Año 1808. Una Comisión Militar dicta sentencias de muerte a los detenidos por las revueltas contra las tropas francesas. Los condenados son enviados a distintos lugares de Madrid para su inmediata ejecución: el paseo del Prado, la Puerta del Sol, la Puerta de Alcalá, el portillo de Recoletos y la montaña del Príncipe Pío. A las cuatro de la madrugada del 3 de mayo los fusilaron.
Goya no vio las ejecuciones, pero las pintó seis años después, en 1814, en un lienzo de casi tres metros de largo por tres de alto. Se trató de El 3 de mayo de 1808 en Madrid: los fusilamientos de patriotas madrileños, un cuadro encargado al maestro por la regencia para decorar las salas Palacio y que forma parte de a colección del Museo del Prado.
El lienzo del pintor aragonés ha dado pie a distintas versiones inspiradas en su composición, el primero de ellos El fusilamiento de Maximiliano (1867), para el que el pintor Edouard Manet hizo tres bocetos. Uno de ellos, incompleto, se encuentra en la National Gallery de Londres. Algunos señalan que la recreación de asesinato del que fuera archiduque de Austria a manos de Benito Juárez la pintó Manet influenciado por Los Fusilamientos, que había visto en el Prado dos años antes, en 1865. Los artistas del grupo español Equipo crónica hicieron a su vez una nueva interpretación de esta pieza del francés.
Para Masacre en Corea (1951) Pablo Picasso retoma la imagen del cuadro de Goya, esta vez para ilustrar los excesos y la injerencia de los Estados Unidos tras la segunda guerra mundial; la obra está en el Museo Picasso de París. El artista japonés Yasumasa Morimura, a quien se le atribuye formar parte del movimiento del Apropiacionismo, empleó su técnica de fotografía escenificada para recrear Los fusilamientos del 03 de mayo, con una variante. Morimura acostumbra a incluirse en las representaciones que hace en los lienzos y, en esta oportunidad, el artista colocó su rostro a la figura central que preside el conjunto. El artista irlandés Robert Ballagh se basó también en la obra original para Study for third of May, after Goya, una versión en la que predomina el pop y las tramas simplificadas.
El pintor español Álvaro Delgado, a quien se le considera integrante de la Escuela de Vallecas y la Escuela de Madrid, tiene una versión en la que rinde homenaje, a la vez, a Los fusilamientos del 3 de mayo y el Guernica de Picasso. Durante la década de los sesenta, Delgado dedicó una serie completa para trabajar el tema, completamente dedicado en su mayoría al lienzo de Goya.
Existen, además, reinterpretaciones más libres, como las que han hecho distintos artistas callejeros o también las reconstrucciones con muñecos de PlayMobil. El influjo del cuadro de Goya es tan fuerte y claro que suele ser considerado y citado en cada reinterpretación, antigua o moderna, que se haga del tema.