La práctica de realizar bocetos al óleo como parte de la preparación de un cuadro se inició en Italia en el siglo XVI. Artistas como Polidoro da Caravaggio, Beccafumi, Federico Barrocci, Tintoretto o Veronés fueron los primeros que utilizaron bocetos pintados al óleo como herramientas para probar sus ideas. Sin embargo, lo hicieron en muy contadas ocasiones porque utilizaban sobre todo el dibujo para preparar sus obras. Rubens, en cambio hizo de ellos un medio continuo de trabajo que llegó a convertirse en una faceta más de su obra. Rubens convirtió el boceto al óleo en una parte fundamental de su proceso creativo y los cerca de 500 pintados por él le legitiman como el pintor de bocetos más importantes de la historia del arte europeo.
Ese es el punto de partida de la muestra Rubens. Pintor de bocetos, una exposición de carácter temático que se centra en el protagonismo del maestro flamenco en la historia del boceto y que podrá verse en el museo del Prado a partir del 10 de abril. La exposición es producto de una larga y exhaustiva investigación, dirigida por Friso Lammertse, conservador de pintura antigua del Boijmans Van Beuningen Museum, y de Alejandro Vergara, jefe de conservación de pintura flamenca y escuelas del norte del Museo del Prado, ambos comisarios de la muestra, cuyas conclusiones forman el núcleo de la publicación que acompaña a la exposición.
Basándose en los precedentes existentes en el uso del boceto, la innovadora aportación de Rubens consistió
en ampliar ese proceso preparatorio incluyendo sistemáticamente imágenes pintadas al óleo y en soportes más duraderos que el papel. Algunos le servían para elaborar sus ideas sobre nuevas composiciones, y muchos fueron pintados para enseñárselos a sus clientes o como guía para sus colaboradores. Según su finalidad, se trata de obras muy abocetadas o muy acabadas, y también pequeñas o relativamente grandes, diferenciadas del resto de su producción pictórica porque son menos pulidas y detalladas, la capa de pintura es más delgada, y con frecuencia se ve la imprimación.
Para esta exposición se han logrado reunir 73 de estos bocetos pintados al óleo entre los que se incluyen cinco pequeños bocetos para las Pinturas del techo de la iglesia de los jesuitas de Amberes de los museos Ashmolean en Oxford , Boijmans en Róterdam, la galería Národni en Praga y la Gemäldegalerie de Viena; la Serie de Aquiles, que se completa en la Galería Central del edificio Villanueva donde se expondrá un boceto propiedad del Fitzwilliam Museum de Cambridge junto a la pintura Aquiles descubierto por Ulises y Diomedes de Rubens y taller, del Prado; y la Serie de la Eucaristía conservada por el Prado y a la que se une un boceto procedente del Art Institute de Chicago.
Las obras cedidas por instituciones como el Louvre, el Hermitage, la National Gallery o el Metropolitan de Nueva York que, junto a una selección de los conservados en el Prado y el Boijmans -dos de las mayores colecciones que existen-, se exhibirán durante cuatro meses en la sala C del edificio Jerónimos. Además, hasta completar un total de 93 obras, se podrán contemplar algunos dibujos, estampas y pinturas del propio Rubens que dan contexto a los bocetos. Tras su paso por el Prado, en septiembre, Rubens. Pintor de bocetos llegará al Museo Boijmans Van Beuningen de Róterdam.