que ésta se disponía a colaborar lealmente con la Justicia para el esclarecimiento de los hechos.

Cierto es que ha realizado las dos primeras acciones y vaya que si lo ha hecho. Su disgusto ha sido tal que llegó a abandonar las funciones de su cargo durante cinco días. Y sus manifestaciones sobre la conducta de su mujer no dejan lugar a dudas. Él cree que no ha realizado nada reprobable ni en el plano penal, ni en el administrativo, ni en el ético ni en el estético. Pero respecto a la colaboración de su cónyuge con la Justicia no ha dicho absolutamente nada y, muy al contrario, su propia conducta y la de sus fieles va en la dirección exactamente contraria. Para empezar, tras sus cinco días de retiro, el propio Sánchez enunció su teoría del fango construida a consecuencia de la investigación judicial a su mujer. Mal comienzo. Pero lo peor ha sido descubrir que se trataba solo de eso, de un comienzo al que han seguido todo un conjunto de acciones deplorables de todos los suyos.

Su propia mujer, la encausada, ha elegido la senda de la obstrucción a la Justicia. Todas sus decisiones tienen por objeto dificultar la instrucción: su doble negativa a declarar ante el juez, su pretensión de vetar la declaración de varios testigos, su solicitud relativa al archivo de la causa impuesta desde la Audiencia Provincial… todo ello configura una actitud en absoluta colaboradora con la Justicia que en poco o nada resulta ni ejemplar ni ejemplificadora para el conjunto de los españoles.

Del ministro de Justicia cabría esperar una defensa de los órganos judiciales españoles y de su independencia mientras enviaba un mensaje de confianza en la Justicia. Pues no, solo se le escuchan críticas a la instrucción y al juez instructor al tiempo de calificaciones como cruel e inhumano al proceso seguido ante la mujer de su jefe. ¿Qué han de pensar los muchos españoles que han de enfrentarse a procesos como el que se sigue contra Begoña Gómez? El resto de los ministros sigue en la misma senda que Bolaños siendo, como siempre, destacable Óscar Puente que se ha atrevido a dar órdenes a la Audiencia para que anule lo actuado por el juez Peinado.

¿Qué pensarán por ejemplo los contribuyentes españoles que acusados de delito fiscal sufren la actuación del fiscal de turno que de modo absolutamente acrítico sigue siempre los dictados de la Agencia Tributaria?

De la Fiscalía era esperable que actuase en cumplimiento de su función legal que no es otra que la vigilancia del cumplimiento de la legalidad en leal cooperación con los órganos judiciales. Pues tampoco está siendo así. Su comportamiento en este proceso responde más al deseo de salvar como sea a la investigada haya hecho ésta lo que fuera. ¿Qué pensarán por ejemplo los contribuyentes españoles que acusados de delito fiscal sufren la actuación del fiscal de turno que de modo absolutamente acrítico sigue siempre los dictados de la Agencia Tributaria?

Lo de los medios de comunicación está resultando especialmente espectacular. Unos, los más, están informando puntual y adecuadamente de los avances de la investigación judicial. Algunos incluso aportan ellos mismos nuevos e interesantes datos obtenidos mediante su propia labor investigadora. Otros, los menos, están tratando de minimizar la cuestión y de desvirtuar la realidad que se va conociendo. ¿A que averigua el lector quienes son estos éstos? Por supuesto, los medios públicos, TVE y Radio Nacional. Pero también ¡oh sorpresa! los oficiales, Cadena Ser y El País ¿Se acuerdan ustedes de las 169 portadas del citado diario dedicadas al llamado caso Camps? Pues ahora está haciendo justo lo contrario. Entonces hizo un caso donde no lo había y ahora está negando la existencia del que sí existe.

Los medios de comunicación públicos

Por todo lo expuesto puede afirmarse que lo de Begoña es una coña. Suceda lo que suceda con el procedimiento, la democracia española está siendo dañada. Lo es porque vemos que el Gobierno hace lo que no debe, que la Fiscalía no hace lo que debe, que la propia Begoña Gómez hace lo que no debiera y deja de hacer lo que es su deber, y que los medios de comunicación públicos -y los oficiales- diseñan sus escaletas y páginas al servicio de la manipulación. La mujer de Sánchez saldrá indemne o condenada del proceso que se le instruye, según lo que determine la Justicia, pero en el camino muchos nos están demostrando su escaso apego por el funcionamiento de las instituciones y de la democracia.

Otro sí digo: Si finalmente Begoña Gómez resultara condenada por los órganos judiciales, ya se encargará el Tribunal Constitucional de anular la condena como sea, cuando fuera y por lo que fuese. Para eso está ahí plantado el poco cándido que lo preside al que por cierto le toca ya llevar su toga a la lavandería de tanto polvo del camino -socialista- que se ha impregnado en sus pliegues.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Dona ahora Vozpópuli