El hombre que en 2012 metió a su perra herida en una maleta y la arrojó a un contenedor, de donde fue rescatada por los vecinos antes de que fuera triturada por un camión de la basura, ha sido condenado a un año de prisión por maltrato animal y al cumplimiento efectivo de la pena, sin posibilidad de remisión.
"La elección de tal pena ha sido ponderada por la acción malvada" del acusado, argumenta en su sentencia la juez sustituta del juzgado de lo penal número uno de Santa Cruz de Tenerife, Sandra Barrera Vinent.
Durante el juicio, la juez permitió la comparecencia de la perra en la sala como perjudicada, acompañada de su actual dueña, quien acudió como testigo.
La perra, de raza pitbul, llamada en 2012 Isa pero rebautizada como Milagros tras su rescate, fue introducida herida por el acusado en una pequeña maleta y arrojada a la basura para que muriera tras haber sido atacada y herida por otros canes de su propiedad, según la sentencia, que no es firme al poder ser objeto de recurso.
Los vecinos oyeron a la perra
Pero unos vecinos que pasaban por el lugar que oyeron los lamentos de la perra la rescataron media hora después de ser arrojada al contenedor y veinte minutos antes de la llegada de un camión de basura sin operarios que la hubiera triturado.
La juez accede a la petición de la fiscalía y deniega la suspensión condicional de la prisión que se aplica en ocasiones a penas inferiores a dos años de cárcel, debido a que el acusado no ha mostrado arrepentimiento y actuó con "saña".
También se condena al acusado a pagar a la protectora de animales que acogió a la perra por los gastos de su curación y a no tener animales domésticos durante tres años.
La suspensión de la condena "no generaría enseñanza ni doctrina", ni sería "disuasoria para los ciudadanos", argumenta la juez.
"Acción malvada" del acusado
Justifica la pena de un año, solicitada por la acusación popular frente a los nueve meses que pedía la fiscalía, por "la acción malvada" que supone "introducir a la perra en una maleta" abocándola a la muerte, "cerrando la cremallera impidiéndole el respirar" y "de forma indigna" tirarla a un contenedor.
Para la juez Barrera, que aplaude la actuación ciudadana por rescatar y cuidar a Milagros, "es importante visibilizar este maltrato" y dictar sentencias que trasladen a los ciudadanos más empatía por los animales y que generen "biofilia".
En la sentencia, se constata la realidad científica de que los animales son seres sensibles y que su maltrato vulnera "las obligaciones biológicas -bioéticas-" que con ellos tienen los seres humanos.
"Hemos de ser intransigentes con este tipo de hechos" y el Estado debe proteger a los animales de estos actos, señala la juez, que advierte "cierto sadismo" en la conducta del acusado puesto que el camión de la basura hubiera "despedazado" viva a la perra.