Hubo quienes pensaron que la coyuntura económica desinflaba el mercado del arte. El 2013 demostró todo lo contrario: Bacon, Warhol o Koons han liderado un año repleto de subastas récord. El pasado 13 de noviembre la casa de subastas Christie's vendió por 142,2 millones de dólares (103,6 millones de euros) el tríptico Tres Estudios de Lucian Freud, del pintor Francis Bacon, convirtiéndose así en la obra más cara jamás subastada que ahora forma parte de la imponente colección pictórica de la jequesa Mayasa Bint Hamad al Thani, integrante de la Casa Real de Qatar y la coleccionista más poderosa del mundo tras la compra en 2012 de Los jugadores de cartas de Paul Cézanne. Pagó 190 millones de euros en venta privada.
La familia al Thani está apostando con pasión por el arte como una vía para modernizar el país de modo que la responsable del Organismo de Museos de Qatar (QMA) invierte 1.000 millones de dólares (729 millones de euros) al año en obras plásticas. Una cifra 30 veces mayor a la del MoMa de Nueva York, informó la revista ArtReview.
En esa misma subasta, El Perro Globo (Naranja) de Jeff Koons, una escultura de acero anaranjado de un perro gigante, alcanzó la cifra de 58,4 millones de dólares (42,5 millones de euros). Un nuevo hito para un artista vivo que hace de Koons el genio creador que más caro ha vendido uno de sus trabajos. Un día después de la subasta de Christie's, el artista estadounidense Andy Warhol batió su propio récord al vender por 105,4 millones de dólares (77 millones de euros) Silver Car Crash (Double Disaster), sumándose a esta desorbitada fiebre.
También este fue el año del resurgimiento del Titanic y el violín del director de la orquesta que tocó durante su hundimiento en 1912 alcanzó las 900.000 libras esterlinas (un millón de euros) en un combate de pujas. Diez millones de euros (14 millones de dólares) se pagó por el primer libro impreso en Estados Unidos. The Bay Psalm Book se convertía así el pasado mes de noviembre en el libro más caro de la historia adquirido a través de una casa de remates. Asimismo, el pintor Edward Hooper rebasó también todas las expectativas con la pintura East Wind Over Weekhawken que la casa Christie's adjudicó el pasado 5 de diciembre por 40,5 millones de dólares (29,5 millones de euros).
El día anterior, la obra de Norman Rockwell Saying Grace se convirtió en la mayor venta de un artista de Estados Unidos en una subasta al alcanzar la cantidad de 46 millones de dólares (33,5 millones de euros). También el artista Christopher Wool estableció este año su récord al vender Apocalypse Now por 26,5 millones de dólares (19,3 millones de euros).
Pero el arte parece solo valer si se encuentra en una casa de subastas o en la pared de un museo. Prueba de ello es la jugarreta del artista callejero Bansky, quien puso a la venta varios de sus grafitis en un puesto callejero de Nueva York. Unas obras que solo captaron la atención de tres personas. Las mismas piezas expuestas en una galería alcanzan un valor de casi 800.000 dólares (583.000 euros), mientras que en la calle de la gran manzana apenas se cobró 60 dólares (44 euros) por pieza. Prueba del deseo sin límites de los magnates del arte fue la polémica suscitada por el grafiti Slave Labour del mismo autor. La obra muestra a un niño asiático cosiendo banderas británicas y el pasado mes de febrero fue arrancada de una pared del barrio de Wood Green (Reino Unido) para ser subastado en Miami.
La subasta inicialmente se detuvo debido al malestar de los vecinos, que consideran la obra "un regalo" del artista a la comunidad. Sin embargo, finalmente el grafiti fue adquirido en Londres el pasado 3 de junio por la cifra de 1,1 millones de dólares (800.000 euros). Pero estas son solo unas pequeñas muestras de cómo el arte moderno y contemporáneo se sitúan como los estilos más venerados y aspirados por los compradores de arte que desembolsaron el pasado 12 de noviembre 691,5 millones de dólares (503,5 millones de euros) en la compra de 69 obras de este tipo. La operación, realizada por la casa de remates Christie's, eclipsó el anterior récord para este tipo de compras que ostentaba la misma institución y que se situaba en 500 millones de dólares (364 millones de euros).