Vivimos en un mundo extremadamente visual. Cada día visualizamos decenas, si no centenares, de imágenes en redes sociales y es muy posible que un porcentaje de ellas hayan sido manipuladas o retocadas mediante editores de imagen. El equipo de Sophie Nightingale, del departamento de Psicología de la Universidad de Warwick, ha realizado un estudio con alrededor de 700 voluntarios de diferentes edades y sexos a los que han puesto imágenes cotidianas realizadas por los propios autores a las que han añadido pequeñas manipulaciones, como cambio de sombras, objetos añadidos o sutiles desapariciones.
https://youtube.com/watch?v=9NSVdQfD0K8%3Fshowinfo%3D0
La pregunta a la que deben responder los participantes en la prueba era la siguiente: “¿Crees que esta imagen ha sido alterada digitalmente?”. Si consideras que sí, debes indicar en su caso en que parte de la imagen está la alteración o en cuál sospechas que puede haber algo raro aunque no te parezca manipulada. Para empezar vamos a empezar con este señor en mitad de la carretera (al final del articulo daremos las soluciones). ¿Ves algo raro en la foto?
Los resultados de la prueba, publicados en la revista Cognitive Research: Principles and Implications, e indican que al menos un tercio de las alteraciones no fueron detectadas por los voluntarios, independientemente de su edad y su sexo. En una segunda parte del experimento se les dio la información sobre qué imagen estaba manipulada y los resultados fueron ligeramente mejores, lo que demuestra que si dedicamos algo más de tiempo a observar las imágenes puede que detectemos el engaño. Pero vamos con otra imagen, a ver si detectas algo extraño:
Para los autores, el estudio demuestra que en general tenemos una capacidad muy limitada para detectar manipulaciones en escenas del mundo real. “Cuando la gente mira el periódico o las revistas, o navega en internet, van a estar expuestos a imagines falsas”, asegura Nightingale. “Lo que hemos demostrado es que la gente no distingue fácilmente entre la imagen real y la falsa”. Para la autora principal el desaliño es encontrar maneras para ayudar a la gente para mejorar en estas habilidades. “Por ejemplo”, explica, “las imágenes falsas presentan a menudo detalles reveladores de que han sido manipuladas, y estamos haciendo nuevas investigaciones para ver cómo la gente puede usar estas señales para identificar los engaños”. Vamos con otro ejemplo del estudio, a ver si puedes encontrar el pufo (si lo hay):
En ocasiones, tal y como explica Derrick Watson, coautor del estudio, la gente percibe que hay algo raro en la imagen pero no es capaz de identificarlo. “Las imágenes tienen un gran poder sobre nuestra memoria, así que si la gente no puede distinguir las reales de las falsas, las manipulaciones podrían alterar frecuentemente lo que creemos o recordamos”, asegura. Del hecho, para la investigadora Kimberley Wade, esta incapacidad para reconocer manipulaciones podría tener implicaciones jurídicas. “La falta de capacidad de la gente para reconocer fotos manipuladas puede presentar problemas en el contexto de procedimientos legales en los que las imágenes pueden ser utilizadas como pruebas”, apunta. “Los jurados y los jueces asumen que estas imagines son reales, aunque una imagen manipulada podría pasar inadvertida con consecuencias fatales. Necesitamos trabajar más para proteger a la gente de los efectos negativos de la manipulación de fotografías, y estamos explorando ahora algunas maneras de ayudar. A la gente a detectar las falsificaciones”.
Referencia: Can people identify original and manipulated photos of real-world scenes? (Cognitive Research: Principles and Implications) DOI: 10.1186/s41235-017-0067-2
SOLUCIONES:
PRUEBA 1. Observa otra vez la sombra del hombre. Esta es la foto original:
PRUEBA 2. El problema no es el pez. El añadido es la barca.
PRUEBA 3. Si no has visto el pájaro en la barandilla, deberías fijarte mejor. En la original no está:
Si quieres ayudar a los investigadores, aún puedes hacer el test completo en este enlace.
