Un reto laboral es frecuente en todas las profesiones y hay veces que de primeras puede asustarnos. Cuando nos sentimos inseguros, cualquier adversidad o cambio en la rutina puede dar miedo e incluso en algunos casos bloquearnos o hacer que no podamos avanzar. Pero no hay que preocuparse en exceso porque tenemos que saber que el 90 por ciento de nuestros miedos son por cosas que nunca van a pasar.
Es normal que en el día a día de nuestro trabajo en ocasiones nos tengamos que enfrentar a retos o dificultades que nos pueden llegar a poner en un aprieto. Esto nos puede generar una importante carga de estrés, que si no lo sabemos gestionar de forma correcta, puede tener consecuencias tanto en nuestro bienestar personal como en nuestro rendimiento dentro de la empresa. Pero debes saber que todos somos más fuertes de lo que podemos creer y que los retos laborales pueden ser una gran oportunidad para aprender, crecer y saber reaccionar de otro modo en ocasiones venideras.
En algunos momentos de nuestra vida, hay tropezones que nos hacen tambalearnos y que incluso pueden hacernos pensar que todo va cuesta abajo y sin frenos. Pero es muy importante que en esas situaciones nos paremos a reflexionar y nos centremos en afrontar el problema o reto y no en las consecuencias que podría tener no encontrar una solución factible. La confianza en uno mismo es clave en estos casos y también puede trabajarse. No es lo mismo una persona joven que acaba de empezar en su primer trabajo, que alguien con experiencia que ya ha vivido muchos retos y dificultades a lo largo de su trayectoria profesional.
Para Enrique Arias, fundador de Outfinders: “Son muchos los retos y dificultades que podemos encontrar en nuestro día a día, y que en muchas ocasiones nos suponen un freno, sobre todo en el plano laboral. Por ello es bueno que las empresas ayuden a sus trabajadores a entrenar sus habilidades para pensar de forma creativa y para trabajar en equipo, ya que esto finalmente redundará en un beneficio claro para la compañía”.
Claves para afrontar un reto laboral
Lidiar con los problemas del día a día hay ocasiones en las que se hace cuesta arriba, pero a todos nos ha pasado y no hay que hundirse ante cualquier adversidad o inconveniente que pueda surgir. Si hablamos del trabajo, es esencial que reaccionemos con calma y de manera positiva ante cualquier reto o dificultad que pueda llegarnos incluso cuando menos lo esperamos. Saber sobreponerse a un problema nos hará más fuertes e intuitivos para lo que pueda venir en un futuro.
- Enfréntate al problema con optimismo. El primer paso es pensar en positivo. Si cuando nos enfrentamos a un problema nos enfocamos solo en lo negativo, es muy posible que terminemos creyendo que no vamos a ser capaces de resolverlo. Por ello, es imprescindible que seamos capaces de poner buena cara al mal tiempo y que confiemos en nuestras capacidades para dar con la solución. Una visión positiva puede darnos más confianza en nosotros mismos y si al final el problema no tiene solución, no lo tomaremos tan mal.
- Utiliza el pensamiento visual. Plasmar el problema en una pizarra o en una libreta nos va a ayudar a tener el marco completo de cuál es el planteamiento del reto y con qué opciones contamos. Cuando lo tenemos todo en un mismo sitio, nos es más fácil tener todos los elementos en un único vistazo, y nos ayudará a pensar en cómo resolverlo.
- Conviértelo en un juego. Cuando jugamos, ponemos en marcha determinados mecanismos de nuestra mente que hacen que funcionemos mejor e incluso nos divirtamos. Por ello, es mejor plantear ese reto que nos trae de cabeza como si fuera un juego (sin restarle la importancia que pueda tener, claro), estableciendo metas durante el proceso e incluso ofreciéndonos recompensas cada vez que acabemos con una tarea que nos vaya a ayudar a la resolución del reto. No se trata de frivolizar, sino de saber que casi todo en la vida tiene solución.
- Piensa de forma creativa. Muchas veces nos obsesionamos con que un problema no tiene solución porque estamos acostumbrados a pensar de una determinada manera. Es por ello que cada vez es más importante el pensamiento ‘out of the box’, plantéate todo tipo de ideas que pudieran resolver el reto, por muy descabelladas que sean o por mucho que nadie hubiera hecho antes nada parecido. De esta forma es muy posible que puedas llegar a una idea que nunca antes te hubieras planteado y que te ayudará a enfrentarte a la dificultad de una forma mucho más innovadora.
- Apóyate en los demás. Pedir ayuda nunca está de más. No tengas ningún miedo a hacerlo. Por pedir ayuda no eres menos válido ni te verán de manera negativa, todo lo contrario, verán que eres humilde y que sabes trabajar en equipo. Tratar de hacer todo solo, puede llevar a que los demás piensen que eres prepotente o no tienes capacidad para asumir un problema o fracaso.
Seguramente tu cerebro esté saturado porque no paras de darle vueltas a lo mismo, por lo que te va a venir muy bien una visión externa que te ayude a relativizar el problema. Apóyate en tu equipo, en otros profesionales o en los que te rodean. Como siempre se dice, cuatro ojos ven más que dos, y aplicar un tipo diferente de pensamiento al problema te ayudará a enfocarlo desde un prisma que no te habrías planteado con anterioridad.
- Consejo extra. Hay veces que las circunstancias externas pueden ponernos aún más difícil un reto laboral y nos puede hacer vivir demasiado intensamente el problema y esto puede perjudicarnos a nivel laboral pero también familiar o personal. Si notas que no puedes enfrentarte a la situación o que el estrés está pudiendo contigo, acude a un profesional. Un buen psicólogo te ayudará a ver el lado positivo y te dará buenos consejos para sobrellevar todo lo que está por llegar.