Entrevista

Cultura

Rasoulof, director iraní: "No pensaba que por hacer películas tuviera que pagarlo con la cárcel"

El cineasta iraní exiliado en Alemania dirige 'La semilla de la higuera sagrada', un drama ambientado en la revolución del velo que fue premiada en Cannes

  • Mohammad Rasoulof -

El cineasta iraní Mohammad Rasoulof es uno de los directores más críticos con las políticas de su país natal, una postura que le llevó a se condenado a ocho años de cárcel, latigazos y la confiscación de sus bienes. Si bien en 2020 no pudo recoger el Oso de Oro en la Berlinale por su película La vida de los demás, un galardón que celebró en la distancia, en la pasada edición del Festival de Cannes, sin embargo, sí recibió el premio del jurado por su nueva película, un drama sobre la rebelión de las mujeres que pudo presentar en la croisette tras haber huido poco después de conocer la decisión del tribunal en un viaje que, según dijo entonces, fue "angustioso". 

La semilla de la higuera sagrada es el título de este homenaje a su país, una película crítica con la consideración de Irán hacia sus mujeres cuya idea surgió a partir del estallido social tras la muerte de Mahsa Amini, una joven que fue detenida en 2022 por no llevar el hiyab correctamente y que falleció bajo la custodia policial. Las periodistas que desvelaron el caso, Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi, fueron también condenadas a prisión por propaganda y las protestas ante la situación se multiplicaron por todo el mundo. 

Tal y como contó Rasoulof a Vozpópuli en el marco del Festival de San Sebastián, aquel suceso y el eco social que produjo fueron esenciales en el drama familiar que narra su película, en la que el juez de instrucción Iman se enfrenta a la paranoia en medio de los disturbios políticos de Teherán y, cuando su pistola desaparece, sospecha de su mujer y sus hijas, lo que le lleva a imponer medidas que tensan el equilibrio familiar. 

"La idea central la tuve cuando estaba en la cárcel yo mismo observando. Llevaba muchos años contemplando a los dirigentes de la prisión, a toda esa gente que veía, que me interrogaba, los jueces y la guardia. Toda esa gente empezaba a ser para mí un motivo de análisis, de descripción, de tratar de entender el perfil de esas personas y tuve la idea de interesarme por el núcleo de una familia, de ver cómo puede haber una confrontación entre la nueva generación, que tiene aspiraciones distintas, y la tradición que representan los padres", cuenta el cineasta iraní. 

El director de películas como Un hombre íntegro (2017) cuenta que en su país "lo que hay es indiferencia ante todo", debido al deseo por "sobrevivir y encontrar soluciones para conformarse, para seguir viviendo a pesar de ese sistema". Del mismo modo, señala que "hay también en Irán una ola sin precedentes de emigración". "Nunca antes ha habido tantos iraníes que huyen. Sobre todo, los jóvenes quieren irse porque no quieren conformarse con este sistema, pero tampoco con un sistema que les quita la elección y las elecciones individuales. Además, es gente que no quiere pagar el precio de la resistencia y que entonces prefiere irse. Hay una minoría que decide someterse, y no sé si ellos se ven como esclavos. Más bien hay una devoción, una adhesión total a los valores de ese sistema y creo que es porque les da un sentimiento de seguridad", opina este cineasta. 

Símbolo de resistencia

Rasoulof se ha convertido en un símbolo de la resistencia y en una de las voces críticas más mediáticas de su país natal. A pesar de ello, y de llevar "muchos años" enfrentándose a la "censura" y al "sistema", confiesa que nunca imaginó lo que llegó a pesar. "De verdad no pensaba que esto me llevaría a la cárcel, que solo por hacer películas tendría que pagarlo por años de cárcel. Me encontré con un dilema: o bien tenía que renunciar al cine y a mis valores y creencias, o bien tenía que seguir de otro modo. Donde estoy hoy es solo la continuación lógica del trayecto que he seguido desde el principio", destaca. 

Por ello, tanto si se trata de un "cine realista que se inspira en el entorno real o en la sociedad", como si se trata de "un cine puramente de fantasmas o de imaginación", ha comprobado que cuando uno se encuentra "en un contexto de totalitarismo se convierte en una acción política y potencialmente en un modo de resistencia". "Yo no me puedo olvidar de mi pasado, no puedo pensar que mi familia y amigos se han quedado en la cárcel, o mi querido pueblo, y que yo que ahora ya estoy fuera me voy a dedicar al cine puro", recalca. 

"Este gobierno tiene tantos desastres en los que trabajar que se van a olvidar un poco de la gente del cine"

Como todos sus rodajes, el de La semilla de la higuera sagrada también fue clandestino, e incluso fueron "más allá". Es ahí donde cree que empieza la resistencia, en el momento en el que uno "no tiene libertad de expresarse y de contar una historia". "¿Por qué contar historias puede dar tanto miedo al poder?", se pregunta. 

La pareja protagonista y el resto del equipo técnico no pudieron asistir a la puesta de largo de la película en Cannes. Pero no solo eso. Tal y como ha contado Rasoulof, quienes se quedan en Irán "sufren todas las presiones del gobierno", como quedarse sin "pasaportes" y esperar a un posible "juicio". "Siempre es así en Irán. Te amenazan y luego te dejan con este miedo, sin saber lo que va a pasar. Lo que se puede esperar es que con la situación actual todo esto disminuya la presión. Este gobierno tiene tantos desastres en los que trabajar que se van a olvidar un poco de la gente del cine", confía. 

 

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