La musicoterapia consiste en el uso de la música como terapia para restaurar o mejorar la salud física y mental de las personas. La música siempre ha sido una herramienta clave en el desarrollo cognitivo y emocional de las personas y en el caso de las personas mayores cobra aún más relevancia, ya que mejora el estado de ánimo y las capacidades psicomotrices entre otros muchos beneficios.
La música nos acompaña durante toda la vida. Nos llena de alegría cuando somos felices, nos reconforta en momentos complicados e incluso nos puede hacer expresar sentimientos que tal vez no somos capaces de definir con palabras. Esto ocurre a cualquier edad, desde que somos niños y escuchamos música en la cuna a cuando llegamos a la adolescencia y las canciones parecen estar hechas para nosotros y nuestro momento vital hasta cuando se entra en la madurez. Cuando escuchamos música o cantamos no pensamos en nada más, solo sentimos. La música nos ayuda a disfrutar del presente, poniendo toda nuestra atención, y a olvidarnos durante un rato de nuestros problemas.
La música y sus elementos (ritmo, melodía, armonía…) se utilizan en este caso con finalidades terapéuticas y favorecen la comunicación, mejoran la autoestima y el estado de ánimo, incentivan el movimiento o la creatividad. Aunque en nuestro país se comienza a usar la musicoterapia de una manera más extendida, hay lugares como en Estados Unidos y algunos países de Europa en los que esta disciplina está integrada en el sistema sanitario como tratamiento complementario en diversas enfermedades.
La musicoterapia comenzó a usarse entre 1900 y 1950 y fue Emile Jacques Dalcroze quien la impulsó siguiendo su teoría de la relación de las actividades musicales con respuestas fisiológicas, psicológicas y socioculturales, aunque ya había sido estudiada por religiosos, filósofos y científicos anteriormente. En la actualidad hay además investigaciones sobre el uso de técnicas clínicas de musicoterapia neurológica para aplicarlas en el tratamiento de grupos de pacientes con diferentes enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer o el autismo.
Por ello, cada vez es más habitual integrar la musicoterapia en las actividades dirigidas a los mayores. Esta consiste en el uso de la música con fines terapéuticos para restaurar o mejorar la salud de una persona o grupo de personas con el objetivo de mejorar la calidad de vida y la autoestima de los pacientes mientras se crea un entorno donde se pueda trabajar la participación, la creatividad y la comunicación.
“La musicoterapia se puede entender como medida preventiva o como propio método terapéutico. En geriatría es ideal para integrar y mejorar las capacidades de personas mayores en las áreas del lenguaje, la atención, la memoria, la conducta y la movilidad. De todos modos, es indispensable tener en cuenta las circunstancias de cada paciente, pues cada terapia debe ser única y adecuada a la persona. Esta norma vale tanto para las actividades individuales como para las grupales”, explica David Curto, director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores.
Hay diferentes formas en las que se puede trabajar, desde la improvisación con instrumentos o con la propia voz, la recreación de piezas musicales que ya existen, composición para crear piezas nuevas o sencillamente escuchando música.
Beneficios de la musicoterapia
Actividades como la musicoterapia, que ayudan a los mayores a mantener el cuerpo y la mente activa, son de vital importancia para ofrecerles una edad madura digna. Podemos estipular diferentes áreas de beneficios, según explican desde Atencionmayores.org:
Beneficios cognitivos:
- Ayuda a mantener o mejorar las habilidades verbales.
- Estimula la memoria a diferentes niveles, tanto a corto como a largo plazo, ayudando a la evocación de recuerdos casi olvidados y al aprendizaje.
- Ayuda a mantener la atención y a conectar la persona con la realidad.
- Incentiva la creatividad.
Beneficios físicos:
- Actúa como estímulo sensorial.
- Es relajante y disminuye la ansiedad.
- Activa el sistema motor y favorece el equilibrio.
- A través del ritmo mejora la coordinación de los movimientos.
- A través de los pequeños ejercicios de psicomotricidad de seguir el ritmo o tocar un instrumento ayuda a mejorar la movilidad de las articulaciones.
Beneficios sociales, emocionales y espirituales:
- Fomenta la participación, la interacción y la comunicación social en el grupo.
- Mejora el estado de ánimo y la autoestima.
- Permite hacer aflorar las emociones.
- Mejora la expresión verbal y no verbal.
Cómo debería ser una sesión
Es necesario atender a dos cuestiones previas a la hora de organizar una sesión de musicoterapia con personas mayores. En primer lugar, es importante que la elección de la música atienda tanto a los gustos musicales del paciente como a sus necesidades médicas. En segundo lugar, es fundamental conocer el estado cognitivo de los pacientes para que las sesiones sean efectivas y adaptadas a su situación. En este sentido, las sesiones serán más cortas y en grupos reducidos si los pacientes sufren un estado de demencia avanzado.
“Hay muchas maneras de saber cómo se siente alguien más allá de la comunicación verbal. Hay que tener en cuenta que cuando una persona sufre un alto deterioro de sus habilidades comunicativas tienen otras formas de hacernos ver cómo se siente y debemos estar atentos a ellas, observando sus reacciones a la música y ayudándoles a expresarse sobre sus emociones”, señala Andrea Trujillo, psicóloga de BluaU.
Actividades de musicoterapia
La musicoterapia no consiste sólo en escuchar música, sino que puede realizarse mediante muchas actividades diferentes. Entre ellas se encuentran:
- Aprender a tocar un instrumento, ya que potencia la creatividad y ayuda a mejorar la coordinación y la concentración.
- Sesiones de baile: mejoran la coordinación, movilidad y equilibrio, y son una actividad perfecta para practicar en grupo y así mejorar las relaciones sociales.También entrenan la memoria.
- Sesiones de canto y baile: actividades perfectas para estimular la memoria y otros aspectos cognitivos.
- Actividades como pintar mientras se escucha música pueden ser beneficiosas para la salud emocional y física de los más mayores.
