El Club de Campo Villa de Madrid acoge esta semana una nueva edición del Open de España, el torneo más emblemático de cuantos se celebran en nuestro país. Jon Rahm, defensor del título, busca su cuarto entorchado para desempatar nada menos que con el mito Seve Ballesteros, el jugador que Rahm ha tenido desde niño como referencia.
Antes de comenzar este jueves su participación, nos atiende en un evento de la marca automovilística para darnos unas pequeñas pinceladas de golf… y de paso alguna que otra de coches. Porque, como embajador de Mercedes-Benz, está ya muy al día de las nuevas tecnologías y de todo lo que supone la transformación hacia una movilidad limpia de emisiones.
Reconoce que "disfruto mucho desplazándose en coche eléctrico", y que de momento su favorito es el nuevo EQS SUV. Y no sólo por ser eléctrico, sino porque ya como padre de familia le gusta lo amplio que resulta por dentro. Le abruma, eso sí, el "brutal empuje tan directo del motor eléctrico" en comparación con los convencionales de combustión.
Una participación en el Open de España que llega tras el éxito logrado la semana pasada en la Ryder Cup, el evento por excelencia del golf mundial; y en el que Rahm fue protagonista indiscutible, liderando con sus éxitos al equipo europeo para doblegar a los siempre rocosos estadounidenses, en esta ocasión no tan fieros pero que trataron hasta el último momento de resistir el empuje europeo.
Nos confiesa que "más que físicamente, la Ryder castiga mucho psíquicamente", una tensión y una presión a lo largo de la semana que cuesta luego dejarla atrás. Un par de días de descanso en Italia le han servido para cargar pilas y centrar su objetivo en lograr su cuarto Open de España con el que superaría los tres que logró Severiano Ballesteros.
Jugar sin cobrar
Volviendo a la Ryder, es de los que piensa que "pagaría por jugarla", y que por supuesto él no necesita que le paguen por defender a Europa en este mítico torneo que en su momento impulsaron sobre todo nombres como el propio Ballesteros o Chema Olazabal.
Algo que algún jugador norteamericano sí lo dejó caer defendiendo las millonarias cifras que mueve el torneo hoy en día y que no repercuten en los bolsillos de los jugadores.
Pero Ramh tiene las ideas muy claras, y para él el legado que dejaron los citados Seve y Chema junto a otros grandes nombres del golf mundial en los años ’80 sobre todo debe "mantenerse hoy en día para que la Ryder siga siendo lo que es".
“Nos cubren todos los gastos y nos tratan como dioses, más que suficiente”, reconoce Rahm. Respecto al Open de España, señala que llega sin grandes expectativas después de la “paliza” de la Ryder, pero que lo dará todo por volver a conquistarlo. Ya ha probado el recorrido del Club de Campo, y asegura verlo en “muy buenas condiciones”. “Espero que el aficionado disfrute”, apunta para terminar.