En su obsesión por no avivar el fuego del debate futbolístico alrededor de la selección, Vicente del Bosque lleva días dejando caer mensajes extraños y preocupantes. Fiel a su discurso sereno, son frases pronunciadas sin levantar la voz, como de pasada, pero cuyo análisis provoca dudas respecto al ánimo y la actitud del grupo, precisamente el valor más ensalzado de La Roja.
El atasco del lunes ante Croacia y el consiguiente sufrimiento para ganar por la mínima (1-0) y obtener el pase a cuartos parecen haber provocado en el seno de la selección un sentimiento de indefensión que no se ajusta para nada a la realidad de la cuasi inexistente crítica al equipo español. Y lo que más sorprende es que Del Bosque intenta escabullirse de los irreales reproches dejando caer chinitas sobre cierta abulia de los futbolistas.
A lo suave, el seleccionador español ha pulsado varias veces ángulos especialmente sensibles en cualquier vestuario. El más recurrente, y quizás el menos alarmante por diáfano e irrebatible, es el que se esconde tras el tópico “sólo pueden jugar once”. La versión Del Bosque suena, por supuesto, más plácida: “Todos son extraordinarios, pero es difícil dar cabida a todos”. Y a renglón seguido recita varios nombres de los que aún no han debutado en la Eurocopa o, como mucho, han disputados escasos minutos: Cazorla, Llorente, Mata, Negredo, Pedro…
"Lo que hace falta es que no se nos conformen, que tengan ese hambre para seguir ganando”
El martes, apenas horas después de la trabada actuación ante Croacia, Del Bosque se expuso con generosidad ante los medios de comunicación. Arrancó por la mañana temprano en Radio Marca. Y a una pregunta sobre el buen rendimiento de la pareja de centrales Ramos-Piqué, el entrenador salmantino alabó a los defensas de Madrid y Barça respectivamente y, a renglón seguido, deslizó una coletilla inesperada: “Lo que pasa es que estos grupos lo han ganado todo y lo que hace falta es que no se nos conformen, que tengan ese hambre para seguir ganando”. ¿Reflexión gratuita o aviso para navegantes?
Horas después, tras el entrenamiento, rueda de prensa en Gniewino (Polonia). "Parece que todas las selecciones han acabado la primera fase contentísimas. Y nosotros no sé si las expectativas son tan grandes que nos sabe a poco todo. Hemos pasado de pobres a ricos rápidamente y ya no sabemos valorar lo que tenemos", espetó Del Bosque en lo que parecía un lamento al aire, sin señalar a nadie en concreto. Hasta que, minutos después, el reproche encontró, aun de refilón, destinatarios: "Tenemos que trasladar un optimismo a los jugadores, no este pesimismo. Que hemos pasado y hemos sido la única selección a la que no le he visto abrazarse al pasar (de ronda). Nos fuimos a la caseta como si no tuviera importancia. Y sí la tiene. Hemos hecho una clasificación perfecta, seguimos en la misma línea de triunfos y el deporte y el fútbol nos pondrán en nuestro sitio".
"Hemos sido la única selección a la que no le he visto abrazarse al pasar a cuartos"
A lo mejor, Del Bosque aún tenía en la cabeza la escena vivida la noche del lunes, de regreso a la concentración, y el gesto adusto de los futbolistas. Alineados a la entrada, formando pasillo, los empleados del hotel recibieron entre aplausos a los recién clasificados entre los ocho mejores de Europa. Sería el cansancio del viaje y el sueño de la hora tardía, pero Cazorla, Mata, Torres y la mayoría de los internacionales enfilaron hacia sus habitaciones con rostro serio, sin mueca de satisfacción alguna.
Sólo Del Bosque esbozó media sonrisa de agradecimiento. Iniesta, pletórico dentro y fuera del campo, también sonrió y, en un gesto de satisfecha complicidad, guiñó un ojo a la cámara. El premiado como mejor futbolista del partido ante Croacia también compareció en rueda de prensa tras el entrenamiento del martes. Y dejó un recado claro y contundente: "Estad tranquilos y seguid confiando". Un mensaje dirigido a aficionados, periodistas y, quién sabe, quizás al propio seleccionador.