El enigmático caballero pintado por Velázquez entre 1630 y 1635 conocido como Retrato de hombre ha viajado desde el Metropolitan Museum de Nueva York hasta el Museo del Prado de Madrid para reencontrarse consigo mismo en el óleo de Las Lanzas. Dentro del programa La Obra Invitada, patrocinada por la Fundación Amigos del Museo, el Prado expondrá hasta el próximo 27 de enero el óleo cedido por el museo neoyorquino junto a otra obra maestra de Velázquez La Rendición de Breda, en cuyo extremo derecho aparece el mismo personaje representado en Retrato de hombre.
Mientras que los expertos del Metropolitan y el Prado coinciden en que las figuras de ambas obras representan a la misma persona, no es tal la coincidencia sobre la identidad del personaje. Así, para Javier Portús, jefe de Pintura Española de El Prado, la tipología facial de este caballero es "muy distinta" a los autorretratos que se conservan del pintor sevillano, los de la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y el de Las Meninas. Además, Portús ha planteado la duda de si sería factible para un pintor de la época "inmiscuirse" a sí mismo en la escena política más significativa del momento, como la que representa Las Lanzas.
En el mismo sentido se ha pronunciado Gabriele Finaldi, director adjunto de Conservación e Investigación del Prado, quien ha precisado que existen "muchas razones para dudar" de que sea el propio Velázquez, y se ha inclinado por la teoría de que se trata "de una persona distinta aunque con rasgos generales parecidos". Sin embargo, Keith Christiansen, jefe de Conservación de Pintura Europea del Metrolopolitan, ha explicado que un informe encargado a un forense experto en identificación facial extrae la conclusión "aventurada" de que existe una "alta probabilidad" de que el hombre pintado por Velázquez en Retrato de hombre sea él mismo.
No obstante, todos coinciden en que será necesario seguir indagando en la identidad de este enigmático personaje, con cuyo préstamo se homenajea a Plácido Arango, presidente del Patronato del Museo del Prado entre 2007 y 2012 y patrono emérito de la pinacoteca neoyorquina. La obra cedida temporalmente al Museo del Prado recuperó la paternidad de Velázquez en 2009, cuando pasó de las salas del Metropolitan, dónde se exponía atribuida al círculo del pintor sevillano, al taller de restauración.
La larga historia de un cuadro
Retrato de hombre había pertenecido desde el siglo XVIII a colecciones privadas alemanas hasta que en 1925 pasó a manos del marchante de pintura antigua Joseph Duveen, quien hizo restaurar el cuadro con criterios que respondieran al gusto del coleccionismo internacional con la intención de darle salida comercial a la obra. En ese proceso de restauración el cuadro original perdió su identidad, al crearse con esa intervención un fondo homogéneo, definirse las partes del tronco que simplemente aparecían esbozadas y convertir el cabello del hombre en una masa uniforme, dotando a la imagen de una apariencia estática y uniforme.
La última restauración, realizada por el Metropolitam en 2009, ha liberado al cuadro del corsé en el que estaba atrapado y ha revelado recursos técnicos y estrategias de representación "típicamente velazqueñas", al salir a la luz un fondo vibrante y no uniforme realizado a base de sutiles gradaciones lumínicas que aportan profundidad al óleo y animan la figura. Según ha revelado Keith Christiansen, cuando el experto en Velázquez Jonathan Brown vio por primera vez el óleo tras su restauración en el MET dijo sin dudar: "Enhorabuena, es un Velázquez".
El jefe de conservación de pintura europea del Metropolitan llamó la atención sobre el hecho de que en Las Lanzas, pintado para la decoración del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, Velázquez pintó más nítidamente al soldado anónimo de idénticos rasgos que el representado en "Retrato de hombre" que incluso al propio general Spinola, uno de los protagonistas principales. Gabriele Finaldi, en declaraciones a la prensa, recordó que Velázquez "pintó poco", por lo que la recuperación de cualquier cuadro "es importante", y dio la bienvenida a este Retrato de hombre a "la Casa de Velázquez".
La ubicación del cuadro cedido por el Metropolitan junto a Las Lanzas facilitará a los visitantes la comparación de las dos figuras que parecen ser la misma persona, según Finaldi, quien aseguró que estas obras siguen planteando, muchos siglos después de su realización, numerosas preguntas.