El kéfir se ha convertido en un alimento básico en muchas neveras por sus propiedades. El kéfir y el yogur son alimentos fermentados valiosos con potenciales beneficios para la salud humana. Mientras que el yogur es apreciado por su contribución a la salud ósea y digestiva, el kéfir ofrece una diversidad microbiana más amplia que puede conferir beneficios adicionales, como mejoras en el sistema inmunológico y efectos antimicrobianos.
Sin embargo, las diferencias en su composición y procesos de fermentación hacen que cada uno tenga propiedades únicas. Para maximizar los beneficios, es importante elegir productos de calidad y, si es posible, aquellos que contengan cultivos vivos y activos. Como parte de una dieta equilibrada, tanto el kéfir como el yogur pueden contribuir positivamente a la salud general.
En términos de nutrición, ambos ofrecen un alto contenido de proteínas, calcio y vitaminas. Sin embargo, el kéfir generalmente contiene más probióticos y menos azúcar natural que el yogur, lo que lo convierte en una opción aún más saludable para la salud digestiva. Hablar del kéfir y el yogur es hablar de dos de los productos lácteos fermentados más populares y antiguos del mundo.
Ambos han sido valorados no solo por su sabor y textura, sino también por sus potenciales beneficios para la salud, pero ¿sabrías explicar las diferencias y distinguir entre las virtudes de uno u otro? “A pesar de los prometedores resultados, existen varias limitaciones en la investigación sobre el kéfir y el yogur. Es necesario realizar más investigaciones, especialmente ensayos clínicos aleatorizados y estudios a largo plazo, para confirmar y ampliar los hallazgos actuales”, nos advierte Sergio Guerrero, dietista y especialista en suplementación de Fit Generation.
Tanto el kéfir como el yogur tienen grandes beneficios para la salud. Foto: Pixabay.
Kéfir o yogur: diferencias
El kéfir es originario de las montañas del Cáucaso y ha sido consumido durante miles de años y es conocido por su riqueza en probióticos y su perfil nutricional único. Se elabora utilizando granos de kéfir, que son agregados de proteínas, lípidos y polisacáridos que albergan una compleja comunidad de microorganismos. Estos granos contienen una amplia variedad de bacterias ácido-lácticas, bacterias ácido-acéticas y levaduras.
“A diferencia del yogur, el kéfir fermenta tanto la lactosa como otros componentes de la leche, produciendo ácido láctico, dióxido de carbono, etanol y otros compuestos que contribuyen a su sabor ligeramente efervescente y agrio”, explica el experto.
Por su parte, el yogur tiene sus raíces en la región de los Balcanes y Medio Oriente, también tiene una larga historia de consumo y ha sido objeto de numerosos estudios científicos que avalan sus beneficios para la salud. Se produce fermentando la leche mediante la acción de dos bacterias específicas. Estas bacterias trabajan en simbiosis para fermentar la lactosa, el azúcar natural de la leche, convirtiéndola en ácido láctico. Este proceso espesa la leche y le da al yogur su sabor ácido característico.
¿Cuál es la composición microbiana de cada uno de ellos? La diversidad microbiana es una de las principales diferencias entre el kéfir y el yogur. El yogur contiene principalmente las dos bacterias anteriormente mencionadas. Aunque algunos yogures comerciales pueden incluir cepas adicionales de probióticos, la diversidad microbiana sigue siendo limitada en comparación con el kéfir.
El kéfir alberga más de 30 especies de bacterias y levaduras, incluyendo Lactobacillus kefiri, Lactococcus lactis, Leuconostoc spp., Acetobacter spp. y diversas especies de levaduras como Saccharomyces cerevisiae y Kluyveromyces marxianu. Esta diversidad puede contribuir a una gama más amplia de beneficios para la salud.
¿Cuál es su perfil nutricional?
Ambos productos son buenas fuentes de proteínas, calcio, vitaminas del grupo B y otros nutrientes esenciales. Sin embargo, el kéfir puede contener pequeñas cantidades de alcohol (hasta un 2 por ciento) debido a la fermentación por levaduras, y suele ser más bajo en lactosa que el yogur, lo que puede ser beneficioso para personas con intolerancia a la lactosa.
Beneficios del kéfir:
- Digestión y salud gastrointestinal: Un estudio llevado a cabo por el científico Hertzler mostró que el consumo de kéfir mejoró la digestión de la lactosa en adultos intolerantes, reduciendo síntomas como diarrea, hinchazón y dolor abdominal.
- Actividad antimicrobiana: El kéfir contiene compuestos bioactivos que pueden inhibir el crecimiento de patógenos intestinales como Salmonella y Helicobacter pylori.
- Sistema inmunológico: La ingesta regular de kéfir puede modular la respuesta inmunitaria, aumentando la actividad de células Natural Killer (NK) y la producción de inmunoglobulinas.
- Control glucémico y perfil lipídico: Algunos estudios sugieren que el kéfir puede ayudar a mejorar el control de la glucosa en sangre y reducir los niveles de colesterol LDL en pacientes con diabetes tipo 2.
Existen varios tipos de kéfir. Foto: Pixabay.
Beneficios del yogur:
- Salud ósea: El yogur es una fuente rica en calcio y vitamina D (cuando está fortificado), esenciales para la salud ósea y la prevención de la osteoporosis.
- Microbiota intestinal: El consumo de yogur probiótico puede favorecer un equilibrio saludable de la microbiota intestinal, lo que se asocia con beneficios en la digestión y el sistema inmunológico.
- Metabolismo y peso corporal: Estudios epidemiológicos han encontrado una asociación entre el consumo regular de yogur y un menor riesgo de obesidad y síndrome metabólico.
- Reducción del riesgo de enfermedades crónicas: El yogur ha sido vinculado con una disminución en el riesgo de desarrollar hipertensión, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.
Tipos de kéfir
-Kéfir de vaca. Es el más habitual y es rico en nutrientes esenciales como el calcio, la vitamina B12 y los probióticos. Su sabor es suavemente ácido y refrescante, y su textura es cremosa.
-Kéfir de cabra. Es una alternativa para aquellos que buscan un sabor más intenso. La leche de cabra es conocida por ser más fácil de digerir y por su alto contenido de ácidos grasos de cadena corta. Este tipo de kéfir es una excelente opción para personas con sensibilidad a la leche de vaca o que buscan un perfil nutricional ligeramente diferente.
-Kéfir desnatado. Para aquellos que buscan disfrutar de los beneficios del kéfir pero con un contenido más bajo en grasa. Aunque tiene menos grasa, sigue ofreciendo una buena cantidad de probióticos y nutrientes. Es ideal para dietas bajas en calorías o para quienes controlan su ingesta de grasas.