Rosendo vuelve a ser noticia ahora, y por partida doble. Acaba de publicar en formato vídeo el primer single de su próximo disco, que se editará a principios de octubre. Ambos, canción y disco, llevan por título ‘Vergüenza Torera’, y una vez más, el músico de Carabanchel vuelve a ponerse de parte de los que reconoce como suyos, la gente humilde, trabajadora, aquéllos que más padecen en sus carnes y vidas la actual crisis. Lo hace poniendo sus puntos sobre sus íes, y acusando al espectro político sin cortapisas ideológicas. Como él mismo canta en su vídeo, desde el centro de su querido Madrid como si fuera un músico callejero, “faena sin asumir por uno y otro lao”.
Pero para quien no conozca los orígenes musicales de Rosendo, la reciente publicación del libro ‘Maneras de vivir: Leño y el origen del rock urbano’, escrito por Kike Babas y Kike Turrón, es una excelente ocasión de adentrarse en lo que fue su primer éxito, al frente del grupo Leño. Presentado como una biografía oral, el libro pone en boca de quienes vivieron aquellos orígenes (músicos, periodistas, productores…) la memoria de lo que se llamó rock urbano y en el que Leño fueron uno de sus principales representantes.
De Ñu al éxito en solitario, pasando por Leño
Tras abandonar la banda Ñu, Rosendo dio forma a Leño en 1977. Siempre en formato de trío, y con apenas tres discos en el mercado, más otro en directo, consiguió que una canción como ‘Maneras de vivir’ se convirtiera en un auténtico himno.
Una vez disueltos, su primer disco en solitario, ‘Loco por incordiar’, en 1985, continuaba la estela de canciones directas y contundentes, y alcanzó sus mayores éxitos comerciales con títulos como ‘Pan de higo’, la que da nombre al disco o la ya eterna ‘Agradecido’.
Desde entonces y hasta ahora, no ha hecho más que trabajar, con catorce discos de estudio más el que saldrá en octubre, además de discos en directo, recopilaciones, alguna banda sonora y proyectos de tributo. Como ha declarado en alguna ocasión, no deja de ser un currante que no para de subirse a escenarios y entrar en estudios de grabación. Un currante que sabe que su trabajo es mucho más agradecido que el de otros miles de personas, porque es el que a él le gusta. Posiblemente, por eso mismo lo encara con la honestidad y simplicidad con lo que parece hacerlo todo.
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