Cultura

Festival de San Sebastián: Lafosse disecciona la pederastia, la vergüenza y el silencio

El cineasta francés regresa al certamen con un drama policial notable que compite por la Concha de Oro

En 2008, el abogado belga Victor Hissel fue detenido, y más tarde condenado, por posesión de vídeos y fotografías de pornografía infantil. Su nombre figuraba en una lista con direcciones electrónicas de personas que visitaban y recibían contenido ilícito. Aquel caso saltó a los medios porque se trataba del letrado que defendía a los padres de Julie Lejeune y Melissa Russo, dos niñas de ocho años que fueron secuestradas, violadas y asesinadas entre 1995 y 1996 por Marc Dutroux, que fue condenado a cadena perpetua por estos hechos. A partir de este caso, la población se manifestó en la calle con un lema: "No queremos lobos en el bosque".

Ahora, el cineasta Joachim Lafosse recoge aquella pregunta y lleva la cuestión a un terreno más complejo e incómodo con su película El silencio, con la que compite por la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián, un certamen en el que es veterano. "¿Está el lobo en casa?", se pregunta el director sobre una trama que aborda cuestiones como romper el silencio, abordar la vergüenza y atreverse a salir de la zona de confort de una vida plena.

Esta película está inspirada en aquel caso que escandalizó a la sociedad belga y se centra en la intimidad de la familia del abogado, aunque reconstruye los personajes desde la ficción y el ejercicio actoral, tal y como el director ha explicado durante la rueda de prensa, a la que ha asistido Vozpópuli. Así, presenta en el centro de la trama a Astrid (interpretada por Emmanuelle Devos), una esposa y madre que se enfrenta a un secreto que sale a la luz 30 años después: su hermano pequeño quiere denunciar a su esposo, un prestigioso abogado, por la violación que sufrió cuando era menor y ella trata de evitarlo.

A medida que sus hijos conocen el secreto, Astrid se enfrenta al sentimiento de la vergüenza pero poco a poco, y a medida que la investigación policial acorrala al abogado, empieza a romper un silencio con el que ha convivido toda una vida y en el que ha cimentado un matrimonio sin deseo, pero del que se ha beneficiado, al mantener una vida burguesa. ¿Es pues una víctima o una cómplice?

Lafosse tiene claro que el personaje de Astrid es una "víctima" y así lo ha destacado. "Ella es una víctima y no una cómplice, no ha cometido ningún crimen. Hay en la sociedad grupos organizados que se benefician, pero este no es el caso", ha enfatizado acerca del papel que interpreta Devos.

Lafosse, ¿hay redención?

En respuesta a la pregunta sobre si es posible la redención que lanzaba otro periodista, Lafosse tiene claro que no es el camino para avanzar. "No quiero que una víctima se reencuentre con alguien que ve esa lógica, es la perversión encarnada. Como director puedo entenderlo, pero todos los especialistas en la protección de la infancia dirán que no hay que poner a trabajar a un criminal sexual en una guardería. La lógica de la redención es justo la que crea el veneno", ha recalcado el director, que ve en esta dinámica "una cultura devastadora".

"No quiero que una víctima se reencuentre con alguien que ve esa lógica, es la perversión encarnada. Como director puedo entenderlo, pero todos los especialistas en la protección de la infancia dirán que no hay que poner a trabajar a un criminal sexual en una guardería"Joachim Lafosse, cineasta

En este punto, ha llamado la atención acerca de un peligro: "Cuidado con las máscaras". "La población está fascinada con la pose heroica y esa lógica que nos tranquiliza es simplista", ha argumentado Lafosse, quien ha señalado que al llegar a este caso se toparon con la cuestión del "poder" y la "fascinación" que ejerce en las personas. "Es fácil mostrarse así pero hay que tener cuidado con la mediatización", ha recalcado.

A pesar de la explicación de Lafosse, del asunto que aborda la película, así como las referencia en la rueda de prensa al peso del poder y de la vergüenza como ejes de la trama, la duda se mantenía entre la prensa. "¿No están omitiendo la palabra cómplices?". "No hay un silencio cómplice, no hay un día en el que no se pregunte cómo ella esta traumatizada. Es un silencio traumatizado pero no complice", ha resaltado Lafosse, que en su anterior trabajo, Un amor intranquilo -presentado en San Sebastián- también realizó un trabajo de romper el silencio, aunque desde el ámbito de los afectos y la enfermedad mental.

Sobre su papel, la actriz Emmanuelle Devos ha defendido la postura que muestra su personaje. "En esta situación, muchas mujeres entran en negación, callan. No es fácil este trabajo. He podido sentir lo que genera el silencio en la persona y es importante esa confrontación, se necesita un choque", ha defendido sobre el desarrollo de su personaje, clave en la trama.

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