El ataque a un polvorín estadounidense ha servido de punto de referencia
El 10 de septiembre de 2006 la base de operaciones avanzadas Falcon el ejército de Estados Unidos recibió un impacto con mortero que desató un incendio y la posterior explosión de su depósito de municiones. El lugar, situado al sur de Bagdad, se convirtió en un pequeño infierno en el que el armamento estuvo explotando durante horas y se dañaron algunas infraestructuras locales. Un equipo de sismólogos ha recopilado y analizado estos y otros datos para conocer mejor la naturaleza de este tipo de eventos en zonas de conflicto y diferenciar las señales que produce cada tipo de explosivo.
El trabajo, publicado esta semana en la revista Bulletin of the Seismological Society of America, incluye el análisis de la señal sísmica producida por morteros, cohetes, minas, explosivos caseros y coches-bomba. Esta información ha sido recogida durante años por un sismógrafo ubicado en la capital iraquí y analizado por el equipo de Ghassan I. Aleqabi y Michael Wysession. Los investigadores han comparado sus datos con los recogidos durante varios atentados con coches bomba contra distintos objetivos de la ciudad, como la universidad de Bagdad y control policial en Al-Karradah. El resultado, asegura, les permite reconocer la 'huella' sísmica que deja una explosión de mortero de la de un vehículo bomba e identificar incluso las señales que provocan los helicópteros que sobrevuelan el lugar de la explosión.
La clave ha sido conocer con tanto detalle lo que sucedió durante la explosión del polvorín en octubre de 2006, lo que les permitió reconstruir la secuencia de detonaciones. "Me pareció sorprendente que fuéramos capaces de recrear la secuencia de eventos de esta explosión", asegura Wysession. "Podíamos reconstruir sus partes, desde el momento en que golpeó el mortero. Es impresionante que a partir de unas cuentas líneas sobre el papel podamos recrear esta secuencia de destrucción catastrófica producida en el depósito de municiones".
Pueden distinguir morteros, cohetes, minas, explosivos caseros y coches-bomba
Los científicos han estado usando estos datos, y los recogidos con infrasonidos, para conocer a qué velocidad se propagan las ondas sísmicas y cómo se disipan en la corteza terrestre. Aunque estos datos pueden servir para obtener interesantes datos sobre la geología d la zona, la investigación forma parte de un programa más amplio en busca de mecanismos que permitan distinguir los terremotos de las pruebas nucleares.
Referencia: Characterization of Seismic Sources from Military Operations on Urban Terrain (MOUT): Examples from Baghdad (Bulletin of the Seismological Society of America)