El cortisol, conocida como la hormona del estrés, es una hormona esteroidea producida por las glándulas suprarrenales, situadas encima de los riñones, cuya liberación aumenta en respuesta a situaciones de tensión física o emocional. Hablar de cortisol y cómo regularlo parece estar de moda. Sin embargo, no todos saben qué es realmente y cuáles son sus implicaciones. ¿Puede afectar a la salud? ¿Tiene solución?
Tal y como explican desde Hospital Capilar, el cortisol es una hormona producida en la corteza de la glándula suprarrenal que se libera como respuesta al estrés y/o a un nivel bajo de glucosa en la sangre. “Sus funciones principales son el incremento de los niveles de glucemia (nivel de azúcar en sangre), ayudar en el metabolismo de la grasa, proteínas y carbohidratos, suprimir el sistema inmunológico y regular los niveles de agua y electrolitos en el cuerpo”, afirma el doctor Antonio Leone, de Hospital Capilar.
Por qué aumenta el cortisol
- Estrés crónico: Problemas laborales, financieros, familiares o emocionales pueden mantener el cortisol elevado.
- Falta de sueño: Dormir mal o poco altera el ritmo circadiano y aumenta la producción de cortisol.
- Dieta inadecuada: El exceso de azúcar, cafeína y ultraprocesados dispara el cortisol. Además, un déficit de nutrientes esenciales como el magnesio y el omega-3 también afecta a su regulación.
- Ejercicio excesivo: El entrenamiento intenso sin descanso suficiente puede hacer que el cortisol suba en lugar de ayudar a reducirlo.
- Inflamación y enfermedades: Infecciones, enfermedades autoinmunes o inflamación crónica pueden hacer que el cuerpo libere más cortisol.
- Consumo de alcohol y tabaco: Estas sustancias alteran la función suprarrenal y elevan los niveles de cortisol.
- Problemas hormonales: Condiciones como el síndrome de Cushing o el hipotiroidismo pueden causar un exceso de cortisol en el cuerpo.
Cortisol y caída del pelo
¿El cortisol como tal puede afectar a la caída del cabello? En palabras del experto, el cortisol “sí puede afectar de forma directa en la caída del cabello. Esta hormona se suele liberar como respuesta a altos niveles de ansiedad y estrés, algo con lo que la población actual está muy acostumbrada a vivir”.
Duerme bien para evitar que el cortisol afecte a tu pelo. Foto: Pixabay.
En estos casos, “el organismo interpreta estos niveles como una situación de amenaza o peligro prolongada en el tiempo, lo que hace que el cuerpo permanezca en un estado de alerta que hace que órganos ‘prescindibles’, como pueden ser las unidades foliculares, tengan menos aporte sanguíneo de vitaminas y oligoelementos, lo que hace que el porcentaje de cabello en fase telógena (de caída) aumente respecto a una situación normal”, argumenta el doctor Leone.
Concretamente, conviene saber que la secreción de cortisol está gobernada por el ritmo circadiano de la hormona ACTH (Adrenocorticotropa), y aumenta de forma significativa al despertar, ya que necesitamos generar fuentes de energía como la glucosa, y disminuye por la noche.
Es por ello por lo que, cuando se viven situaciones de estrés prolongado, aumentan los niveles de cortisol, pudiendo llegar a alterar el ciclo del sueño vigilia (alternancia entre los estados de “estar despierto” (vigilia) y “estar dormido” (sueño), provocando que cueste más trabajo conciliar el sueño o incluso que se lleguen a sufrir disturbios del sueño, como el insomnio. En definitiva, como expone el doctor, tanto el estrés prolongado, como la falta de sueño, son dos causas directas de caída del cabello.
“Para diferenciar entre una caída del pelo por estrés, por factores genéticos y/o enfermedades es fundamental acudir a un especialista para realizar un estudio tricoscópico y una anamnesis exhaustiva. Muchas veces la caída del cabello es un síntoma debido a estrés físico secundario a una cirugía, un déficit vitamínico severo, una enfermedad o un episodio emocional que provoque un estado de alerta en nuestro organismo generando una intoxicación por cortisol”, subraya el doctor.
Además, cabe destacar que la caída del pelo por estrés sí es reversible en la mayoría de los casos, siempre y cuando se solucionen las causas subyacentes y se mejore el estilo de vida y la higiene del sueño. Igualmente, de forma complementaria se pueden realizar tratamientos capilares que ayuden a frenar la caída y mejorar la calidad del cabello como la bioestimulación, fármacos orales y/o la aplicación intradérmica en el cuero cabelludo de vitaminas y oligoelementos.
¿El estrés influye en las canas?
“El cortisol, además, inhibe la hormona estimuladora de los melanocitos (MSH), lo que puede producir una alteración en el pigmento, tanto del cabello, como de la piel, predisponiéndonos a la aparición de canas. En cuanto a si es reversible o no, la tendencia a desarrollar canas de forma precoz debido a estos factores, es reversible si se consigue reducir el estrés. No obstante, la pérdida de pigmento no lo es”, argumenta el cirujano capilar.
También es importante puntualizar que la aparición de canas no solo responde al cortisol, sino que también pueden aparecer por otros factores. Uno de ellos es el envejecimiento celular fisiológico, que hace que haya una pérdida progresiva de melanina por parte de los melanocitos y, en consecuencia, se produce la aparición de canas. Por último, otra causa que acelera la aparición de canas, independientemente del marco fisiológico, es la falta de oligoelementos esenciales en la producción de melanina, como la vitamina B12.
El cortisol puede provocar caída del cabello. Foto: Pixabay.
Consejos para regular el cortisol
Con estos pequeños consejos puedes reducir tus niveles de cortisol y así rebajar también el estrés del día a día.
- Duerme bien y descansa lo suficiente. Intenta dormir entre siete y nueve horas cada noche. Mantén una rutina de sueño regular (acostarte y despertarte a la misma hora) y evita pantallas y cafeína antes de dormir.
- Lleva una alimentación equilibrada. Consume alimentos ricos en omega-3 (pescado, nueces, chía) y magnesio (espinaca, plátano, almendras). Reduce el consumo de azúcar y ultraprocesados, ya que aumentan el estrés, e hidrátate bien con agua.
- Practica técnicas de relajación. Haz meditación, respiración profunda o yoga para reducir el estrés. Sal a caminar al aire libre, especialmente en la naturaleza, y escucha música relajante o realiza actividades placenteras.
- Haz ejercicio moderado. Actividades como caminar, nadar o entrenamientos de baja intensidad ayudan a bajar el cortisol. Evita el sobreentrenamiento una hora antes de dormir, ya que el ejercicio excesivo puede elevar el cortisol.
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