La diabetes es una de las enfermedades crónicas más prevalentes en todo el mundo y un problema creciente en España. Según datos recientes, más de 5 millones de personas en el país viven con esta afección, lo que equivale a aproximadamente el 14% de la población adulta. Además, se estima que una de cada tres personas no sabe que la padece, lo que eleva el riesgo de complicaciones a largo plazo como problemas cardiovasculares, renales o de visión. Este panorama subraya la importancia de la prevención, el diagnóstico precoz y la gestión adecuada de la enfermedad.
Con el envejecimiento de la población y la adopción de estilos de vida menos saludables, las tasas de diabetes continúan aumentando. Este trastorno metabólico no solo tiene un impacto en la calidad de vida de quienes lo padecen, sino también en el sistema de salud, que debe hacer frente a un coste significativo asociado a su tratamiento y las complicaciones derivadas. Por ello, entender qué es la diabetes y cómo prevenirla es clave para frenar esta epidemia silenciosa.
En este contexto, uno de los tipos más comunes de diabetes es la conocida como diabetes mellitus, una condición que afecta la capacidad del cuerpo para regular el azúcar en sangre. ¿Qué la provoca, cómo identificarla y, sobre todo, qué medidas se pueden tomar para evitarla o disminuirla? Profundicemos en ello.
Diabetes mellitus: un enemigo para tu corazón
Tal y como afirma la Fundación Española del Corazón en una de sus investigaciones, la diabetes mellitus es un grupo de enfermedades que se caracteriza por la elevación de los niveles de azúcar en la sangre y que predispone a enfermedades del aparato cardiovascular. Como los expertos indican, hay muchos estilos o formas de diabetes mellitus que vamos a diferenciar en dos tipos principales mayoritarios: la insulinodependiente y la no insulinodependiente.
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-Pacientes con diabetes mellitus tipo I (insulinodependiente): de forma simple, se trata de pacientes jóvenes que dependen del tratamiento con insulina para controlar los niveles de azúcar en la sangre. El funcionamiento de la insulina en el organismo es normal. Cuando estos pacientes no tienen interés por algún tipo de deporte, es muy importante que se involucren en alguna forma de ejercicio físico regular (tal y como explicaremos más adelante), que ayudará a controlar el riesgo cardiovascular elevado de estos pacientes a largo plazo.
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-Pacientes con diabetes mellitus tipo II (no insulinodependiente): esta es la forma más frecuente de la enfermedad con diferencia. Según la Fundación Española del Corazón, esta se caracteriza sobre todo por la resistencia a los efectos de la insulina en algunos órganos, entre ellos los músculos. Inicialmente se trata con medicación (generalmente oral) pero en fases avanzadas de la enfermedad puede haber necesidad de tratamiento con insulina y un comportamiento similar al de los pacientes con diabetes tipo 1.
El ejercicio físico: la mejor receta ante esta enfermedad
Para los pacientes con este tipo de insuficiencias (o para quienes no quieran sufrirla), el ejercicio físico y el deporte es la mejor medicina parra combatirlas, siendo los ejercicios aeróbicos que movilizan grandes grupos musculares los mejores, como pueden ser el ciclismo o la natación, entre otros.
Los expertos afirman que es importante progresar lentamente en las intensidades para evitar complicaciones y calentar y enfriar durante 5-10 minutos antes y después de cada sesión con ejercicio aeróbico de baja intensidad.
Finalmente, en la Fundación Española del Corazón llegaron a la conclusión de que los mejores resultados se obtienen cuando se combinan los ejercicios aeróbicos con ejercicios generales de fortalecimiento muscular a intensidad moderada y alta 2-3 días a la semana.