Los Forqué abren la temporada cinematográfica de premios en España. Los organizan los productores agrupados en EGEDA y le suceden la semana que viene los premios Feroz, que concede la prensa, y el 6 de febrero los Goya de la Academia de Cine.La gala, presentada por Macarena Gómez y José Corbacho, ha contado con caras conocidas del cine español como Penélope Cruz, Fernando Colomo, Luis Tosar, y entre las autoridades, el ministro de Cultura, Educación y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.
"Con las audiencias que hemos conseguido en los últimos años, nosotros hemos hecho los deberes, nos merecemos los Reyes, que esta vez no nos dejen carbón", ha pedido Cerezo.
Enrique Cerezo, presidente de EGEDA, ha leído ante todos ellos su particular "carta a los Reyes Magos", dirigida a todos los grupos parlamentarios para los próximos cuatro años, según ha dicho. "Pedimos que el cine sea un asunto de Estado. No queremos subvenciones, queremos producción e incentivos fiscales, como en Francia", ha señalado antes de reivindicar la copia privada y lanzar un dardo contra el IVA cultural. "Con las audiencias que hemos conseguido en los últimos años, nosotros hemos hecho los deberes, nos merecemos los Reyes, que esta vez no nos dejen carbón", ha pedido Cerezo.
Truman, la crónica urbana de la amistad y la enfermedad firmada por Cesc Gay, se ha alzado esta noche como la triunfadora de la XXI edición de los Premios Forqué, al llevarse el premio a la mejor película y al mejor actor para uno de sus protagonistas, Ricardo Darín.
La cinta, la favorita de la prensa acreditada en el pasado Festival de San Sebastián, donde se llevó el Feroz Zinemaldia, se ha impuesto también en estos premios que conceden los productores agrupados en EGEDA, y que se han entregado en una gala en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid.Las otras cuatro finalistas en la categoría principal eran "A cambio de nada", la ópera prima de Daniel Guzmán, Nadie quiere la noche, de Isabel Coixet, la hispanoargentina El clan y Techo y comida, un drama sobre la crisis y los desahucios protagonizado por Natalia de Molina, que ha sido premiada como mejor actriz.
Truman, la crónica urbana de la amistad y la enfermedad firmada por Cesc Gay, se ha alzado esta noche como la triunfadora de la XXI edición de los Premios Forqué
Si en San Sebastián Darín y Javier Cámara compartieron la Concha de Plata por su celebrada interpretación, en los Forqué ha sido sólo el argentino quien se ha llevado los laureles de mejor actor, por su papel de enfermo terminal empeñado en lograr que alguien adopte a su perro, aunque no ha estado para recogerlo.
En su lugar ha estado Cesc Gay, que ha subido por partida doble y ha agradecido el trabajo a todo el equipo. Natalia de Molina, en racha desde que se llevó el Goya a mejor actriz revelación en 2014 por Vivir es fácil con los ojos cerrados, ha vuelto a convencer al poner rostro a los más desfavorecidos por la crisis económica en Techo y comida, el primer trabajo de Juan Miguel del Castillo.
De Molina, que también vuelve a aspirar al Goya este año, ha recogido el premio muy emocionada. Se ha impuesto nada menos que a Penélope Cruz, Nora Navas y Juliette Binoche. "Hace falta contar historias así, no olvidar el tiempo que estamos viviendo, no mirar a otro lado", ha dicho antes de dedicar el premio "a la gente en riesgo de exclusión social y que lo pasa mal".El otro gran protagonista de la noche ha sido Santiago Segura, que ha recogido la Medalla de Oro de EGEDA, en reconocimiento a su labor como productor, entre otros títulos, de la saga de mayor éxito del cine español, Torrente.
Segura ha hecho una referencia humorística a la ausencia de "sus majestades", dado el comienzo del juicio del caso Noos
Segura ha hecho una referencia humorística a la ausencia de "sus majestades", dado el comienzo del juicio del caso Noos, y ha dedicado el premio a su familia y socios, con un irónico recuerdo a Andrés Vicente Gómez, productor del primer Torrente, que en su momento le pidió quitar del guión "lo de las pajillas".La mejor película latinoamericana ha sido El club, un contundente drama sobre los abusos cometidos por la Iglesia católica en Chile que se llevó el Gran Premio del Jurado en la Berlinale. Larraín no pudo recogerlo en persona, ya que estaba aún en Los Ángeles, donde anoche asistió a los Globos de Oro.
Tristán Ulloa y Carolina Bang entregaron el premio al mejor documental, "2014, nacido en Gaza", de Hernán Zin y Jon Sistiaga, que recoge el testimonio de varios niños en la franja de Gaza durante los ataques israelíes del verano de 2014.La cinta de animación Atrapa la bandera, una de las más taquilleras del año pasado, se ha llevado el Premio al Cine y Educación en Valores, que conceden conjuntamente y por primera vez este año EGEDA y la Fundación de Ayuda a la Drogadicción (FAD).Y el mejor cortometraje fue "El corredor", de José Luis Montesinos, protagonizado por Miguel Ángel Jenner.