La cultura es uno de los sectores a los que la crisis derivada de la pandemia está golpeando con mayor crudeza. Las últimas medidas decretadas por el Gobierno entre las que se prohíbe el ocio nocturno afectan a muchos locales en los que habitualmente se ofrece música en directo.
Precisamente, la Asociación Estatal de Salas de Música en Directo ha lanzado una advertencia sobre las "graves consecuencias" que supone para el sector la falta de actividad y exige un "plan de rescate" inmediato.
"Si ya era necesario un plan de contingencia antes de la nueva normalidad, ahora se hace imprescindible un plan de rescate para este sector empresarial que lleva seis meses cerrado por decreto, sosteniendo sus cargas económicas y con prohibición de trabajar y poder explotar sus negocios", señala la entidad en un comunicado.
Las salas medianas o pequeñas no son las únicas a las que les toca superar este difícil escollo. En conversación con Vozpópuli Manuel Saucedo, consejero delegado de Impulsa Eventos e Instalaciones —la empresa que gestiona el WiZink Center—, pone de relieve la "tristísima" situación que les toca atravesar.
"No se sabe cómo actuar"
"No se sabe cómo actuar, cuándo se puede empezar a programar, con lo cual cuando todo vuelva a la normalidad nosotros tardaremos un tiempo más porque los grandes conciertos se programan con seis meses, ocho meses o un año de antelación", explica Saucedo a este diario.
Para este año tenían previsto celebrar 220 conciertos; "una locura de programación". Ahora, con la situación derivada de la covid-19, desconocen cuándo podrán volver a trabajar con normalidad.
En este sentido, sobre el final del verano y los próximos eventos, el CEO de Impulsa Eventos e Instalaciones se muestra optimista a pesar de la incertidumbre: "Esto ha sido un paréntesis triste en nuestras vidas y seguro que dentro de poco nos volveremos a ver en el WiZink Center", concluye.