3.213 menores fueron admitidos a tratamiento por adicción a las drogas en 2020. El 95,2% fue a causa el cannabis, el 2,4% por cocaína, 0,6% por estupefacientes, 0’5% por opioides y un 1,3% se debió al consumo de otras sustancias. ¿Cómo se ha llegado a este punto? Alcohol, tabaco y cannabis son los reyes indiscutibles del consumo de drogas en España entre los estudiantes de Secundaria, Bachillerato y FP. El cuarto elemento son los hipnosedantes porque los chavales, con y sin receta, los toman también a diario.
Tener más información no hace que los adolescentes se alejen de las drogas. Siguen patrones similares a los de sus mayores. Así lo reflejan los datos que el Ministerio de Sanidad registra desde 1994 sobre el consumo de droga de los estudiantes de "secundaria" de entre 14 y 18 años. Por ejemplo, si 1994 el 84,1% de los jóvenes encuestados habían probado el alcohol en alguna ocasión, en 2021 es el 73,9%. Otro dato es que, en 2010 el 7,8% de los chicos y el 4,3% de las chicas bebían alcohol a diario durante un mes, hoy hablamos del 1,3% y 1% respectivamente. Se mantiene en un 1% entre las muchachas. Y, sin embargo, prueban el alcohol a los 14 años y casi la mitad de los encuestados reconoce haberse emborrachado alguna vez.
Está de moda un nuevo botellón, conocido como binge driking. Se resume en lo de "alcohol, alcohol, alcohol. Hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual" y está de moda entre los adolescentes. Consiste en beberse cinco o más copas en menos de dos horas. La prevalencia es mayor entre las chicas que entre los chicos (29,6% ellas, 26,3%, ellos). ¿Dónde consiguen el alcohol nuestros menores de edad? En las tiendas de barrio, chinos, quioscos, bodegas; en supermercados, y en bares o pubs (55%, 53,8% y 45,8%, respectivamente.) La estadística señala que el 40% lo obtiene "en casa de otras personas" y el 28% lo trae puesto de casa.
También, el 30% reconoce que en general le gusta cualquier bebida alcohólica y en lo particular los combinados y cubatas al 26%, la cerveza y la sidra, los licores fuertes, el vino y el champán, los licores de frutas y, por último, a un 2% escaso, el vino, el jerez y el fino.
El humo ya no se estila
El consumo diario de tabaco ha ido descendiendo. El primer registro indica que en 1994 fumaban a diario el 17,8% entre los chicos y del 25,4% entre las chicas. El punto más alto lo trajo el nuevo milenio, cuando el 19,3% de los chicos y el 27% de las encuestadas fumaban en el patio del colegio. Lo único bueno que dejó Zapatero fue la ley del tabaco porque el consumo entre los menores empezó su declive y hoy son el 8,8% y las 9,2% fuman tabaco a diario.
Medalla de bronce al cannabis en todas sus versiones (hachís o hierba) porque tiene forofos de los 15 y los 17 años el 12,6%. Un porcentaje mucho mayor que el de los mayores de 35 años, que llega al 5,5%. Y el Ministerio de Sanidad advierte que el consumidor problemático de cannabis es el hombre menor de 25 años que se fuma tres porros de maría cada día.
Más del 75% del hachís intervenido en la Unión Europea y la mitad en el mundo ha sido en España
La estadística es contundente: el 3,7% de los chicos y el 2,7% de las chicas reconoce que el consumo de 3,3 porros diarios, ellas consumen más chocolate y ellos hierba. Casi la totalidad, mezcla la droga con tabaco y en 2021 aumentó el consumo. Hasta el 8% de los casos de esquizofrenia podrían estar relacionados con el consumo de cannabis, señala el informe de Sanidad, además de desarrollar otras enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
El inicio del consumo es a los 15 años y suele ir acompañado del consumo de otras drogas. El encarecimiento de la vida también afecta a este mercado. Si hace 20 años el gramo de resina estuvo a 3,87 euros, en 2020 costaba 5,52 euros y, en ese mismo periodo, la grifa rondó los 2,49 euros el gramo y a estar a 5,09 euros. Esto lo dice el Observatorio español de drogas y adicciones en su informe de 2021 sobre la situación del mercado. En 2020 se decomisaron 473.925 kilos de hachís, mientras que en 2019 fueron 349.489 kilos. Más del 75% del hachís intervenido en la Unión Europea y la mitad en el mundo ha sido en España.
Con receta o sin receta
La cuarta y la quinta posición en este ránking es para los hipnosedantes, las pastillas que te dejan tranquilo y ayudan a dormir. Rigoberta Bandini podría definir su uso con el "son muchos años buscando aquí la felicidad o el despertar (…) Pero mi cuerpo está tan harto de tambalear" El consumo diario con y sin receta en 2021 alcanzó al 7,5% cuando en 2010 fue 5,2%. En el mismo periodo, se ha pasado del 3% al 3,6% el consumo sin receta.
La primera vez que toman esta sustancia, que son medicamentos, sin receta es entre los 14 y 15 años, y su prevalencia en el consumo aumenta con la edad. Las adolescentes tienen una mayor prevalencia en el consumo de hipnosedantes, que casi dobla a la de los varones.Además, el consumo es oculto por lo que carente de estigma y apenas hay campañas de concienciación sobre su mal uso.
El éxtasis tiene un precio fluctuante que se mantiene: 11,52 euros la unidad en el 2000 y 10,49 en 2020. En 2019 se 267.632 kilos de esta sustancia y en 2020 casi sextuplicó, llegando a los 1.561.311 kilos. Su consumo crece con la edad. La mayor diferencia se produce a los 18 años: los chicos consumen un 8,3% y las chicas, 4,1%.
Las chicas son más propensas a tomar estimulantes para el rendimiento en el estudio (6,9% frente a 6,2% de los varones). Además, según se cumplen años se cumplen el consumo porque la exigencia es mayor: del 4,7% a con 14 años a un 10,2% a los 18. Nada nuevo bajo el sol. La generación anterior, la de los nacidos a mediados de los 50 y 60 tomaban "centraminas" para estudiar, adelgazar o mantenerse en pie. Lo que estaban arreando era un viaje de sulfato de anfetamina.
Cocaína para estudiar
Entre los estimulantes se encuentra la cocaína que es la sustancia de esta categoría más consumida por los estudiantes. El 22% de los estudiantes han consumido farlopa para estudiar mejor en 2021, frente a al 25% que lo hizo en 2019. No es una droga barata. El precio del gramo aumentado desde 2014, cuando costaba 57,57 euros gasta alcanzar los 61,05 euros al finalizar 2020, según el Ministerio de Sanidad.Como si estuviéramos en los ochenta con el Cambados, España es puerta de entrada de la cocaína en nuestro país, a través de la Ruta del Norte o de los Veleros con destino a países de norte de Europa y la Península Ibérica, la Ruta Central o de los cargueros y pesqueros” con destinos próximos a Cabo Verde o las Canarias y otras rutas más.
Metilfenidato, conocido también como "coca de los pobres", y sus derivados son medicamentos que el 17,2% dice utilizar con este fin. "Cada uno se busca sus propias prisiones / Me concentra como Ritalin", explican en "5 Stars" C. Tangana, Duki, Neo Pistea y Polimá Westcoast. Al igual el 8,1% que recurre a otros derivados de la anfetamina, como la lisdexanfetamina o dextroanfetamina.
¿Tu camello es mi amigo?
El 52,3% reconoce que consigue estas sustancias estimulantes a través de un familiar o un amigo, en farmacias sin receta médica (32,6%) o a través de un dealer o camello (27,4%). Señalan sólo el 5,8% recurre a internet para su compra. El consumo de heroína es del 0,5% en casi todos los tramos de edad, ya que los encuestados consideran que su consumo habitual lleva aparejados serios problemas para la salud. Es curioso que en 2019 el 20,2% de los participantes considerasen fácil de conseguir, mientras que en 2021 solo el 16,3% lo ve así.
La mayor parte de la heroína que se consume en Europa procede del opio que se produce en Afganistán. El de las incautaciones 13% ha sido mediante el uso de mulas o correos humanos. aprehensiones a correos humanos han supuesto el 13% del total.
Internet, nuevas drogas, nuevos riesgos
El gran mercado del mundo es Internet, accesible a más del 90% de la población. También es el gran mercado de la droga y de otras muchas sustancias, ya sea a través web o de aplicaciones, en las que intercambiar información y conocer nuevas formas sobre su consumo. En aplicaciones 'cotidianas' como Wapo, Tinder, Grinder, etcétera surgen nuevos patrones de consumo de drogas siempre ligados a prácticas sexuales de riesgo (chemsex y el slaming). Por otra parte, los menores han perdido la percepción de riesgo que entrañan las drogas y ven como normal y lúdico el consumo de alcohol, cannabis, cocaína y las nuevas sustancias psicoactivas.
Se ha incrementado el consumo de hipnosedantes con y sin receta hasta el 7,3% en 2020 y es la tercera sustancia psicoactiva más consumida
Los jóvenes consumen varias drogas. A ese policonsumo se suman las NSP a las que tienen fácil acceso en internet. En 2015 se notificaron un total de 98 NSP en la Red de alerta temprana de la UE. Total, hay 560 sustancias nuevas y el 70% de ellas han sido detectadas en los últimos cinco años. Estas nuevas drogas simulan los efectos de las drogas "convencionales", con el añadido de que se desconoce los efectos sobre la salud.
Llegan a España por vía aérea. Se han desmantelado puntos de venta de NSP en tiendas de artículos para el cultivo de marihuana (grow-shops/smart shops). Aunque son las páginas web el lugar de compra y la distribución puede darse por envíos de paquetería postal. Además, Internet ofrece una gran cantidad de sustancias que se venden como legales y los múltiples mercados anónimos de la darkweb.
El impacto de la droga no sólo afecta a la salud, afecta a la seguridad porque es un negocio que mueve miles millones y financia amenazas a la seguridad, como el terrorismo, la trata de personas y los flujos financieros ilícitos.
El mundo de los mayores de edad no dista mucho del de nuestros jóvenes. Por ejemplo, se ha incrementado el consumo de hipnosedantes con y sin receta hasta el 7,3% en 2020 y es la tercera sustancia psicoactiva más consumida entre la que se observa un incremento en su consumo con o sin receta.
La droga ilegal más consumida entre la población laboral es el cannabis y su consumo ha alcanzado el 8,5%. La segunda es la coca, la farlopa o el perico con un 3,1% de consumidores. Mientras, los trabajadores menores de 35 consumen más alcohol, cannabis y cocaína, los hombres de mayor edad consumen alcohol a diario y las mujeres hipnosedantes.
Catorce años y la responsabilidad penal
20.366 delitos fueron cometidos por menores en 2020, de acuerdo con Registro central de sentencias de responsabilidad penal de los menores y el INE, hubo 310 condenas por delitos contra la salud pública, esto por venta de drogas, trapicheo o similar. Por edades: 27 infractores de 14 años; 43 de 15; 112 de 16, 128 de 17, casi 18 años. 276 muchachos y 34 muchachas. Y si nos ponemos estupendos, 267 españoles y 43 extranjeros.
El sistema de atención a las adicciones en España es gratis y universal, se ofrece a través de distintos programas y existe una red específica de recursos para la atención de las adicciones
La Memoria del plan nacional sobre drogas recoge 2020 señala que de acuerdo con la ley del menor 1.843 menores de 15 comunidades participaron en programas dirigidos a menores infractores bajo la supervisión del juzgado (2.096 chicos, 773 chicas y de 823 no hay constancia). Ese informe también señala que se tramitaron 337.772 denuncias por infracciones en materia de droga, de las cuales 95.611 denuncias fueron de acuerdo con los distintos planes estratégicos contra el menudeo y la seguridad de los menores y sus entornos por donde se mueven.
La educación de los niños y jóvenes es como un taburete de tres patas padres, maestros y él mismos. Si uno de estos apoyos falla, el chaval se cae con todo el equipo. La prevención en el campo de las drogas es algo en lo que la Policía Nacional y la Guardia Civil llevan años trabajando a través del Plan Director.
En el caso de la Policía Nacional, los agentes de Participación Ciudadana imparten charlas sobre distintos temas en los centros escolares. Al hablar sobre el consumo de drogas se expone las consecuencias que para la salud tienen las drogas, los problemas que pueden venir por ello, la dependencia y la adicción, cambios de comportamiento, etcétera.
El sistema de atención a las adicciones en España es gratis y universal, se ofrece a través de distintos programas y existe una red específica de recursos para la atención de las adicciones. Además, según se detalla en la Estrategia nacional sobre adicciones, cada una de las Comunidades Autónomas dispone de programas de tratamiento, reducción del daño y de inserción social, especialmente través del empleo.
