Fue la gran sorpresa de Mourinho en el once contra el Betis. Carlos Casemiro (Sao Paulo, 23 de febrero de 1992) llegó cedido al Real Madrid en febrero procedente del Sao Paulo. Lo hizo hasta final de temporada y con una opción de compra de 5,8 millones de euros.
Con el número 38 a la espalda y haciendo las veces de Khedira, junto a Modric en el centro del campo, Casemiro se convirtió en el 17º jugador del Castilla que en partido oficial con el primer equipo desde la llegada del técnico portugués, aunque no se le puede considerar canterano. Su actuación fue más que correcta, jugando el balón siempre con criterio, manteniendo la posición y sin dejar de emplearse durante todo el partido en tareas defensivas.
"Estoy muy feliz, ha sido muy importante para mi carrera jugar al lado de grandes jugadores, espectacular, un sueño. Es algo difícil de asimilar", dijo el brasileño tras el encuentro. Si hace apenas un mes pedía en un diario de su país "una oportunidad con el primer equipo", ésta no ha tardado en llegar. Su agente también lo avisó nada más tomar tierra en Madrid: "No es jugador para un filial".
Así lo ha considerado Mourinho, quien no concibe tener jugadores demasiado mayores en el Castilla y, como en el caso del brasileño, con experiencia en Primera. De hecho, Casemiro está inscrito en la Liga de Campeones. "Yo fui contratado para jugar con el Castilla y gracias al trabajo y al apoyo de los demás jugadores lo estoy haciendo bien. Independientemente de si juego con el Castilla o con el Real Madrid, lo que tengo que hacer es trabajar y aprovechar la oportunidad", explicó el protagonista.
En el Sao Paulo el centrocampista brasileño disputó 111 partidos y en 2011 incluso debutó con la selección absoluta de su país, con la que ha jugado en cinco ocasiones. Ese mismo año ganó con la selección sub 20 el Sudamericano, en el que coincidió con jugadores tan constrastados como Neymar y Lucas Moura, así como el Mundial de la misma categoría, en el que precisamente eliminó a España.
