El azúcar es indispensable para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. También conocido como glucosa, este compuesto es la gasolina procedente de los alimentos que ingerimos que proporciona energía al cuerpo.
Sin embargo, el problema surge cuando, por determinadas circunstancias, como una vida sedentaria, el consumo de algunos medicamentos, situaciones de estrés o problemas relacionados con la producción o respuesta de la insulina, entre otras, la cantidad de glucosa se almacena provocando niveles altos de azúcar en sangre. Es lo que se conoce como hiperglucemia.
Tal y como apuntan desde la Federación Española de Diabetes (FEDE), es importante tratar la hiperglucemia tan pronto como se detecte, ya que puede tener serias consecuencias a largo plazo. Por ello, es imprescindible consultar con un especialista que determine la forma de controlar y reducir esos niveles altos de glucosa.
Consejos para reducir los niveles de azúcar en sangre
Los expertos advierten de la importancia de realizarse chequeos para garantizar el buen estado de nuestra salud y controlar, entre otros, los niveles de azúcar. Algo que no solo debe preocupar a las personas con una diabetes diagnosticada. Esta enfermedad se puede desarrollar con el tiempo, por lo que es necesario tener el azúcar siempre bajo control.
Además, existen algunos sencillos consejos que podemos poner en práctica y que nos ayudarán, en muchos casos, a controlar la hiperglucemia.
Aumentar la ingesta de agua
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es recomendable beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día. En el caso de las personas con los niveles de azúcar altos, este consejo es aún más importante, ya que beber agua, además de mantenernos hidratados, ayuda a los riñones a eliminar el exceso de azúcar del cuerpo.
Así, un estudio publicado en la revista 'Diabetes Care' en 2011 concluyó que las personas que beben más de un litro de agua al día tiene un 28 por ciento menos de probabilidades de tener altos los niveles de azúcar en comparación a los que beben menos de medio litro diario.
Hacer ejercicio de manera regular
Tal y como apuntan los expertos, la práctica deportiva habitual es buena para la salud, y también para controlar los niveles de azúcar. El ejercicio físico incrementa la sensibilidad a la insulina y ayuda a los músculos a utilizar el azúcar en la sangre para tener energía. Así, y una de las recomendaciones es salir a caminar después de las comidas.
Evitar el estrés
Aunque no lo parezca, el estrés puede afectar a los niveles de azúcar en la sangre. Concretamente, algunas hormonas como el glucagón o el cortisol que se segregan en momentos de estrés pueden aumentar los valores. Así, es importante practicar ejercicios de relajación, control y meditación para reducir el estrés.
Alimentos que bajan el azúcar
Según los expertos, existen alimentos que ayudan a regular los niveles de azúcar en sangre. Alimentos como el brócoli, el vinagre de manzana, la canela, la calabaza, las nueces, las semillas de lino, el apio, las cerezas, las manzanas, las zanahorias o la avena.
Controlar el consumo de carbohidratos
El cuerpo convierte los carbohidratos en azúcares que se absorben en el torrente sanguíneo. Cuando el nivel de azúcar se eleva, el páncreas libera la insulina para moverlo hacia las células. Cuando ingerimos demasiados carbohidratos o existe problema con la función de la insulina, los niveles de glucosa en la sangre suben. Por eso, los expertos recomiendan reducir su consumo para controlar el azúcar en sangre.
Más fibra
La fibra reduce la digestión de los carbohidratos, evitando picos de glucosa y su absorción, promoviendo el aumento gradual de la glucosa en sangre. Existen dos tipos de fibra, la soluble y la insoluble, y aunque ambas son importantes, está demostrado que la primera promueve niveles más bajos de azúcar en sangre.
Dormir lo necesario
Dormir las horas necesarias para que el cuerpo recargue energía es uno de los pilares para una buena salud. La falta de sueño y descanso aumenta los niveles de cortisol y disminuye la liberación de las hormonas del crecimiento, ambos importantes en el control de los niveles de azúcar.
