A un ministro del gobierno le acaba de detener la policía, imputado por corrupción, malversación de fondos públicos, blanqueo de capitales y otros dieciocho delitos económicos. Es el comienzo de la trama de Selfie, pero podría ser el relato de un amigo a otro en cualquier barra de bar española tras haber ojeado la portada de un periódico cualquiera.
De hecho, a Víctor García León (Madrid, 1976), el director de la película, solo le bastó con leer la prensa para dar con la idea, eso sí, ha preferido no pasar por el calabozo y adentrarse en la vida de Bosco, el hijo del ministro -del PP- entre rejas que se queda fuera y que ve como su mundo de chalets en La Moraleja, novias de dentadura perfecta, fiestas en piscinas y másteres exclusivos comienza a desmoronarse.
Con las cuentas familiares embargadas, el chaval aprovecha su don de gentes para pedir trabajo en la sede de Podemos
Con las cuentas familiares embargadas, el chaval aprovecha su don de gentes para pedir trabajo en la sede de Podemos y hacerse "amigo" de una trabajadora social ciega que ejerce de educadora en un colegio de discapacitados. Es entonces cuando comienzan su aventura por las calles de Lavapiés y el contacto con la gente de ese barrio madrileño.
Selfie es el cómico autorretrato de la España desencantada en la que surgieron partidos emergentes como Podemos. Pero nadie se libra de ser señalado. Si bien, el protagonista es un "niño pijo" con prejuicios inculcados en el seno de una familia que trabaja para el PP, no faltarán personajes "progres" con discursos en la manga para defender cualquier causa.
¿Por qué una comedia sobre la corrupción política termina llamándose 'Selfie'?
Estuvimos pensando mucho en el título y uno de los que se acercaba más a lo que queríamos contar, que era la foto de un país, era 'Autorretrato', pero sonaba más rimbombante, a un cuadro de Goya. En cambio, selfie tiene esa connotación de usar y tirar, de palabra salchichera que sabes que puede desaparecer en 30 años. Es un retrato casposo de un país casposo hecho por un idiota, es un retrato de lo frívolo, así que queríamos quitarle trascendencia al discurso.
El ministro entre rejas es del PP, ¿es un 'selfie' al país o solo al PP?
No, no. Yo creo que nos retrata en general a todos, desde luego el protagonista es un chico que viene del entorno del PP, pero creo que solo hay un par de colectivos sobre los que no hemos hechos chistes, así que hay un montón de gente que se puede enfadar, no solo el PP.
Ha habido políticos del PP que han visto la película, la han disfrutado, pero es verdad que desde su prisma se ve más como un drama
¿Crees que para la gente del PP tu película va a ser un drama en lugar de una comedia?
Ha habido políticos del PP que han visto la película, la han disfrutado, pero es verdad que desde su prisma se ve más como un drama, es una peli más densa, más oscura y más agria para ellos, la ven con un poso más dramático. La gente que la ve desde más de lejos, lo hace con más humor, pero la verdad es que la ha visto gente del PP y la ha disfrutado.
¿Algún cargo en concreto?
Sí, alguien que conoces, que ha estado en el Gobierno. Pero ha sido tan generoso viéndola y tomándose un vino con nosotros que no me atrevo a decir su nombre porque siento que le estoy metiendo en un lío, aunque no sé por qué. Es encantador.
¿Se la recomiendas entonces a Mariano Rajoy? ¡Si es que no es él quien la ha visto!
No, no es él. Dice habitualmente que no ve cine español , así que le recomendaría muchas películas antes. No creo que la mía sea la mas urgente de ver, no pasa nada, puede ver antes El verdugo, Viridiana o Los golfos. ¡Mariano, no corras a ver esta película, no es tan urgente!
Bosco, el personaje, es un pijo al que se puede terminar queriendo. ¿Querías transmitir algún mensaje con este personaje?
No, mensajes ningunos. Hemos intentado hacer una película entretenida con niveles de lecturas suficientes para que a alguien que no sea completamente idiota también le guste. Creo que en muchas películas queremos a nuestros personajes por sus defectos y a pesar de sus virtudes. O sea, que cuanto más miserable es el protagonista, más se acerca a tus propias miserias y eso, de alguna manera, te conecta con él. En cambio, con Superman no te interesa nada ni te apetece que le vaya bien ni que le toque la lotería. Pero a Peter Sellers, sí. En ese sentido, nuestro protagonista es un poco un Peter Sellers... canalla miserable, niñato, estúpido, como nosotros.
¿Cómo es Santiago Alverú, el joven que interpreta a Bosco? ¿Cómo fue el casting?
Buscábamos a alguien que no fuera actor, que tuviera soltura y que fuese muy pijo. Fue el casting más rápido de mi vida, porque cuando vimos a Santiago dijimos: "¡Se acabó el casting!". Es un tío pijísimo de Oviedo que lo admite con total naturalidad y que nos ha asesorado de cada camisa que se ponía y cada botón que se desabrochaba. ¡Es el mejor asesor que he tenido en mi vida!
Si fuéramos hijos de un ministro corrupto, todos estaríamos negando la mayor desde el minuto cero
¿Por qué preferiste hablar sobre la vida del hijo del ministro corrupto en lugar de ahondar en la del propio político?
Cuando cuentas la historia de alguien que se cae de culo contra la realidad, que deja su espacio de confort para adentrarse en una especie de intemperie económica, algo que de alguna manera hemos vivido todos, le haces caer de lo más alto. Lo de que fuera el hijo de un ministro nos lo dio la vida, solo hizo falta abrir un periódico. Si queríamos hacer un retrato de España, tocaba eso, no lo hemos decidido ni nosotros.
Lo que nos interesaba en este caso, más que la denuncia de la corrupción porque no sé si una película es el mejor sitio para dar consejos, es la familia del corrupto, los que están al lado, los que no sabían nada. ¿No sabías que teníais siete coches en el garaje y tu padre era frutero hace seis años? La capacidad de engañar que tenemos es interminable. Claro, que si fuéramos hijos de un ministro corrupto, todos estaríamos negando la mayor desde el minuto cero.
¿Qué tramas reales te han servido de inspiración?
¿De los 650 casos que hay abiertos? Me interesa la corrupción pequeña. La del concejal que facilita a su primo una licencia para poner un garaje. Cuanto más diminuto es el caso, más nos retrata. Otras cosas que implican millones y millones en Suiza, como la 'Operación Lezo', no me despierta ningún interés dramático. Leo las noticias y me hace gracia hacer un chiste en un bar, pero en realidad la corrupción que más nos define y atañe es la más pequeña. Todos de alguna manera estamos muy cerca de una miseria moral que también nos concierte, por ejemplo, si nos ahorramos el IVA en alguna factura... Tenemos que empezar a combatir la la corrupción desde un plano más íntimo.
¿No crees en la inocencia de quien no ve el jaguar en el garaje?
¿Cómo no tes has dado cuenta de que tu marido se ha comprado un coche? ¡Es muy raro! Como la Infanta, que no sabe nada de impuestos y tiene seis másteres en Economía. ¿Cómo no vas a saber hacer la declaración de la renta? Hay un punto en el que me interesan más las consecuencias que las caras de la corrupción. Lo otro sería un thriller, pero en las consecuencias está la comedia.
Sin embargo, al ver la película es fácil pensar en el Pequeño Nicolás o, salvando las distancias, en Willy Bárcenas, que ahora triunfa con su grupo Taburete...
Quisimos que el Pequeño Nicolás participase comiéndose un kebab con Bosco, nuestro protagonista, pero no lo conseguimos porque justo entraba en Gran Hermano. O sea, está a punto de entrar en la cárcel, pero no, entra en Gran Hermano. Y lo de Willy Bárcenas... ¡Justo cuando su padre está encausado, resulta que llena el Palacio de los Deportes con 17 mil personas que le aclaman! ¿Cómo gestionas eso desde un punto de vista dramático? Es muy difícil. La idea es que al personaje le vaya mal en la película, pero el hijo de Bárcenas triunfa. Es decir, estamos en un país en el que triunfa lo descabellado y, en ese sentido, no nos podríamos fijar en nadie real porque no sería creíble en la película.
No tenemos un ejemplo concreto en el que basarnos, porque la realidad no hay manera de atarla
Desde Taburete defienden que no llenan conciertos por los apellidos, sino por su música...
¡Pero si será verdad! A mí lo que me sorprende de la historia no es él, si no el mundo. Cómo los mecanismos causales funcionan fuera de cualquier clase de sentido común. O sea, por qué el hijo de un señor pasad de cantar en el programa Jugones y de aparecer en unos vídeos en YouTube medio borracho a enganchar con una serie de público al que le gustan las canciones de verdad y se convierte en una estrella del pop. Por eso digo que no tenemos un ejemplo concreto en el que basarnos, porque la realidad no hay manera de atarla. Se escapa siempre por el sitio más inesperado.
En 'Selfie' aparece un personaje ciego que no sabe si quedarse con el 'pepero' o el 'podemita'. ¿Representa a una España confusa?
Sí, pero de una manera esquemática. Un idiota de izquierdas y otro de derechas pelean por una chica ciega y confusa, pero más allá de eso, sí es verdad que la gente que participa en Podemos tiene algo bueno en comparación con otros partidos que llevan más tiempo y es que acaban de entrar. Al final es algo tan vulgar como un partido político, donde hay gente estupenda y otra menos estupenda, como en cualquier otra formación, pero digamos que lidian con menos intereses y menos clientelismo.
Aunque la sensación es que eventualmente nos parecemos todos mucho más de lo que nos gustaría. El PSOE y el PP se parecen mucho, como también se parecían mucho UCD a otros partidos políticos que, a su vez, se parecían mucho a Cánovas y a Sagasta. Probablemente la gestión de lo público en un país que no cree en lo público, tiende a la corrupción. A lo mejor deberíamos empezar a creer, a ver si así lo controlamos un poco.
Hemos estado a punto de hacer un spin-off del PSOE porque se quedaba un poco desnatado en la película
¿Crees que ningún partido político es capaz de escaparse, tarde o temprano, a la corrupción?
Hay políticos estupendos, lo que digo es que, en general, ni los medios de comunicación, ni los ciudadanos que votan ni las agrupaciones de esos partidos que se presentan a las elecciones, ni los militantes de esos partidos tienen una fe en lo público que te haga pensar que es inquebrantable. Al final los políticos más honestos y más listos se hacen viejos muy rápido y lo dejan. Les ponen unas ojeras muy acusadas, les salen canas muy pronto y se van muy tristes... A veces lo impone un poco el propio sistema, realmente es difícil luchar contra eso.
¿Por qué el PSOE es el gran ausente?
Hemos estado a punto de hacer un spin-off del PSOE porque se quedaba un poco desnatado en la película. Nos interesaba hacer de concejal del PSOE en Las Rozas que, ante la posibilidad de perder su escaño, se va al Congreso a pedirle un cargo a los susanistas y sanchistas. Nos interesa mucho esa especie de indefinición en un país bipolar en el que somos blancos o negros; del Real Madrid o del Barça y, sobre todo nos gritamos mucho. ¿Quién es el del medio? ¿Qué haces ahí? ¡Estás en un sitio absurdo!
¿Es rentable en el cine tirar de estereotipos políticos?
Si el cliché se hace bien me parece que es lícito y bueno. No sé si es rentable porque hasta ahora no hemos ganado un duro. Nosotros hemos hecho una película que nos hacía gracia, es la historia de un pijo muy pijo en un Lavapiés muy Lavapiés. ¡Claro que tiene un lado de cliché, pero es que las pelis duran una hora y media, no puedes profundizar y hacer que el chico sufra en el baño, aparte de que tampoco creo que eso fuera honesto porque las comedias tienen algo salvaje que debe ser así.
Además pienso que los estereotipos son estereotipos por algo, es decir, que uno no llega a ser un cliché fácilmente. Un pijo redomado es un cliché, pero todos tenemos como amigos y amigas o conocemos a algún pijo redomado. De alguna manera es una cuestión cultural, existen y están, no es un cliché vacío.
A Podemos se le ve un poco más leninista, da la sensación de grupo de amigos cerrado
¿Cuáles son los clichés que se acercan más a la realidad de Podemos?
En el caso de Podemos yo creo que es mucho menos analizable en un término de chiste. Más allá de los que giran en torno a la izquierda sobre tipos comprometidos cuyos padres votan a la izquierda y que pueden ser tan miserables como otro cualquiera, Podemos retrata un cambio generacional, aglutina un montón de desencantos.
Hay un montón de gente que esta harta de pagar por los pecados de sus padres y quiere cometer sus propios pecados, no es tanto una cuestión de alguien con rastas o perroflautas, sino algo más transversal. Gente muy diversa que ve en Podemos un cambio de pedalada.
Quizás últimamente se les ve un poco más leninistas, da la sensación de grupo de amigos cerrado y pierde un poco esa esencia, una pena, pero hay poco cliché ahora mismo en Podemos, creo que hay más en la izquierda en general.
Dices que aún no habéis ganado "ni un duro" con Selfie, tu tercer largometraje, ¿cómo la estás financiando? ¿Te ha apoyado alguna institución?
Cuando uno habla de esto da la sensación de que te estás quejando. Pero hay una reflexión que deberíamos hacer sobre el modelo de producción que tenemos en España, con el que hemos expulsado las películas medias. Ahora tenemos grandes películas industriales financiadas por las televisiones privadas y luego, películas de autor low cost. En medio, prácticamente nada.
Pero si haces una lista de de las cinco o diez cintas que más te gustan, casi siempre son películas intermedias. Saura, Buñuel, Almodóvar, Cuerda... No rozan el vídeo arte, sino que quieren tener público y salir al mercado. Es decir, la película que mejor hacemos está expulsada del modelo de producción. El cine español ha perdido mucha presencia internacional. La parte intermedia la hemos perdido.