Clara Lago, que a sus 24 años ya ha rodado dieciocho largometrajes, entre ellos la cinta más taquillera de la historia del cine español, Ocho apellidos vascos, asegura que haber empezado en el cine siendo una niña le ha permitido llevar "el luto por la pérdida del yo anónimo" de manera más paulatina.
"Obviamente, mi vida ha cambiado desde Ocho apellidos vascos porque mi nivel de popularidad ha aumentado bastante, pero también es verdad que, como yo empecé tan joven y he tenido picos de popularidad por la tele, por Compañeros o Los hombres de Paco, dentro de todo, para mí no ha sido un choque tan grande", afirma en una entrevista con Efe.
La madrileña está en plena promoción de su nueva película, Extinction, del cineasta Miguel Ángel Vivas, donde interpreta a una joven embarazada que salva milagrosamente la vida en un mundo postapocalíptico y despoblado, amenazado por seres muy parecidos a los zombies, junto al estadounidense Matthew Fox.
Se ríe la actriz al recordar que también ella, como la jovencísima protagonista de Extinction, Quinn McColgan, fue una niña actriz de la mano de Imanol Uribe, que le dio su primer papel protagonista con apenas 12 años en El viaje de Carol. "Quinn es de estos niños flipantes que tiene un nivel de madurez muy alto pero sin dejar de ser una niña, no es un repollo, vamos, es una maravilla", afirma la actriz mientras agita sus expresivas manos para intentar explicar entre risas que ella nunca fue "repelente".
Por eso, añade, "esa especie de luto que creo que sufre la gente que, de repente, pasa de ser una persona normal a un nivel de fama muy alto, cuando te arrancan una parte de ti y se produce la pérdida de ese yo anónimo, yo no sé si por suerte o por desgracia lo he ido viviendo muy paulatinamente, he ido creciendo de esa manera".
"Para mí no ha sido un choque tan grande, pero es verdad que hubo un momento, muy al principio, que sí tuve un choque grande, con los paparazzi, porque era un mundo que yo no había vivido y era una situación muy rara, muy violenta y que me costó y me cuesta entender, pero luego se tranquilizó y, la verdad, lo llevo bien", confiesa.
Esta fama desmesurada que vino tras Ocho apellidos vascos atacó a todo el equipo de la película, aunque más a la pareja protagonista, que, encima, terminó el rodaje como pareja real y siendo Dani Rovira un debutante en el cine. "A mí esto no me ha cambiado hasta el punto de decir: mi vida es otra", asegura Lago, que, al igual que Rovira, Carmen Machi y Karra Elejalde repetirán en la segunda parte de la cinta, que ocurrirá en Cataluña; esos Ocho apellidos catalanes que llegará a las salas en noviembre.
Y añade entre bromas que también es posible que lleve mejor la situación que otros porque el hecho de que ella interpretaba a "la vasca borde"; eso hace que la gente se le acerque "de otra manera", dicho lo cual anima a su compañero Matthew Fox a contar su propia experiencia con la fama, en su caso, mundial tras interpretar al Jack Shepard de Perdidos.
